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OPINIÓN
el
procurador General de la República, tiene un escenario complejo, ya no digamos en torno a su pase a la futura Fiscalía General sino en su permanencia en la propia Procuraduría General de la República, donde despacha. La presión en su contra va en aumento cada día. Ayer, el PRI cedió ante el PAN y avaló quitar el pase automático a Cervantes; antes, el Comité de Participación Ciudadana del Sistema Nacional Anticorrupción pidió al presidente Enrique Peña Nieto un procurador de transición, y el ombudsman Raúl González exhortó a los senadores a buscar que la Fiscalía General sea “independiente, autónoma y eficaz”.