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OPINIÓN
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quien ayer dejó la titularidad de la Secretaría de Gobernación en medio de un acomedido aplauso, emprenderá el arduo camino de una campaña para senador por mayoría en su natal Hidalgo, lo que parece un retroceso para alguien que ya fue gobernador, pero supondrá un mensaje de su control político sobre el estado que gobierna el también priísta Omar Fayad, en cuyo equipo se anticipan desde ahora fricciones entre ambos personajes.