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OPINIÓN
el
líder del PRI en el Senado de la República, dispuso dotar de un breve lapso de espera para tratar de disipar los reclamos internos y de organismos internacionales como la ONU, con respecto a la Ley de Seguridad Interior ya aprobada en la Cámara de Diputados y que entró en un impasse en la Cámara alta. Nos aseguran que el habilidoso coordinador de la bancada priísta buscará imponer la aprobación contra viento y marea de la nueva legislación sobre la que ha sólidos señalamientos de que violenta derechos humanos, burla la Constitución mexicana y da la espalda a las convenciones internacionales firmadas por el país. Es probable que, de ocurrir una validación forzada, el próximo año tengamos el tema en tribunales externos.