La escena no era diferente a cualquier otra. Como cada mes, madres de familia, ancianos y niños beneficiarios del programa Prospera, de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) se formaban y hacían fila bajo el sol primaveral de Sonora.
En el poblado Miguel Alemán, comisaría perteneciente a Hermosillo se encuentran los más pobres de la capital. En su mayoría jornaleros y algunos migrantes de Oaxaca y Guerrero que llegaron para trabajar en los campos.
TAMBIÉN PUEDES LEER: Uber y la lucha por los taxímetros en Sonora
Los criminales lo sabían. Tenían calculados los días y las fechas en que estas personas recibían su pago del programa federal. Algunas madres de familia ya habían denunciado que algunos delincuentes las seguían, las amedrentaban y les robaban los 500 pesos al mes que les da el gobierno.
Pero los delincuentes querían más y decidieron ir por el pez gordo, ir directo a la fuente de recursos: los funcionarios de Prospera que entregaban el dinero.
El pasado martes, más de 200 pobladores se reunieron en el Centro Hábitat Municipal, un lugar de uso comunitario ubicado en el centro de esta comisaría costeña para recibir los apoyos de los distintos programas, antes de la veda electoral.
Poco antes de las 9:00 de la mañana llegaron tres delincuentes e intentaron despojar a los funcionarios de más de un millón de pesos.
Gerardo Quintana Sánchez, un joven oficial de 23 quiso detener el asalto y proteger a los ciudadanos. Los criminales le atestaron una bala en la cabeza.
De acuerdo con algunos testigos, el elemento de la Policía Municipal fue contra los tres sujetos que sacaron un arma entre sus ropas. Después de recibir el disparo, huyeron del lugar.
Tras un operativo de la corporación se logró la detención de los tres delincuentes. “Los presuntos huyeron del lugar sin lograr su objetivo, gracias a la oportuna intervención de este elemento policiaco”, declaró el comisario Jorge Suilo Orozco.
El joven Gerardo Quintana era novato. Había ingresado a la Policía Municipal de Hermosillo el pasado mes de diciembre. Apenas había sido designado a la Comisaría Miguel Alemán.
Sus restos fueron velados en una parroquia de la capital sonorense. Asistieron amigos y familiares, su esposa y sus dos pequeños.
“Dio la vida por los viejitos. Iban todos a que les pagaran y pasó eso. El poblado es una perdición de gente por donde quiera”, dijo una de las tías de Gerardo.
La Comisaría de Miguel Alemán, ubicada a 62 kilómetros de Hermosillo tiene altos índices de criminalidad, pobreza y drogadicción.
Con información de Proyecto Puente.
mvf