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Sismo del 19-S se ensañó con adultos mayores: Becerra

La pobreza urbana se pintó de un rostro en particular, con gente que rebasa los 50 años y perdió su patrimonio

Escrito en NACIÓN el

El 19 de septiembre pasado fue un sismo que se ensañó con los adultos mayores. Alrededor del 50 por ciento de los más afectados en sus viviendas forman parte de este grupo de edad, y la mayoría son mujeres, informó a La Silla Rota el titular de la Comisión para la Reconstrucción de la Ciudad de México, Ricardo Becerra.

Al hacer un balance de lo que ha sido la atención a la población damnificada, a cuatro meses del terremoto, el comisionado hizo notar lo que llamó este nuevo rostro de la pobreza urbana que es la pobreza en la vejez. 

En los casi 90 encuentros que ha tenido con las personas dañadas en sus inmuebles, ha percibido que alrededor de la mitad son personas mayores, que quizá nunca tuvieron grandes salarios y el terremoto les arrebató en un minuto el patrimonio que habían construido a lo largo de su vida. El plan de reconstrucción, asegura, lo ha tomado en cuenta. 

Refiere que el programa 6, de los 45 que conforman el Programa para la Reconstrucción de la Ciudad de México, constituye uno de los ejes de apoyo más significativo para la atención de la infancia, adultos mayores y grupos vulnerables. Apunta que el propósito es brindar apoyo focalizado a este conjunto de beneficiarios, especialmente a los adultos mayores, que muy probablemente representen un porcentaje muy alto de la población propietaria afectada por el sismo.

Por otra parte, Becerra apuntó que ya sólo quedan 55 personas en albergues, pero subrayó que el problema más importante son los 40 campamentos instalados fuera de edificios afectados, donde sus propietarios han decidido permanecer para cuidar sus pertenencias. En este caso, ya se realiza el rescate de los enseres por parte del cuerpo de bomberos.

La semana pasada ocurrió un hallazgo que ha reforzado el propósito de hacer censos muy cuidados. Detectaron un edificio severamente afectado en su estructura, que no tenía daños muy visibles y que estaba habitado porque sus ocupantes no sabían de la gravedad del caso. Ya fueron desalojados.

Son edificios que no se saben dañados, dijo. Esa es la complejidad de lo que se debe hacer como censo. 


El censo pareciera incompleto

Cuando se dio a conocer el programa, el 12 de enero pasado, llamó la atención que se informara que todavía no hay un censo de los daños. 

Explicó que se realizarán seis censos (de inmuebles; personas; mercados públicos, micro y pequeñas empresas; infraestructura; daños ocasionados a las actividades agrícolas y a los productores, y un censo del patrimonio cultural histórico afectado), y que si no se han completado es porque este terremoto no se concentró en una “zona cero”, como ocurrió en 1985.

Los daños aparecen en una media luna que va de Xochimilco, pasa por Tláhuac, Iztapalapa, Benito Juárez y hasta Lindavista. “El daño es muy fuerte, muy extendido y muy disperso”.

Reiteró que hay aproximadamente 110 mil personas afectadas; 6 mil casas dañadas en diferentes grados, lo mismo que 900 edificios, 150 de los cuales deben ser demolidos por constituir un riesgo muy alto para la ciudad. De ellos, ya fueron derribados casi 40 y ya se trabaja en 79. Indicó que de los 45 programas que comprende el Plan de Reconstrucción, 24 ya están en marcha. 

Categóricamente afirmó que nadie se ha quedado sin apoyo del gobierno central, todo mundo ha tenido apoyo de parte de su gobierno, afirma. 


No se podrá volver a construir sobre las grietas

Ante el fenómeno que provocó el terremoto sobre todo en Tláhuac, Xochimilco e Iztapalapa, en donde las calles se partieron en dos y las grietas en la tierra se abrieron a lo largo de muchos metros, pasando incluso por debajo de las casas, se prohibirá construir sobre esos terrenos.

Ricardo Becerra señala que no puede construirse sobre las grietas y sólo se podrá hacer a distancia prudente de ellas para evitar riesgos. Como parte del Plan de Reconstrucción se propuso crear una instancia para dar seguimiento de las grietas y se estudiarán las opciones para apoyar a las familias que se vieron afectadas. 

Indicó que se podrá reubicar a los propietarios en otros terrenos y que dependerá de su situación socioeconómica y del tipo de daño que hayan sufrido, el tipo de apoyo que recibirán.

Todavía no se sabe con precisión cuántas personas viven en las grietas pero Ricardo Becerra estima que serán cientos y quizá un par de miles.  

Se estudia que haya seguro obligatorio de propiedades

En el Programa para la Reconstrucción se sugiere que se establezca como obligación que todos los propietarios de inmuebles cuenten con un seguro que ampare su edificación. Y se podría operar a través del impuesto predial. 

En opinión de Becerra, es un tema que está a discusión pues nadie duda que hubiera  sido muy bueno que desde hace años todos los dueños de inmuebles hubieran tomado medidas para asegurar su patrimonio. “Una de las partes estratégicas del plan es la cultura de la prevención del riesgo, la administración de las vulnerabilidades y del aseguramiento”, dijo.  

Con respecto a los recursos que tendrá el gobierno de la Ciudad para llevar a cabo la reconstrucción, recordó que la Asamblea Legislativa autorizó un monto superior a los 8 mil millones de pesos y que el gobierno federal transfirió 1 mil 500 millones a través del Fondo de Desastres para apoyar a las personas más pobres. 

Dijo que se espera que todos los recursos, incluso los privados, se puedan alinear para atender las necesidades más urgentes, de acuerdo con los propósitos del plan.

El titular de la Comisión de Reconstrucción dijo que se cuenta con los recursos necesarios para llevar a cabo la primera etapa. “No tenemos todo el dinero, sí el suficiente para la etapa de reconstrucción en la que estamos”

En este momento, subrayó, lo más importante es que todos los afectados cuenten con su dictamen, la evaluación de las autoridades que sea la base para la ayuda y para que sean parte de los programas. Se requiere esa certeza jurídica y los estudios para ver como reforzar la casa o el edificio, finalizó. 

ams