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Padres debaten sobre miedo a conciertos tras Manchester

La posibilidad de que el atacante buscara dañar a miles de adolescentes desata debate entre padres por la seguridad de sus hijos

Escrito en MUNDO el

Georgina Callander de 18 años, fue la primera víctima en ser identificada en el atentado ocurrido en el concierto de Ariana Grande en Manchester el lunes en la noche. Georgina era una súper fan de Grande, y se había tomado una foto con su ídolo en 2015. El domingo había tuiteado a Ariana: "TAN EMOCIONADA DE VERTE MAÑANA."

La segunda víctima en ser identificada se trata de Saffie Rose Rousso, de tan solo ocho años. Saffie había ido al concierto de Grande, parte de su gira mundial 'Dangerous Woman', con su hermana mayor y su mamá. Georgina y Saffie eran dos de las 22 personas que perdieron la vida y 59 heridos tras una explosión afuera del Manchester Arena al terminar el concierto.

Estas eran las fans de Ariana Grande y el público al cual el terrorista suicida quería hacer más daño: niñas, adolescentes, fanáticas de una estrella femenina que apoya las causas LGTB, la defensa de los animales y que celebra su sexualidad y su independencia como mujer.

Así describe Nuria Net, de Univisión, parte de la tragedia ocurrida el lunes en Manchester.

Del otro lado, está el temor de los padres a permitir que sus hijos acudan a conciertos.

La hija de 17 años de Iris Azulai, Carmel, asistió recientemente a un gran concierto en Tel Aviv de la cantante argentina Lali Espósito. Dado el historial de este país, el temor al terrorismo está siempre latente, en especial en eventos masivos. Pero a pesar de esto ella no le habría prohibido a su hija asistir.

“Siempre existe ese temor ... pero le doy permiso de ir porque creo que no podemos permitir que el terrorismo se apodere de nuestras vidas”, dijo la madre el martes después de la tragedia en el concierto de Ariana Grande en Manchester, Inglaterra. "Puede ocurrir en cualquier parte, simplemente le pido a mi hija que esté pendiente y que se fije a su alrededor”.

Antes de que un atacante suicida cometiera el atentado el lunes en el norte de Inglaterra, los jóvenes admiradores de Grande en la Arena Manchester con capacidad para 21 mil  personas publicaban fotografías en las redes sociales emocionados de ver en vivo a la estrella de 23 años con su característica cola de caballo. Pero ahora algunos padres están reconsiderando los planes de sus hijos de asistir a conciertos este verano, según el análisis de Aron Heller y Thomas Adamson para RPCTV de Panamá.

“Lo peor es que si algo ocurre ahí no hay a dónde correr o dónde esconderse. Todas esas cosas me pasan por la mente cuando ella está ahí”, dijo Azulai.

Entre los fallecidos en Manchester estaba Saffie Roussos, de 8 años, una de las víctimas más jóvenes del atentado que hasta ahora ha cobrado 22 vidas.

“La idea que de alguien puede salir a un concierto y nunca regresar a casa es devastadora”, dijo Chris Upton, director de la escuela de Saffie, la Primaria Comunitaria de Tarleton, en el condado de Lancashire.

Para muchas familias y niños ir a conciertos, especialmente en un escenario veraniego con un ambiente de libertad, es un ritual de iniciación, un paso hacia la independencia. La cantautora estadounidense Victoria Monet, de 24 años, se incluye en ese grupo demográfico.

Monet estaba entre los artistas que abrieron el espectáculo de Grande en el tramo europeo de su gira “Dangerous Woman”. Dijo a sus más de 43 mil seguidores en Twitter después de la mortífera explosión en Manchester que “aquellos que vinieron a pasar la mejor noche de sus vidas terminaron perdiéndolas”.

“Ellos no estaban seguros. ¡Nunca entenderé este odio! No sé cómo manejar esto y no puedo sonreír, me siento inútil, lo lamento”, escribió Monet.

Julie Dearing, en Houston, Texas, tiene un hijo de 13 años y una hija de 11. Él tiene no está para nada interesado en los conciertos; ella ama la música y quería ir, hasta que se enteró del ataque en Manchester. Este año vio a Fifth Harmony y otros artistas en el NRG Stadium, con capacidad para 80 mil asistentes.

“Ese fue su primer concierto”, dijo Dearing. “No estaba preocupada entonces, pero ahora sí. No sé si la dejaré ir a un concierto ahora y no creo que ella lo vuelva a pedir, por lo menos no por mucho tiempo. Ella me dijo que ya no tiene ganas de ir a un concierto con mucha gente después de oír esta noticia. Fue aterrador, como puede comprenderse”.

Así de estresante como puede ser enviar a un hijo a un concierto, vayan los padres con ellos o no, la psicóloga de Los Ángeles Crystal I. Lee no ve nada de bueno en permitir que el miedo se apodere del control.

“Hay más probabilidades de que un accidente automovilístico afecte a su hijo que un ataque terrorista, pero a pesar de eso uno le permite a su hijo viajar en auto”, dijo. “Claro que hay que seguir teniendo un buen juicio al decidir si un hijo va o no, pero no hay que dejar que la posibilidad de terrorismo sea el factor decisivo”.

Suena más fácil de lo que en realidad es para padres en París y ciudades que han sido blanco de ataques terroristas en años recientes.

La residente de París Shelley Boyd Cadiou tiene tres hijos, el menor de ellos de 18 años, y tenían previsto asistir al concierto de Guns N' Roses en París el próximo 7 de julio en el Stade de France, uno de los sitios afectados en los ataques terroristas de noviembre de 2015 que dejaron 130 muertos. Al final decidieron que no ir al concierto de la banda de heavy metal por los temores tras el ataque en Manchester.

“No creo que vetaría ningún concierto al que mis hijos realmente quieren asistir, pero siempre será un alivio si por cualquier razón deciden que no quieren estar entre la multitud”, dijo Boyd Cadiou.

Los ataques de noviembre también incluyeron la sala de conciertos Bataclan, donde murió el mayor número de personas.

“Trato de que mi ansiedad no afecte a otros, pero lo ocurrido en el Bataclan fue muy traumático para mí”, dijo Boyd Cadiou.

Jerrid Anderson, quien recientemente se mudó a París de Minnesota, planeaba llevar a su hija de 19 años, Hannah, al concierto de Guns N' Roses, pero el martes cambió de parecer por lo ocurrido en Manchester. Su esposa, Danielle Anderson, dijo que estaba en contra de su decisión de cancelar, pero que la respetará.

“No creo que debamos vivir nuestra vida con miedo. En verdad no me importa si mi esposo y mis hijos van a un concierto de rock, pero lo que no quiero es limitar nuestras vidas por miedo al terrorismo”, expresó.