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También se desvanece “sueño canadiense” para migrantes

Los 750 migrantes que pertenecen al tercer éxodo y que están en la CDMX se quedaron porque el padre Alejandro Solalinde les pidió que no se fueran a Tijuana

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Daniel Ramos y Thalía Bamaca es un matrimonio joven que junto con su bebé salió de Guatemala por la violencia y pobreza que para ellos es insostenible. Llegó a la Ciudad de México con la tercera caravana migrante. Su meta original es Estados Unidos. Ahí vive una de las hermanas de la mujer de 22 años de edad.

Durante el viaje, la pareja ha reconsiderado la opción de Canadá, luego de escuchar las noticias sobre la situación de las personas de origen centroamericano en Tijuana, la frontera norte, que buscan cruzar hacia el vecino país del norte.

Ellos no son los únicos que ahora piensan en Canadá como primera opción. Los 750 migrantes que pertenecen al tercer éxodo y que están en la Ciudad de México desde la semana pasada se quedaron porque el padre Alejandro Solalinde les pidió que no se fueran a Tijuana “allá es el matadero”, dice Daniel que eso les comentó.   

Daniel relata que él y su familia decidieron abandonar Guatemala cuando se enteraron de las caravanas.

“Empezamos a seguirlos para quizá encontrar una nueva oportunidad en la cual no corramos tanto peligro y más por el bebé. Ya teníamos una idea de salir, pero no en grupo. Aprovechamos lo de las caravanas para estar más protegidos y apoyarnos unos a otros”.

Daniel y Thalía permanecen en la ciudad con la esperanza de que en Canadá los acepten. Sin embargo, ese sueño se aleja.

“Uno se desespera mucho de no saber qué hacer o qué va a pasar. Yo quisiera llegar a Estados Unidos para ver y estar con mi familia, pero si no se puede pues intentaremos Canadá y si tampoco se puede pues veremos quedarnos en México, porque ya no queremos regresar a Guatemala”, señaló Thalía.

Debido a que el número de centroamericanos disminuyó de 6 mil a 750 personas, el gobierno capitalino decidió cerrar el albergue provisional instalado en el estadio Jesús Martínez Palillo en la Magdalena Mixhuca y asociaciones civiles reubicaron a las personas a la Casa del Peregrino, ubicado en Calzada de los Misterios número 9.

Sandra Reyes, de Honduras, venía en la segunda caravana. Sin embargo, cuando el padre Solalinde les dijo que verían la posibilidad de cómo la embajada canadiense podría apoyar al éxodo, se quedó en la ciudad. Ahora observa que todo se complica y que no será nada fácil intentar irse ya sea a Estados Unidos o a Canadá.

“Nos quedamos, porque no nos queremos ir a que nos maten. Nos están diciendo que en Tijuana matan. Salimos de nuestro país para lograr un éxito, pero no para sufrir, solo por una vida mejor. Nos enteramos por las redes sociales. En Youtube dicen que han secuestrado gente o que les están dando 10 días para desalojar el puente (para entrar a EU). Con eso no queremos arriesgarnos”.

Sandra salió de Honduras para alcanzar a su hijo que está en Monterrey. La idea era llegar a esa ciudad del norte, quedarse un tiempo y esperar a que la situación en las fronteras con Estados Unidos se calme, luego tratar de cruzar.

El problema, dice, que las condiciones del albergue ya cambiaron. En el estadio contaban con todo tipo de apoyo: agua, alimento tres veces al día, ayuda psicológica y atención médica. En cambio en la Casa del Peregrino que es una estancia privada que depende de la Arquidiócesis de México, no les brindan los mismos servicios y además el refugio está saturado.

Además, la caravana tendrá que abandonar ese lugar, debido a que el fin de semana la Casa del Peregrino ya comienza a recibir fieles de la Virgen de Guadalupe.

¿Qué opciones tienen?

El padre Solalinde informó que ha mantenido reuniones con otras asociaciones y con diplomáticos de la embajada de Canadá. Sin embargo, los programas de asilo de ese país no aplican para la caravana, es decir no en grupo. Si alguien quiere solicitar refugio lo podrá hacer de manera individual, pero tendría que regresar a su país de origen y ahí realizar el trámite.

En tanto, Carlos Rojas, integrante de la Organización del Consejo Migrante de Montreal, dijo que hay algunas opciones que se podrían explorar como en el caso de los que tengan algún pariente en Canadá, con ello se podría buscar una reunificación familiar.

"Hay programas de agrícolas temporales, esos son los programas que se podrían revisar a ver qué es lo que se puede hacer para ofrecer a las personas una opción", indicó.

Solalinde agregó que el gobierno canadiense está en disposición de destinar un fondo de 500 mil millones de dólares para los centroamericanos que decidan quedarse en México, los cuales se invertirán en proyectos. El asunto es que tendrían que permanecer en el país hasta que se dé una respuesta y esto podría durar mucho tiempo.

Carlos Roberto Sánchez escuchó las palabras del padre Solalinde y ya se desanimó. “Yo venía en la segunda caravana, me quedé para ver si nos aceptaban en Canadá, pero estamos viendo que también será difícil”.

Entre el jueves y viernes, las personas centroamericanas decidirán en asamblea qué harán. Si se van a Tijuana o se quedarán en México. Por lo mientras Carlos Roberto ya hizo la solicitud de refugio para que pueda trabajar en la capital del país.

La Secretaría de Gobernación, a través del Instituto Nacional de Migración, informó que continúa la implementación de diversas acciones para regularizar la estancia de los centroamericanos en el país e integrarlos a la vida productiva.

“En este contexto, las instituciones federales dan trámite a las nuevas solicitudes de refugio, así como a las peticiones de retorno voluntario asistido a su país de origen”, apuntó mediante un comunicado.

AJ