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Salvando al Godín de ERROR 404!

O cómo resetear el cerebro | Aniela Cordero

Por
Escrito en OPINIÓN el

Tenemos muchas cosas que agradecerle a nuestro cerebro. El que podamos levantarnos e ir a nuestra aldea godín de 9 a 5 de lunes a viernes. Que podamos respirar, parpadear, tragar saliva y demás funciones automáticas (que seguro están haciendo consientes mientras leen esto). Y, aunque usted no lo crea, que algunos de nosotros podamos pensar (no entraré en más detalles, todos tenemos a alguien que no es precisamente lumbreras).

En fin, dejemos las historias tristes para otra ocasión. Esta vez les traigo una nueva palabra del día, que tiene 6 sílabas, es una palabra aguda y es el proceso por el cual el cerebro aprende y se va formando a través de nuestra vida y experiencia. ¿Alguien? ¿No? ¿Nadie? Bueno, repitan conmigo: neu-ro-plas-ti-ci-dad.

La neuroplasticidad es el cómo responden nuestras conexiones neuronales a diferentes experiencias, y cómo van formando la estructura de pensamiento. Y una de las mejores características de este proceso, es que podemos resetearlo; cambiar patrones, malos hábitos, tendencias o prejuicios. Pero ¿cómo hacerlo? Si no podemos ni resetear la computadora (ay).

Primero tenemos que reconocer que algo en nuestro proceso cerebral no está funcionando como a nosotros nos gustaría, o no está cooperando (hay tabla, cerebro, que conste). Tal vez nuestro perfeccionismo está rayando en la obsesión; tal vez una creencia que teníamos desde niños nos la tiraron al suelo (spoiler: no existe el ratón de los dientes ni los reyes magos, señores).

Pero así nacimos, ¿para qué cambiar? (¡Tabla!). Uno, para ser mejores Godínez; y dos, aunque algunas características sí vienen de fábrica, siempre hay espacio en nuestro ambiente, en la educación y en la voluntad, para mejorar y cambiar. Además, aunque nuestro cerebro no funcione como el botón de la compu, sí podemos intentar 7 cosas para empezar a resetearlo o prepararlo para un cambio:

1. Dormir

Es el remedio perfecto. ¿Mal día? Dormir. ¿Ruptura amorosa? Dormir. ¿Mucho estrés? Dormir. ¿Fin de semana? Dormir. ¿Crecimiento de las conexiones neuronales? Dormir. Nuestras neuronas y sus conexiones crecen y se fortalecen con los estímulos recibidos durante el día, pero se encogen un 20% durante las noches, dejando mas espacio para nuevas conexiones. Entonces, si no dormimos, no hay más espacio.

2. Hacer ejercicio

Ya sé, muchos lo odiamos, con ganas. Su servilleta, lleva un año sin ir al gym. Pero venga, hagamos lo mínimo que son 30 minutos al día. Sólo con 30 (interminables) minutos, mejoramos nuestra memoria y el cerebro mejora su elasticidad, además de hacernos más felices por la liberación de endorfinas, y la mejor parte, es que esos 20-30 minutos no tienen que ser intensos. Sólo vayan a pasear al perro, o vayan a orearse.

3. Meditar

Pueden empezar con 5 minutos (ok, 2 minutos efectivos) al día, e ir subiendo el tiempo poco a poco. Hay MUCHOS estudios que demuestran que meditar nos hace mejores y tiene muchos más beneficios que escuchar atentamente las vocecitas en la cabeza, como relajarse, tener un rango de atención más amplio, y mejorar la salud. Abran su tienda de apps (sorry, Huaweienses) y bajen la que más les haga ojitos.

4. Escuchar música

La música baja las ondas cerebrales, preparando las condiciones óptimas para el aprendizaje, análisis y en general, dar nuestro mejor esfuerzo. Sin embargo, hay mucha diferencia en la música que escojamos. Los mamarres no cuentan.

5. Alimentarnos bien

Sí, las garnachas son deliciosas con una coquita bien fría. Y no le podemos decir que no a las papitas a media tarde en la oficina… pero, hay que recordar que el estómago está MUY conectado a nuestro cerebro, y muchas veces, podemos ayudarnos con alguna frutita o alguna verdura, o simplemente bajándole a las fritangas, con eso, nuestro estado de ánimo mejora. Nomás hagan el intento, una zanahoria no los va a matar.

6. Pasar tiempo en la naturaleza

SALGAN. AL. PARQUE. SIN. CELULAR. No lo necesitan para desconectarse un ratito en lo que pasean al perro o van a los helados que están del otro lado de los arbolitos. Así de simple se empieza, ya si después quieren aventarse subir al Everest, asegúrense de hacerlo cuando no haya tráfico en la cima.

7. Priorizar emociones positivas

Nuestras emociones están conectadas con nuestra realidad, les guste o no. Y no se trata de evitar como la plaga los sentimientos negativos (no sólo es poco realista si no insalubre), se trata de reconocer esas emociones, y luego verlas desde otro punto de vista. Por ejemplo, cuando estás en el tráfico de periférico a las 8 de la noche y ya quieres llegar a tu casa, y estás HARTO de los coches y de la humanidad… piensa en que tal vez ya pasaste lo peor y falte menos. Hay una emoción positiva para toda experiencia, pregúntenle a San Gugul.

Así que llévele, llévele. Hay variedad de actividades para intentar resetear el cerebro. Y si no, ¡tabla!

Salvando al Godín de la Contingencia

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