Luego de enfrentar por primera vez en 11 años a quienes exigen su dimisión, el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, intentó imponerse durante la primera jornada de los diálogos por la paz, que buscan un alto a la violencia que derivó por la represión a las múltiples protestas contra su gobierno.
Durante su intervención en los diálogos, el mandatario nicaragüense intentó plantar temas económicos como la reforma a la Seguridad Social, pero los obispos no dejaron que el asesor económico Bayardo Arce abordara el tema.
EL CONFLICTO DE NICARAGUA EN 5 PUNTOS
Tras escuchar la lista de fallecidos, el descontento del sector empresarial, con quien Ortega ha mantenido consensos por más de 10 años, y la exigencia de la iglesia de cesar la represión a las protestas, el mandatario nicaragüense negó la represión por parte del Estado.
Aseguró que los manifestantes “aterrorizan” los nicaragüenses y que son responsables de los saqueos en varios puntos del país; así como de las muertes de oficiales de la Policía.
Sin embargo, este martes había declarado que quería la paz en el país, e hizo referencia a lo ocurrido en la Franja de Gaza, donde el ejército israelí abrió fuego a los manifestantes palestinos.
Fue el secretario de la Conferencia Episcopal, Abelardo Mata, quien llevó el tono de la reunión, además exigió que el presidente ordene el alto a la represión contra las protestas pacíficas que exigen su salida del poder.
En ese sentido, pidió que la policía se retire a sus cuarteles y advirtió al mandatario que ha comenzado una “revolución no armada”, pero que si Ortega quiere desarmar dicha revolución no será a “fuerza de balas”.
Por su parte, el sector empresarial expresó su preocupación de que el mandatario no abordara el tema del deterioro de las instituciones del país.
El presidente de la Unión de Productores y Agropecuarios de Nicaragua (UPANIC), Michael Healy, indicó que debe haber justicia y los culpables tienen que pagar para que los manifestantes tengan seguridad.
Nicaragua cumple ya un mes de manifestaciones y conforme pasa el tiempo salen a la luz las historias de horror. Según las denuncias de organizaciones de derechos humanos, se usaron francotiradores para reprimir las protestas.
Entre los muertos hay al menos 25 estudiantes, menores de 25 años, que murieron por impactos de bala en la cabeza.
Con información de El País
cbl