Main logo

“Puso una película porno gay e intentó violarme”: los abusos de sacerdotes en Chile

Varios son los testimonio de víctimas de los sacerdotes pederastas, quienes fueron encubiertos por obispos y demás autoridades eclesiásticas

Escrito en MUNDO el

Los obispos Gonzalo Duarte, Juan Barros y Cristián Caro fueron los primeros en pagar tras el escándalo de encubrimiento de pederastas dentro del clero en Chile.

El Papa Francisco aceptó sus renuncias y, aunque aseguran fue "por motivos de edad", todo indica que fueron parte fundamental para que las denuncias por abuso sexual contra los religiosos fueran desestimadas por las mismas víctimas.

La BBC conversó con algunas de las víctimas de esta red de pederastia, abuso sexual y encubrimiento.

“Comenzó a tocarnos mientras nadábamos desnudos en la alberca”

A Mauricio Pulgar lo invitaron a pasar una jornada eclesiástica durante el verano de 1993, el menor aceptó de inmediato pues en su mente ya estaba dedicarse a la labor sacerdotal.

Dos curas los acompañaban en el retiro, sin embargo, uno de ellos tuvo que irse quedándose a cargo del grupo únicamente el padre “M”.   

LEE ADEMÁS: Vaticano procesa a sacerdote que poseía pornografía infantil

En el lugar había una piscina, donde el religioso pidió a todo el grupo de jóvenes que se metiera a nadar desnudos. La mayoría se negó, pero el padre “M” argumentó que quien no lo hiciera era porque tenía “problemas sexuales”, así todos se metieron a la alberca.

Ya con todos dentro del agua, el padre “M” comenzó a tocarlos mientras nadaba entre ellos, decía que ese “ejercicio” ayudaba a la confianza y a la autoestima: “Fue bien traumático".

Dos meses después de aquella jornada de verano, Pulgar entró al seminario, donde siguieron las agresiones.

Los formadores, sostiene Mauricio, les daban pesos en la cara a todos los seminaristas y quien no se dejara era porque “tenía problemas”.

Los seminaristas tenían que vestirse como el padre “M”, además de que los alejaban de sus familiares, en el caso de Mauricio de su madre. Como sus papás eran divorciados y ella se volvió a casar, para los religiosos era un ser inferior.   

Los sacerdotes, detalla Mauricio, estaban obsesionados de hablar sobre temas sexuales. Recuerda que en una ocasión el sacerdote y profesor de liturgia comenzaron a decir que si uno tenía una erección y no sabía que hacer o si uno se masturba mucho tenía que hablar él.

Maltratos, humillaciones y acoso sexual eran parte cotidiana en la vida de Mauricio Pulgar.

Los formadores abrazaban a los seminaristas, los tomaban por la espalda y los llevaban a otros cuartos. Cuando uno de los jóvenes se quejaba, los curas se enojaban. En una ocasión, Mauricio se defendió de una de las agresiones de los religiosos, lo que le costó una visita al psicológico.

“Me desperté cuando escuché jadeos”

Pulgar logró salir del seminario cuando un sacerdote lo invitó a ayudarlo en su parroquia.

Dentro del seminario había un sacerdote que siempre estaba encerrado y del cual nadie debía acercarse o juntarse, era el padre “H”.  

Mauricio coincidió con él cuando comenzó a trabajar en una parroquia que quedaba cerca de la iglesia donde laboraba el padre “H”. Pulgar lo ayudó algunos días.

PUEDES LEER: "La Familia", el club secreto de sacerdotes para encubrir abusos sexuales

En una ocasión, el padre “H” le dijo que todos eran homosexuales, que la heterosexualidad no existía, por lo que “había que probar”.

Pulgar se quedó un día en la parroquia durante la noche, él no quería porque el cuarto de visitas estaba ocupado por otro sacerdote. Sin embargo, dormiría en la sala.

 

Comió un sándwich y una bebida antes de dormir, pero comenzó a sentirse mal. El padre “H” le dijo que se recostara en su cama, ahí se desvaneció y se despertó cuando escuchó un jadeo, el padre “H” estaba abusando de él.

Pulgar trató de mover los brazos y las piernas, pero no pudo. Logró mover una mano, pero el padre “H” le dijo que se quedara tranquilo que no había pasado nada, le dio dinero y luego dejó que se fuera.

Mauricio le contó a otro sacerdote lo sucedido, su casó llegó a los oídos del obispo Gonzalo Duarte, quien únicamente intervino para que Pulgar no pudiera terminar sus estudios de teología.

En 2013, luego de saber que había habido una queja canónica formal por abusos en el mismo seminario, Pulgar presentó una queja ante la justicia ordinaria y una denuncia ante las autoridades eclesiásticas. De ninguna de las dos instituciones de justicia recibió apoyo.

“Puso una película porno gay e intentó hacerme sexo oral”

Seis años antes de que el padre “H” abusara de Mauricio Pulgar, éste abusó de Marcelo Soto, un joven seminarista que trabajaba en la misma parroquia que dicho religioso.

Tras realizar la misa, el sacerdote le dijo que fueran juntos a descansar. En su dormitorio, puso una película y era de pornografía gay. Posteriormente el padre “H” se lanzó encima de Marcelo, comenzó a tocarle los genitales e intentó hacerle sexo oral.

Soto salió corriendo del lugar y reportó lo sucedido a sus superiores, entre ellos a Gonzalo Duarte, el mismo que desestimó el caso de Mauricio Pulgar. Le dijo que se quedara callado.

Al respecto, Duarte aseguró que no se acuerda de Marcelo Soto, ni del caso relatado.

“Eso no es nada comparado con lo que me hizo a mí”

Marcela Suárez era directora de un hogar de menores abandonados en 2002. Al lugar arribaba el sacerdote Eduardo Olivares, quien los fines de semana se llevaba a los niños a pasear, se mostraba muy cercano a ellos.

En una ocasión, mientras ofrecía misa Olivares dijo: “Dios te quiere a ti”, a lo que uno de los niños respondió “Cómo a los que tú te comiste”. Eso encendió la alarma.

TAMBIÉN LEE: Asegura que viajó al pasado para tomar fotos de Jesús

Sin embargo, todo se destapó cuando uno de los niños fue acusado por el sacerdote de robo y al ser llamado por la directora llorando dijo “eso no es nada comparado con lo que me hizo a mí”.

Así descubrieron que al menos una decena de niños habían sido abusados sexualmente por Olivares.

Marcela informó al obispo de lo sucedido, sin embargo, éste sólo respondió: "Usted sabe que los niños son mentirosos".

Argumentando que la gente quería hacerle daño a la iglesia, el obispo rechazó lo sucedido, sin embargo, los encargados del hogar de menores denunciaron los hechos.

Pese a tener al mejor abogado penalista de la región de su lado, Olivares fue encontrado culpable de abuso sexual y estupro. Sin embargo no terminó en la cárcel, sino en libertad condicional.

Tampoco le fueron suspendidas sus funciones religiosas, pues se le ha visto oficiando funerales o realizando misas.

Por su parte, Marcela fue despedida de la casa hogar debido a que "no correspondía que una mujer estuviera a cargo de un hogar de niños".

¿Qué sigue?     

 

El papa Francisco ordenó dos investigaciones por abuso sexual contra religiosos, mandando a´si a sus mejores expertos del Vaticano a Chile.

Tras el escándalo, el papa aseguró que en Chile existía una "cultura de abuso" y un "sistema de encubrimiento".

De los 34 obispos que pusieron su cargo a disposición por los hechos, tres ya fueron tomados por el sumo pontífice.

Con información de la BBC

rgg