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“Tomaba para sentirme en ambiente”: niña alcohólica

Tenía 14 años de edad y pensaba que tomando unas copas podría entablar relaciones sociales más fácil, pero lo difícil vino después

Escrito en ESPECIALES LSR el

Esta es la primera parte de una cobertura sobre alcoholismo en menores de edad #AlcoholaMenoresNo de LA SILLA ROTA.

Sí tengo mucha familia que son alcohólicos, pero yo a un alcohólico lo veía como a alguien debajo de un puente o alguien que tomaba todos los días. Para mí yo no era una alcohólica”.

Lo que Paola quería en esos años, dice, es “sentirse en ambiente”. Entonces tenía 14 años de edad y pensaba que tomando unas copas podría entablar relaciones sociales más fácil. Pero lo difícil vino después. Tres congestiones alcohólicas, y el riesgo para su vida.

Empecé a los 14 años. Comencé a tomar en las fiestas de secundaria con mis amigos, yo era la que siempre quería llevar el ambiente y el alcohol. Y todo eso lo hice antes de empezar a estudiar, mis papás me mandaron un año al extranjero y sabía que estando allá ya no podría hacer nada”, cuenta la adolescente quien pide el anonimato. La entrevista la da teniendo como intermediario un centro de rehabilitación para menores.

En nueve años, mexicanos aumentaron 5% el consumo de alcohol

Sin darse cuenta, Paola era alcohólica antes de siquiera ser una adulta. Su caso es un ejemplo de una tendencia que va en aumento en nuestro país. De acuerdo con la Encuesta Nacional de Consumo de Drogas, Alcohol y Tabaco (ENCODAT 2016-2017), el inicio de la ingesta de bebidas alcohólicas en el país va de los 10 y 14 años, rango de edad que incluye a grupos de población muy jóvenes como estudiantes de secundaria y de bachillerato, donde hasta 70% convive con bebidas alcohólicas.

Jesús del Carmen Madrigal Anaya, toxicólogo clínico del Centro de Atención Toxicológica del Hospital Juárez de México, destaca que “el alcoholismo es una problemática importante de salud pública. El alcohol es una droga lícita, pero a final de cuentas, es una sustancia de abuso que es catalogada como una sustancia psicoactiva, esto significa que puede llevar a cambios de comportamiento del estado de ánimo, de las emociones e incluso el estado de alerta”.

FACTORES QUE AUMENTAN EL CONSUMO DE ALCOHOL EN MENORES

Paola recuerda con claridad cómo empezó su problema con las bebidas alcohólicas: “La primera vez que tomé me dio mi primera congestión alcohólica. De ahí mis papás como que no lo vieron normal o simplemente no le dieron tanta importancia; yo tengo padres divorciados. Me fui a vivir con mi papá y ahí si era tomar de miércoles a sábado”.

Ella comenta que continuó bebiendo con frecuencia y después de un tiempo, le dio una segunda congestión. Recuerda que en esa ocasión sí recibió un castigo, más bien un regaño, pero para ella esto se convirtió en algo normal, cotidiano, “o sea, claramente ya en las fiestas era ya acabar bulto… Yo creo que mi círculo social influyó mucho”.

El entorno en el que se desenvolvía esta adolescente ayudó a que siguiera consumiendo bebidas alcohólicas, asegura, ya que le era difícil enfrentar la presión que sentía tras el divorcio de sus padres, por su grupo de amigos y en la escuela, una mezcla de factores que le provocaron la necesidad de querer escapar.   

A mí me cuesta mucho mi realidad, el presente me cuesta mucho. Entonces estoy segura que agarraba la botella porque era fugarme... Me olvidaba de mis problemas, de mis papás, de la escuela, de todo. La presión social hoy en día en muy fuerte”, narra esta joven, quien a sus 17 años está en una batalla diaria para no beber.

Uno de los factores principales para que un joven empiece a beber es que en la casa haya consumo de alcohol, alerta Iván Huerta Lozano, jefe de Departamento de Consulta Externa de Centros de Integración Juvenil, quien añade que esta conducta ha ido en aumento, ya que muchos papás prefieren que sus hijos beban en sus casas que en la calle. “Inclusive le dan la copa y le enseñan cómo tomar”, afirma. 

Explica que también, por la etapa en la que están, los adolescentes buscan ser aceptados por quienes los rodean y tener ese sentido de pertenencia, lo que los lleva a cometer actos que en ocasiones los ponen en riesgo.

