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"Por favor ayúdeme, abusé sexualmente de un niño"

Un informe de la justicia estadunidense recopila los relatos sobre el abuso sexual de al menos 300 sacerdotes contra mil niños en los últimos 70 años

Escrito en MUNDO el

La Suprema Corte de Pensilvania, en Estados Unidos, dio a conocer un informe de mil 300 páginas donde recopilan algunos de los relatos sobre la investigación de al menos 300 sacerdotes por abusar sexualmente de mil menores de edad, quizás más, en los últimos 70 años.

"Nosotros, los miembros de este gran jurado, necesitamos que ustedes escuchen esto", así comienza el documento de la corte.

El informe no sólo evidencia los casos de abuso sexual, sino la participación de las máximas autoridades eclesiásticas para ocultar los hechos y salvar a los depredadores de la justicia.

El padre que “revisaba” a los niños

En 1997, varias quejas aparecieron en Erie, Pensilvania, contra el sacerdote Chester Gawrons por abuso sexual.

El mismo Gawrons confesó que con el argumento de hacerles una revisión para detectar el cáncer, acariciaba sexualmente de los niños.

El cura presentó a la diócesis, luego de la quejas, una lista de 41 posibles víctima, de las cuales 12 menores habían recibido dicha “revisión” por parte de Gawrons.

Pese a ello que el sacerdote confesó voluntariamente de los ataques sexuales, continuó activo en el clero y fue reasignado a varias parroquias hasta el 2002, cinco años después de que salieran a luz los ataques.

"Por favor ayúdeme, abusé sexualmente de un niño"

Una de las autoridades eclesiásticas, Anthony Muntone, tenía en su posesión un memorándum confidencial escrito por el mismo donde relataba como uno de sus colegas religiosos le confesaba un abuso sexual cometido contra un menor.

El depredador fue identificado como Michael Lawrence, quien le pidió ayuda tras el crimen cometido: "Por favor ayúdeme, abusé sexualmente de un niño".

Sin importar la confesión Michael Lawrence continuó oficiando dentro de la iglesia bajo la orden de tres obispos distintos, incluso, la diócesis determinó que: “Esta experiencia no será necesariamente un trauma terrible para la víctima”.

Pornografía infantil y los regalos para identificarlos

Varios de los abusadores tenían contacto entre ellos y se contaban entre sí los crímenes cometidos contra los menores.

Cada uno de los sacerdotes tenía varios niños “preferidos”, a quienes se llevaban de viaje y regalaban cadenas con cruces de oro.

Sin embargo, esa cruz era para identificar a los niños que eran víctimas de abusos sexuales y así, entre esta red de sacerdotes depredadores sabían cuando el menor era una víctima más vulnerable.

En este grupo no sólo compartían a sus víctimas, sino también la pornografía infantil producto de sus abusos.

“Este grupo de sacerdotes utilizaba látigos, violencia y sadismo cuando violaba a los menores”

Uno de los niños fue forzado a pararse en una cama en una rectoría, desnudo, y a posar como Cristo en la cruz para los curas.

Embarazo a una menor y se casó con ella

El padre Raymond Lukac embarazó a una joven de 17 años y por si no fuera suficiente, falsificó la firma de un pastor en un acta de matrimonio para casarse con ella.

Luego, tras dar a luz, el sacerdote se divorció de la menor.  

Pese a todo ello, Lukac permaneció en la misma iglesia, hasta que "un obispo benévolo en otro estado dispuesto a aceptar al depredador y esconderlo de la justicia".

La embarazó e hizo que abortara

El sacerdote Thomas Skotek abusó de una joven, quien terminó embarazada producto de la violación.

Al enterarse, el religioso arregló todo para que la víctima abortara.

El obispo James Timlin se enteró de lo sucedido y escribió una carta donde “entendía” el dolor de lo sucedido.

"Este es un momento muy difícil en tu vida y me doy cuenta de lo amargo que es esto. Yo también comparto tu dolor", escribió el obispo.

Sin embargo, la misiva no era para la víctima, sino para el cura Thomas Skotek, el violador.

Aceptó abusos a niños, pero a niñas no: “No tienen pene”

Un sacerdote, de quien no detallan nombre, confesó haber abusado sexualmente de varios niños, sin embargo rechazó las acusaciones de dos niñas.

Cuando el cura fue confrontado por los señalamientos de las menores, lo rechazó diciendo “no tienen pene”.

Otro cura, que tampoco especificaron, fue cuestionado sobre si había abusado de sus feligreses, a los que respondió: “Con mi historial todo es posible”.

Al final, este cura decidió renunciar al clero, no sin antes pedir una carta de recomendación para trabajar en Disney World.

“El instrumento de Dios”

Edward Graff, quien se desempeñó como sacerdote durante 45 años, violó a decenas de menores cuando se encontraba en la diócesis de Allentown.

Uno de los casos contra Graff señala que el abuso comenzó en la escuela primaria Holy Guardian Angels, donde cursaba el séptimo año.

El cura primero se insinuó y luego de “engatusar” a su víctima, logró que se quitara los pantalones para masturbarlo mientras el religioso también lo hacía para él mismo.

Cuando el menor lo cuestionó sobre sus prácticas, Graff sólo le dijo que estaba bien, que él era un instrumento de Dios.

Los abusos continuaron durante los siguientes seis meses. La víctima asegura que un amigo suyo y otros niños también fueron abusados durante el mismo periodo.

La iglesia supo sobre los abusos de Graff, los documentó, pero aminoró las denuncias y rechazó el conocimiento de las denuncias cuando estas salieron a la luz.

En 2002, Graff fue arrestado en un condado de Texas donde aún era clérigo por abusar sexualmente de un menor de 15 años, según el reporte.

Murió de las heridas infligidas en un accidente en la prisión texana en la que esperaba su juicio.

Todos los niños eran de la misma familia

En la diócesis de Harrisburg, el sacerdote Giella abusó de varios integrantes de una sola familia durante la década de los ochenta.

Gelia conoció a una familia cuando era parte de la iglesia de San Juan el Evangelista.

Formada por ocho niñas y un niño, el sacerdote fue acogido por la familia, a la vez que comenzó a abusar inmediatamente de los menores.

Gelia violó a cinco de las ocho niñas, así como a otros integrantes de la misma familia que no fueron detallados en el informe.

Su conducta incluye una serie de delitos punibles según la ley de Pensilvania.

Con información de BBC Mundo y The New York Times