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OPINIÓN
el
candidato presidencial por la alianza encabezada por el PRI, decidió frenar el conflicto con Ricardo Anaya, de la coalición Por México al Frente, al declarar que no desea agregar nada más sobre su adversario, después de que el domingo lo llamó vulgar ladrón. La respuesta del panista a esa denostación fue decir que el ex secretario de Hacienda está desesperado. Así finalmente el silencio quedó ayer en la cancha.