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Ser normalista después de Ayotzinapa, la defensa y la rabia (video)

El director de la Benemérita Escuela Normal Veracruzana habla de los retos que enfrentan como institución educativa luego de la campaña de desprestigio de la que son objeto por las manifestaciones para exigir se esclarezca el caso de los 43 estudiantes desaparecidos de la Escuela Normal Isidro Burgos, en Guerrero

Escrito en ESPECIALES LSR el

XALAPA, Veracruz (La Silla Rota)- Dos años después de los acontecimientos en los que 43 estudiantes normalistas fueran víctimas de desaparición forzada, la Benemérita Escuela Normal Veracruzana (BENV) Enrique C. Rebsamen, enfrenta un reto principal: sobrevivir a la campaña de desprestigio a la que están sometidas todas las escuelas de su tipo.

Además, también busca que la participación de los jóvenes, no sólo normalistas, en las decisiones del estado y el país sea una constante, no tengan fecha de caducidad. Y más allá de eso, no olvidar que dos años después, siguen faltando 43.

 

La BENV antes y después de Ayotzinapa

Antes de Ayotzinapa la vida nacional era una, después de Ayotzinapa la vida nacional es distinta esto en términos generales respecto de la sociedad, y en particular para el sector de los jóvenes que están entre los 18 y 29 años que a veces no se deciden a participar y hoy ya hacen, opina Fidel Hernández Fernández, director de la BENV.

“Yo creo que ha cambiado en gran parte la conciencia de esos jóvenes respecto de los problemas nacionales y de la educación en lo particular y respecto de la gran necesidad que tenemos como sociedad de que nuestros jóvenes participen en las grandes decisiones del país”, detalla.

En entrevista, a dos años de distancia de los hechos que conmocionaron al país y del que Veracruz no fue ajeno, el normalista recuerda que antes de esos hechos, la intención de los jóvenes por ingresar a la normal rebasaba por mucho, la capacidad de recibirlos en ese plantel; ahora son pocos los que optan por ese camino.

“Este año tuvimos un total de 800 solicitudes para el ingreso a la escuela, antes hablábamos de hasta mil 500. Entonces ha sido una sensible baja”, detalla.

Hernández Fernández dijo que pese a esto, la Normal Veracruzana está dando resultados, aun en medio de la más fuerte crisis que se vive en el estado y la nación, pero, afirma que “la estatura pedagógica de Veracruz habrá de salvar al menos el proyecto educativo del estado”.

El maestro, que en estos dos años realizó junto a alumnos dos viajes a la Normal Rural Isidro Burgos de Ayotzinapa, refiere que sin la actitud que han adoptado los miles de jóvenes en el país, no existiría la tan necesaria nueva conciencia social.

 

“Creo que la mejor esperanza está en esos niños y en esos jóvenes que tendrán que ayudarnos a recuperar lo que nunca debimos haber perdido, esa dignidad social, ese espíritu de lucha y de renovación para hacer las cosas cada vez mejor”.

 

Afirmó que los hechos de aquel 26 de septiembre de 2014, a los que cataloga de hecho atroz y artero de agresión a los jóvenes hermanos normalistas, representa, de manera contraria como se pensaba, un verdadero aliento y refuerzo para cambiar y para hacer la mejor de las revoluciones de las ideas.

“En ese sentido creo que a dos años, aun cuando no tenemos una explicación clara y precisa de lo acontecido ni se ha resarcido el daño a las familias ni tampoco se ha castigado a los responsables, lo que nos queda es no olvidarlos pero lo más importante que su desaparición sirva para tener una mejor patria.

“Prácticamente ofrecieron su propia vida para que esto mejorara y eso merece, de propios y extraños, el mayor de los respetos, pero sobre todo merece que accionemos en sociedad para mejorar este país”, sentenció.

A la fecha, enfatizó, los retos de la BENV son multivariados, centrados principalmente “en seguir luchando, guardar en la memoria pero accionar para que se haga justicia en tres sentidos: uno, saber qué sucedió con ellos en realidad; dos, resarcir el daño a las familias  y tres, castigar a los culpables, los responsables y autores intelectuales pero también a los materiales, a los asesinos materiales, a los agresores materiales y explicar a la sociedad, a México entero y al mundo qué pasó”.

Dijo que la obligación del gobierno federal es dar información clara, fehaciente y precisa de lo ocurrido y establecer las bases para que esto no vuelva a ocurrir.

En términos educativos, sostuvo que la reforma educativa ha resultado un fracaso porque no se tomó en cuenta a los diversos sectores de la sociedad, especialmente al magisterio, ni hubo una construcción del modelo educativo.

“Yo creo que tendría el gobierno federal con mucha humildad reconocer que se equivocó, volver los ojos al pueblo de donde emana el poder original para escuchar a ese pueblo, al magisterio y llegar a una propuesta que permita que todos los estratos de la sociedad tengan acceso al servicio educativo”.

El gobierno federal, afirmó, debería ya estar cambiando y pensando en un nuevo modelo democrático que sea equitativo y atienda las grandes necesidades de su pueblo en todos los órdenes de la vida, especialmente educación, salud y trabajo.

Una de las propuestas de la Normal, expuesta en un foro que se realizó en la propia Secretaría de Educación Pública (SEP), fue que se reforzara  la historia patria en todos los niveles educativos, pues “los grandes imperios tratan de eliminar la historia de cada país, esperando que de esa forma seamos manejables, manipulables”.

Insistió que si bien es necesario siempre autoevaluarse, reflexionar, analizar y hablar de reformar, debe hacerse sobre la base de tomar en cuenta a los que más saben de educación como son los maestros.

 

Sobrevivir

Para Antonio de Jesús Guajardo Jiménez, presidente del Comité Ejecutivo Estudiantil Normalista, el discurso oficial dista mucho de la realidad, pues las leyes están encaminadas a la formación de docentes con normales sin cabida, hecho acentuado luego de los hechos de Ayotzinapa.

El joven afirma que si bien la BENV es una escuela “privilegiada” pues cuenta con un espacio adecuado para los estudiantes normalistas, el resto de los planteles de su tipo en el estado, apenas “sobreviven”.

“Las constantes campañas de desprestigio a través de los medios de comunicación han hecho que las escuelas normales cada vez sean menos solicitadas por los jóvenes; cada año se reducen más los números, es muy clara la tendencia”, lamenta.

Guajardo Jiménez dijo que la Normal de Veracruz y todas las del país enfrentan el reto de demostrar que están completamente capacitados en la docencia, lo que ha quedado en evidencia con los exámenes estandarizados que la misma SEP aplica.

 

“En realidad las escuelas normales están dando resultados, lo que no tienen es el reconocimiento como casas formadoras de docentes por excelencia. El reto es dignificar y fortalecer la imagen del normalismo”.

 

En el caso de los hechos de hace dos años, el joven exigió respuestas de parte del gobierno federal, que se aclare qué pasó con sus compañeros.

“Se me hace terrible que se antepongan otros intereses políticos antes que la verdad, creo que esa ha sido la exigencia desde hace mucho tiempo. Eso si bien no remediaría evidentemente la situación, sería un gran avance en reconocer lo que se hizo mal y que le dé la verdad a los padres de familia”.

mlr