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OCTAVIO ROMERO

Por
Escrito en OPINIÓN el
sigue con la cabeza de avestruz. Nos cuentan que el “hackeo” al sistema en Pemex, y que comenzó desde el domingo 10 de noviembre, va más allá de la afectación administrativa o de la inactividad en oficinas. Abarca la falta de monitoreo del abastecimiento de las pipas y los sistemas internos de la paraestatal. Eso preocupa al interior de la empresa porque abre la puerta al robo de combustible, con pipas que lo transportan pero que pueden no estar registradas, sin contar lo que sale al mercado externo. Se habla incluso de que ya hay indicadores de que por las fallas las refinerías no operan de manera regular. Pero el ingeniero agrónomo nomás no se le ve por ningún lado explicando qué sucede.