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Phubbing, el verdugo de tus relaciones personales

¿Tu smartphone te esclaviza? Arriésgate a desintoxicarte y recuperar tu vida social

Escrito en ESPECIALES LSR el

Carlos Gutiérrez comenzó a hacer “phubbing” de forma involuntaria, como parte de un ritmo de vida en el que ser "multitask" es la única opción, creyendo que uno es productivo si se demuestra tener la capacidad de estar en todo.

“Es una trampa, porque uno no está consciente del momento en que terminas atendiendo más a lo que ocurre en el celular, que a lo que ocurre a tu alrededor”.

Phubbing: Dícese de la acción de una persona de mirar la pantalla de algún dispositivo electrónico mediante la cual se ignora de manera consciente o inconsciente a quienes la rodean, lo que puede deteriorar las relaciones personales si se hace con frecuencia.

Carlos reconoce que hacer “phubbing” –sin duda– generó molestias en la gente que lo rodea.

“Afortunadamente no he tenido mayores reclamos, pero sí comentarios de gente cercana para modificar esta conducta”, comenta a LA SILLA ROTA; sin embargo, no sabe qué tan graves hayan sido ese tipo de faltas.

El término “phubing” nació de la conjunción de las palabras phone y snubbing: teléfono e ignorar, respectivamente. Este comportamiento, que no se limita solo al uso de teléfonos sino que también incluye tabletas y otros dispositivos portátiles que eliminen la interacción de las personas cuando se encuentran físicamente en el mismo espacio, pues es un factor que favorece el aislamiento y genera problemas de interacción social, lo que ha irrumpido en las vidas de mexicanos y representa un factor que aísla y genera problemas de interacción social.

La consultora The CIU destaca que a 2017, 69.2 millones de personas ya tenían acceso a la banda ancha móvil, alrededor del 56% de la población. Y si crece la penetración de dispositivos móviles conectados a internet, el “phubbing” va de la mano.

Evelyn Téllez Carvajal, profesora investigadora del Centro de Investigación e Innovación en Tecnologías de la Información y Comunicación (Infotec), institución que forma parte de los centros públicos de investigación del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), publicó en 2017 un artículo en el que analiza la problemática del “phubbing” en la comunicación de las familias mexicanas.

Recordó que en 2012, el término “phubbing” fue incorporado por vez primera en el Diccionario Australiano Macquarie, gracias al trabajo de un grupo de expertos en lenguaje que consintieron en la pertinencia del vocablo y desde entonces se ha vuelto una palabra de uso común en las comunidades de habla inglesa.

Esto opinó la investigadora:

“Las tecnologías ayudan a comunicarnos más con las personas que están ausentes, mas no con las presentes. Ahí viene la parte negativa de este asunto, pues los dispositivos electrónicos nos conectan con los que están lejos, y al mismo tiempo nos desconectan de los que están cerca. La mayoría de las veces, la gente que es víctima del ''phubbing'' no expresa su incomodidad ante el hecho de ser ignorado por su interlocutor, pero sí tiene un sentimiento negativo de abandono cuando alguien les ignora por revisar su celular”.

Y si alguna vez ignoraste a alguien o te ignoraron completamente por no despegar los ojos de la pantalla de un celular, ya has sido victimario o víctima de este fenómeno.

Carlos reconoce que a veces es la única forma de tener contacto con sus amistades. “A veces la distancia no permite una mayor interacción física con ciertas personas y remplazamos esa interacción mediante el celular, sin darnos cuenta que estamos invadiendo otros espacios con personas que sí interactuamos físicamente”.

Al darse cuenta que se sustraía de la realidad para dedicar solamente atención a lo que sucedía en el smartphone, Carlos Gutiérrez comenzó por contar las veces que consultaba el celular durante el día. Se dio cuenta que muchas de ellas sin razón, sólo para revisar notificaciones.

“A veces me daba cuenta que el celular no tenía siquiera actividad y que ya era más una cuestión de ansiedad”.

El comportamiento no se limita al uso de teléfonos sino que incluye cualquier otro dispositivo electrónico portátil que elimine la interacción de las personas cuando se encuentran físicamente en el mismo espacio, pues es un factor que favorece el aislamiento y genera problemas de interacción social, advierte la especialista del Conacyt.

RADIOGRAFÍA DE UN FENÓMENO ACTUAL

Evelyn Téllez Carvajal considera que la falta de educación en el uso de la tecnología es uno de los factores que llevan a este tipo de conducta y muchas veces los padres inculcan este patrón a sus hijos. El principal atractivo de un teléfono inteligente y al que debe su poder de distracción es la conexión a Internet, al que acceden un alto porcentaje de mexicanos.

En el estudio del Infotec también arrojó en promedio las personas están conectadas a Internet 8 horas, de las cuales cuatro son utilizadas en redes sociales.

En el país, el número de personas conectadas a Internet al finalizar 2017 fue de 79.1 millones, un incremento de 12% respecto a 2016, cuando eran 65 millones de personas, resaltó la Asociación de Internet (antes AMIPCI) al presentar los resultados del 14° Estudio de Hábitos de los Usuarios en México.

