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Sweetie, la niña filipina de 10 años cazapedófilos

Los pedófilos creen en realidad que es una pequeña, pero se trata de un software que ayuda a detener a este tipo de delincuentes

Escrito en MUNDO el

Él estaba acostumbrado a hacer eso, al abrir ese chat en 2013, inició el diálogo como lo hacía normalmente:

—Me gustan las chicas asiáticas… ¿Estás lista para la acción?

Prosiguió:

—Estoy desnudo, ¿alguna vez has visto a un hombre desnudo?

El sujeto creía que la que estaba al otro lado del ordenador era una niña filipina de 10 años, pero en realidad era Sweetie, un programa informático creado por una ONG para perseguir pedófilos en la red. El australiano Scott Robert Hansen se convirtió tiempo después de ese chat en el primer condenado por acoso a menores gracias a esta herramienta. Actualmente, la organización holandesa que creó la aplicación, Terre des Hommes, está a punto de conseguir que la policía de su país pueda utilizarlo de forma regular.


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Aquella fue la primera ocasión en la que pusieron a funcionar a Sweetie. En 10 semanas contactaron con la supuesta niña filipina más de 20 mil sujetos. Los técnicos de la ONG consiguieron identificar a un millar de ellos procedentes de 71 países, gracias a los datos que estos facilitaron en la conversación, y después los pasaron a Interpol. “Esto demostró que es un problema global. Nosotros estamos trabajando por la prevención. Si quitas el anonimato a los delincuentes, les quitas la protección”, explica Hans Guyt, portavoz de Terre des Hommes.

El hecho de que esta iniciativa tuviera origen en Holanda no es casual. El último informe anual de Unicef establece que es uno de los cinco países que acumulan el 92% de las webs pedófilas en todo el mundo. Holanda está en el número uno con el 20% del total global (datos de Internet Watch Foundation). “Son tres los factores que lo justifican: una infraestructura privilegiada que hace que nuestros servidores sean muy rápidos, que aquí no es obligatorio retirar un contenido inapropiado en cuanto se denuncia y una moral extremadamente liberal que lleva al máximo la libertad individual”, argumenta Guyt. Holanda es el único país del mundo que ha llegado a tener un partido político que se manifestaba abiertamente como pederasta.

Otro reporte de la asociación internacional de organizaciones contra el abuso sexual online Inhope apunta que Estados Unidos sigue ostentando el primer lugar en cuanto a servidores, con más de un 30% del total mundial, aunque coloca a Holanda en segunda posición con entre el 21% y 30%. La presidenta de Inhope es la senadora holandesa Arda Gerkens (Partido socialista). “No hay que confundir albergar los servidores con producir o distribuir el contenido. La mayoría de las webs que se alojan en Holanda no están creadas aquí”, recalca.



Los políticos holandeses llevan discutiendo la nueva ley para el cibercrimen desde hace cinco años. Ahora mismo se encuentra a debate en el Senado y el escollo principal es el punto en el que se habla sobre la posibilidad por parte de la policía de hackear los ordenadores de los sospechosos. “Los partidos más liberales consideran que esto es una invasión de la privacidad, mientras que los de corte religioso (Partido demócrata cristiano y la Unión Cristiana) son los que ejercen presión para aumentar el control en la red”, apunta Guyt. La ley plantea la posibilidad de que las fuerzas de seguridad usen Sweetie de forma habitual en sus operaciones contra el abuso infantil online. “Creo que esa parte se mantendrá”, aventura el portavoz de Terre des Hommes.

Gerkens, que representa a uno de los partidos que se opone a dar más poder a la policía para penetrar en los ordenadores alega: “Las leyes en todos los países de Europa son suficientemente duras para luchar contra los contenidos sexuales de abusos a menores. Los pedófilos son personas que sienten atracción por los niños. Ser pedófilo no es un problema, el problema es cuando actúan. Tenemos que eliminar el tabú, porque por culpa de no hablar de ello, los pedófilos no buscan ayuda y es entonces cuando se producen los abusos a menores”.

Sweetie puede que haya sido válida como herramienta legal en algunos países, pero su uso no es tan sencillo en otros. Bien por problemas con las leyes de privacidad nacionales o por la falta de cooperación entre países para desarrollar una operación a escala internacional. Interpol ya expresó en una rueda de prensa sus reservas la primera vez que este programa salió a la luz, en 2013: “Reconocemos la importancia de las ONG en la persecución del abuso de niños, pero es muy importante que este tipo de operaciones las lleven a cabo profesionales de las fuerzas de seguridad, de modo que todo se haga respetando las leyes de cada país para que los resultados sean admisibles ante un tribunal”.


Con información de El País