El especialista destaca que la idea principal de estos jóvenes es: “Si mis amigos consumen, yo consumo, porque también puede haber cierto bullying. La ingesta de alcohol tiene que ver mucho con el contexto, el círculo de amigos”.

Algo así le sucedía a Paola, quien narra que “siempre que iba con mis amigos era que las niñas no pagaran, y si estábamos puras niñas era agarrar de la casa las botellas que había. También de mi propia casa era agarrar la botella y dividírmela”.

El doctor Madrigal Anaya coincide en que en la mayoría de los casos los adolescentes empiezan a consumir alcohol para probar, para ser aceptados, para experimentar nuevas emociones y por influencia de sus amigos, que son quienes tienen más importancia a esa edad.

Alerta que el alcohol es calificado de droga iniciadora, porque abre la puerta al consumo de otras sustancias. Además, está correlacionado con la búsqueda de la identidad, situaciones de estrés, problemas familiares, influencias sociales.

Expresa que beber alcohol se ha normalizado en México, porque las personas saben que si van a una fiesta van a encontrar cerveza o algún tipo de coctel, lo mismo sucede si gana su equipo favorito o si hay algún otro festejo.

Es una cuestión cultural, es aprendida, es hasta hereditaria en el sentido de que se ve en casa, se reproduce, se aprende e inclusive, por ejemplo, si en la familia hay violencia, hay agresión, el chico muy probablemente va a repetir esos patrones de conducta, todos repetimos lo que vemos en casa”, dice Madrigal Anaya.

En la escuela en la que me cambié hice una amiga que también tomaba de miércoles a sábado, para mí era normal una segunda congestión alcohólica, porque no era la única de mi círculo social a la que le pasaba”, relata Paola.

“EN EL PRECOPEO ERA ECHARME UNOS SHOTS PARA LLEGAR AMBIENTADA AL ANTRO”

Especialistas resaltan que el “precopeo” se ha puesto de moda en los últimos años, pero esta práctica que consiste en empezar a beber antes de salir de fiesta o a un antro conlleva un riesgo mayor para los menores de edad, ya que ingieren más alcohol durante un periodo más largo de tiempo.

Los chicos dicen tres razones básicas (para el precopeo): una gastar menos dinero, porque están comprando para beber en casa; dos, convivir con los amigos, y tres, las mujeres sobre todo indican disminuir la ansiedad”, asegura el doctor Iván Huerta.

Paola comenta que “empezaba el precopeo a veces desde antes, en la comida, de ahí pues era arreglarnos (con sus amigas) y era seguir tomando por ahí de las 9 de la noche. Finalmente, camino al antro ya no tomaba, pero ya llegaba ambientada y ahí era seguir tomando hasta terminar como bulto. En total me tomaba entre 10 y 15 shot de tequila en una sola noche”.

Madrigal Anaya explica que aproximadamente 50% de los hombres tiene una ingesta excesiva de 60 gramos de alcohol, mientras que en las mujeres es de 40 gramos, lo que puede provocar mortalidad indirecta por alcoholismo y padecimientos crónicos.

Huerta Lozano coincide con él y señala que los efectos van a variar dependiendo de la cantidad de alcohol que hayan bebido, porque hay una diferencia amplia entre beber una copa o 10.

El especialista advierte que el consumo de alcohol en grandes cantidades también se relaciona con practicar actividades sexuales sin protección, lo que lleva a tener embarazos no deseados en adolescentes o a que se contagien de una enfermedad de transmisión sexual.

“MI PIERNA MOVIÉNDOSE”

Los excesos de Paola fueron un espejo en sí misma cuando se vio con su tercera congestión. “Nada más me acuerdo de la familia llorando, mi pierna convulsionándose, haciéndome mil exámenes y ya nada más me acuerdo que amanecí en un cuarto del hospital”, recuerda.

Después de la última congestión ya me regresaron a mi casa, no me hablaba nadie de la familia obviamente, mi papá no quiso ir, él estaba… fue en el fin de semana en su cumpleaños, él estaba en el rancho y dijo que no, que él ya estaba harto y que se retiraba de ahí. En la casa mi mamá me preguntó que por qué tomaba. Lo que le contesté fue porque me divierto, o sea sin el alcohol no me divierto y ahí me dijo que en el hospital un doctor habló con ella, que viendo mi historial ya no era normal que a los 17 años yo tuviera ya tres congestiones y que no dejara de beber. Ella marcó a una clínica y pues le contó. Entonces habló conmigo y me dijo que al día siguiente íbamos a ir a una plática de alcohólicos anónimos”.

Y así terminó su historia sobre el alcohol, hasta ahora.


mlmt