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¿Ya lo pasado, pasado?

Rectificar siempre es importante, pero no hacerlo en el marco de una campaña electoral puede significar la diferencia entre ganar o perder.

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Escrito en OPINIÓN el

¡Vaya sorpresa! El anuncio de Andrés Manuel López Obrador en el sentido de que sí se puede construir el Nuevo Aeropuerto Internacional de México en el municipio de Texcoco debe analizarse con mucho cuidado. Lo mismo debe hacerse con sus palabras en el sentido que en materia de corrupción habrá borrón y cuenta nueva, pues todo lo sucedido antes del 1 de julio “no me importa mucho” y solo “quiero mirar hacia adelante”.

Por supuesto que no se trata de simples ocurrencias.

Sus afirmaciones son la respuesta a las fuertes presiones que algunos grupos empresariales han ejercido contra su campaña durante las últimas semanas y a los puntos vulnerables que se han abierto con su actitud, de manera particular los que lo identifican como un hombre autoritario, populista o de plano como un “peligro para México”.

Estamos dispuestos a licitar concesión del NAICM: AMLO

Según parece, la campaña del miedo lo empieza a afectar

Por esta razón ha considerado preferible rectificar y restarle fuerza a algunos temas antes del segundo #debate presidencial, en el que se permitirán las preguntas de un grupo de ciudadanos y ciudadanas convocados por el Instituto Nacional Electoral (#INE). La lógica de sus palabras parece obedecer a la recomendación que muchos les han hecho de no cometer errores importantes como en los que incurrió durante las elecciones de 2006 y 2012.

Sin embargo, la efectividad de estas acciones podría ser relativa.

Por un lado, porque sus adversarios no le creen y solo les está dando motivos para endurecer los ataques en su contra. Por el otro, porque ha abierto —una vez más— la posibilidad de que una parte de sus seguidores cuestione su congruencia y el cambio histórico al que se ha comprometido. En uno u otro sentido el efecto que logrará no parece ser el más conveniente para su campaña.

López Obrador, borrón y cuenta nueva

Lo que sí es cierto es que AMLO se mantiene en el centro de la agenda política nacional. Y esto es lo mejor que le puede suceder a quien está al frente de las encuestas. En una situación así es muy difícil subir más. Lo que importa en su #estrategia es mantenerse y resistir, porque después del triunfo siempre existe la posibilidad de reencauzar el discurso y las acciones.

Nadie puede asegurar cuál es la verdad de sus palabras

En las campañas electorales, un candidato no siempre dice lo que en realidad piensa. La manipulación y el engaño —desafortunadamente— siempre están presentes en la retórica política. Los límites y sanciones los establece la ley y los códigos de ética que tiene cada persona. Con frecuencia, las promesas se adaptan, olvidan o abandonan una vez que se llega al poder.

López Obrador lo sabe.

También está aprovechando el tiempo, mientras Ricardo Anaya trata con desesperación de que la contienda sea solo entre dos candidatos y mientras la campaña de José Antonio Meade no logra salir del tercer lugar en la que se mantiene desde hace tiempo. La presencia de los grupos empresariales en el escenario político se explica por su desesperación ante el riesgo que ven en el muy probable triunfo de la coalición “Juntos Haremos Historia”, no solo en la Presidencia de la República, sino en el Congreso, la CDMX y en diversos lugares del país.

¿Resetear las campañas?

Desde esta perspectiva, AMLO está asumiendo un riesgo controlado.

Por eso no quiere estirar más la liga. No está dispuesto a rebasar los límites como lo hizo antes, porque ha ganado más como víctima de “la mafia del poder” que como instigador de la violencia. Tampoco quiere aumentar más la tensión porque sabe que no le conviene ser él a quien se identifique como el generador de la actual la polarización que se vive en el país. Con una sociedad enojada, harta y escéptica no solo pondría en riesgo la elección sino su evidente ventaja.

¿Que decline Meade?

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