Sin embargo, “esto no ha logrado el desarrollo educativo de las personas, parece que sucede lo contrario, debido a que el uso del internet en México está supeditado a tres tipos: comunicación (chat, redes sociales, e-mail) contenidos en Youtube y pornografía”, comentó el profesor Ciencias Computacionales por la UNAM, Leobardo Hernández a Excélsior.

México ocupa el cuarto lugar en el mundo (después de Filipinas, Brasil y Argentina) con usuarios que más tiempo gastan en uso de redes sociales, “en promedio cuatro horas y el nivel de aprovechamiento cultural y de conocimiento en México es bajo, mientras que los países que son más desarrollados, como Japón, las utilizan una hora en promedio”, afirmó el también coordinador del Laboratorio de Seguridad Informática de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Aragón.

El comentario de Leobardo Hernández se sustenta en datos duros. Las redes sociales son la actividad más común de los usuarios:

Usuarios de internet que usan:

1. Redes sociales 89% de los mismos

2. Correo electrónico 84%

3. Mensajería instantánea 83%

4. Mapas cartográficos 73%

5. Escuchan música, 68%.

6. Plataformas de contenido vía streaming de 55 a 66%

7. Plataformas de e-commerce de 37 a 54%;

8. Aplicaciones para solicitar transporte 36%.

En redes sociales:

Facebook, la preferida, 98% de internautas

Youtube cuenta con 82%.

Twitter, con 49%

La población conectada mantiene una proporción de 51% de mujeres y 49% de hombres, concentrados mayoritariamente en la región Centro-Sur, con 23%, contra 16% en el Noroeste, y 13%, en el Oeste del país.

Sobre el rango de edades, predomina la población de 25 a 34 años (19%), seguidas de 12 a 17 años (18%) y de 18 a 24 años (17%). Respecto del nivel socioeconómico, destaca el crecimiento de la proporción de usuarios de nivel bajo, que en 2017 era de 13% y en este año se elevó tres puntos, para llegar a 16%.

POR UNA VIDA DIGITAL MÁS SANA

El 89% de mexicanos utiliza el internet para acceder a redes sociales, así lo dio a conocer la Asociación de Internet, en el estudio sobre hábitos de consumo de los usuarios en México.

Para algunas de estas personas, como Carlos Gutiérrez, representa una necesidad estar siempre conectadas a ellas, por lo que incluso llegan a interrumpir su vida social por permanecer demasiado tiempo conectados.

SOLUCIONES

Por esta razón, Mozilla lanzó el Data Detox , un plan de desintoxicación de ocho días para aquellos que consideran una adicción estar todo el tiempo en internet. Esta es la estrategia semanal.

Día 1. Descubrimiento

Se invita al usuario a conocer lo mucho que está en internet. Se invita a la persona a borrar su historial en los buscadores, reflexionando sobre lo que otros usuarios pueden descubrir sobre él en la red.

Día 2. Todo en su lugar

Este día tiene el objetivo de borrar los datos acumulados que el usuario posee en Google y sus múltiples plataformas. También es necesario dejar de utilizar buscadores que recopilen datos e información privada.

Día 3. Ser sociales

Se repite el paso anterior, sólo que aplicado a Facebook. Asimismo se dan recomendaciones para mantener redes sociales más saludables.

Día 4. Buscando y navegando

Cuando le das “me gusta” a una publicación en Facebook y Twitter, permites saber a terceros qué visitas y cuál es tu dirección IP. La recomendación es cambiar los ajustes de privacidad o utilizar la opción de navegación privada.

Día 5. Conectando

Este día se centra en los dispositivos móviles, donde se tiene un gran almacenamiento de datos, pero no se presta un mayor cuidado. La recomendación es apagar la geolocalización y encender el Wifi y Bluetooth sólo cuando es necesario. Aquí se cultiva la independencia de tu celular.

Día 6. Limpiando

El propósito es checar las aplicaciones que utilizas y borrar aquellas que no utilizas muy a menudo. Asimismo, el cambio de configuración, sobre todo en materia de privacidad.

Día 7. ¿Quién creen ellos que eres?

Invita a descubrir lo que las empresas en internet piensan sobre ti con base en los gustos que tienes. Ellos elaboran perfiles psicométricos para saber incluso por quién vas a votar.

Día 8. Crea un nuevo tú

Brinda una serie de consejos detallados para que empieces desde cero en la red y que nadie pueda saber tus gustos o preferencias, manteniéndote enganchado a internet.

LA CONCLUSIÓN DE CARLOS

Carlos Gutiérrez se puso sus propias reglas. Por ejemplo, revisa su correo electrónico sólo en computadora de escritorio y tres revisiones programadas vía celular, con horario, para atender pendientes o urgencias.

“Desactivé notificaciones y coloqué sonidos especiales a acciones muy específicas para no atender cada sonido o vibración del celular”, platica y remata:

“Ahora soy crítico de las personas que incurren en ''phubbing'' y fomento a que el smartphone no sea el centro de atención de una persona y disfrutar su realidad”; ahora suele apagar el celular durante sus comidas y a silenciarlo durante reuniones familiares y con amigos.

Y con orgullo concluye: “Ya no permito que el celular consuma todo mi tiempo”.

jamp