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OPINIÓN
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no pierde el estilo del manotazo. Por la mañana el presidente Andrés Manuel López Obrador anunció el envío al Senado para dar luz verde al TMEC de inmediato. Horas más tarde el mandatario estadounidense azotó la mano en la mesa y dijo que nos impondría un impuesto de 5% a todo producto mexicano hasta resolver la inmigración ilegal. López Obrador le reviró con un “no soy cobarde ni timorato”, pero propuso diálogo. Dicen los expertos que en diplomacia la regla de oro se llama reciprocidad…