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OPINIÓN

Seguridad social igualitaria

La reforma aprobada en el Senado parte de dos derechos fundamentales: la igualdad ante la ley y la no discriminación por razón de género. | Carla Humphrey

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El primer dictamen que aprueba esta legislatura en su primer periodo de sesiones, era una deuda impostergable con la sociedad mexicana. La reforma a las leyes del Instituto Mexicano del Seguro Social y las del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado para que las y los mexicanos cuenten con servicios de salud y de seguridad social igualitarios sin distinción de sexo.

La reforma aprobada en el Senado parte de dos derechos fundamentales reconocidos por nuestra Constitución: la igualdad ante la ley y la no discriminación por razón de género. No existe ningún fundamento de hecho o de derecho para tratar a las personas de manera distinta violentando sus derechos y atentando contra la dignidad humana, por el contrario, es obligación del Estado, garantizar y proteger los derechos humanos para asegurar las mejores condiciones para que las personas, sin distinción de raza, género, sexo, religión, edad, origen ético, preferencias sexuales, estado civil, puedan en total libertad y seguridad desarrollar el proyecto de vida que se han trazado.

Esta reforma, que fue aprobada por unanimidad de votos de las y los senadores presentes en la sesión del martes pasado, permitirá que los matrimonios igualitarios y los concubinatos cuenten con los mismos derechos y prestaciones que se establecen en la ley para cualquier persona sin que sean discriminados o excluidos por razón de sexo.

Entre los derechos más relevantes están no sólo el acceso a los servicios de salud, sino el derecho a prestaciones sociales igualitarias como las pensiones por viudez o el derecho de los hijos e hijas a las de orfandad, en cumplimiento al derecho internacional así como a la sentencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación que determinó, hace ya tres años, la constitucionalidad de los matrimonios y concubinatos igualitarios.

Se establece, además, que el esposo o concubinario de una mujer, tendrá derecho a la prestación de pensión por viudez y se elimina el lenguaje sexista que discriminaba a las mujeres por razón de género. Con la aprobación de esta reforma México reconoce la diversidad sexual y los modelos distintos de organización familiar, garantizando la pluralidad de nuestro país y el acceso igualitario a los servicios de salud y las prestaciones sociales que les corresponden.

El dictamen aprobado ya fue enviado a la Cámara de Diputados y Diputadas que ahora deberá analizar la iniciativa de reforma y ponerla a consideración del pleno. Queda todavía un camino parlamentario que recorrer, pero será responsabilidad de las y los integrantes de la Cámara Baja la celeridad y seriedad con la que se conduzcan como colegisladores, para aprobar la primera iniciativa del Congreso de la Unión que terminará con la exclusión y la discriminación garantizando servicios de salud y prestaciones sociales para las personas sin importar su sexo, como derecho humano que el Estado tiene obligación de respetar, garantizar, proteger y promover.

Consejeras y Magistradas

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