Nunca había ocurrido…
Es posible que esta simple frase marque la historia de las relaciones binacionales México-Estados Unidos en el presente periodo, cuando el gobierno de Donald Trump cosecha la tempestad que sembró con amagos de deportaciones masivas, insultos y descalificaciones contra una comunidad de decenas de millones de personas de origen hispano, 60% de las cuales sostienen nexos con México.
Nunca había ocurrido que una cruel narrativa, el odio y el miedo se expresaran mediante protestas en al menos una veintena de ciudades estadounidenses al mismo tiempo.
Nunca había ocurrido que el mismo día en que el Departamento de Estado elogiaba la colaboración del gobierno Sheinbaum, otra funcionaria, Kristi Noem, secretaria de Seguridad Interior, lo acusara ruidosamente de convocar a la violencia… justo en vísperas de que la propia presidenta se reúna con Christopher Landau, el número dos de la diplomacia norteamericana. Nunca había ocurrido… que nadie sepa quién conduce las relaciones de la Casa Blanca con el mundo.
Nunca había ocurrido…, y lo que falta por ocurrir.
El 2027 y la cacería de alcaldes
En escasos dos años, 16 estados tendrán elecciones para renovar su gubernatura, y en muchos de ellos se viven convulsiones singulares. El cambio se dará en Baja California, Baja California Sur, Campeche, Chihuahua, Colima, Guerrero, Michoacán, Nayarit, Nuevo León, Querétaro, Quintana Roo, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora, Tlaxcala y Zacatecas. Nos reportan que los actuales mandatarios están persiguiendo, aun mediante cargos penales, a los principales alcaldes de sus estados y a otros personajes que están lejos de su estima y se puedan perfilar como posibles precandidatos.
Entre los más burdos destaca la guerrerense morenista Evelyn Salgado, quien ha lanzado auditorías contra la alcaldesa de Acapulco, Abelina López, incluso implicando recursos federales, lo que está fuera de sus atribuciones. Pero el fenómeno se repite en media docena de casos. Quien de plano está madrugando en esta línea es el gobernante poblano, el también morenista Alejandro Armenta, inclinado a proyectar políticamente a su controvertido jefe de gabinete, José Luis García, sobrino del polémico exgobernador Mario Marín, considerado tutor político en los inicios de la carrera de Armenta.
Ministro Ortiz Mena: otro pendientito
Diez años acumula ya en los pasillos de la justicia mexicana la demanda del abogado Ulrich Richter Morales en contra de Google, quien se declaró legalmente incapacitado para retirar de sus buscadores la publicación de un supuesto infundio contra Richter producido por un particular. Google alegó que ese contenido es responsabilidad de su autor, y que no está en sus atribuciones suprimirlo. Pero un juez de primera instancia le dio la razón a Richter, y un tribunal de alzada ratificó tal sentencia e impuso a Google una multa sin precedente mundial, por 250 millones de dólares (cerca de 5,000 millones de pesos). El caso Richter-Google llegó hace ya años a la Corte y le fue asignado al ministro Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, quien lo dejará entre sus pendientes, pues cesará en sus funciones el próximo 12 de agosto cuando se abrirá un impasse en el máximo tribunal hasta que el primer día de septiembre asuman los nuevos ministros.
Corte: una amarga despedida
Por cierto, ayer se produjo un momento amargo durante una sesión de reconocimiento a jueces por parte del Consejo de la Judicatura Federal. A la ceremonia acudió, como integrante, Bernardo Bátiz, el acreditado abogado de 88 años que en el 2018 declinó la invitación que le hiciera el entonces presidente electo López Obrador para proponerlo como el primer fiscal independiente. Durante el acto fue abucheado por un auditorio indignado contra la llamada reforma judicial. Bátiz, en el uso del micrófono, debió aguantar a pie firme. El episodio fue zanjado por la aun presidenta de la Corte, Norma Piña, quien pidió con emotividad un aplauso por el servicio prestado y la dignidad de todos los asistentes.