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¡Ya chole!

Estamos ante una administración frustrada por su impopularidad y la falta de reconocimiento público a sus decisiones.

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Escrito en OPINIÓN el

No hay límite en la capacidad del gobierno para meterse innecesariamente en problemas. Entre escándalos, incompetencia, declaraciones erráticas y ocurrencias, continua el trabajo dedicado y constante de derruir desde adentro lo que queda de credibilidad presidencial.

 

Los errores y dislates de la Presidencia y su gabinete son tan elementales, siguiendo reglas básicas de la comunicación social y el manejo de crisis, que una amiga me señalaba que en el fondo los responsables de comunicación y los asesores presidenciales deben odiar a Peña Nieto y en realidad trabajan estratégicamente para provocar su caída.

 

La última joya marca de la casa es la más que desafortunada campaña del “Ya chole con tus quejas”. Campaña pensada para posicionar un mensaje tan tonto como antidemocrático: “Ya cállense”. En otras palabras, si no vas a hablar bien de los resultados del gobierno, mejor no digas nada. Para lo cual la Presidencia tuvo que pagar a sus geniales consultores con recursos públicos, esto es, utilizaron dinero del bolsillo de los ciudadanos para pedirles que dejen de quejarse sobre lo que hace o deja de hacer el gobierno.

 

Los spots generaron tanta indignación en redes sociales que rápidamente fueron retirados. Dinero público tirado a la basura. De hecho, la campaña es tan irresponsable como vergonzosa, aplica puntualmente el principio de la pena ajena, que debería considerarse daño un patrimonial al Estado Mexicano y, en consecuencia, tendría que exigirse a las autoridades que expliquen cuánto costó y lo paguen de su propia bolsa.

 

El comediante británico John Oliver puso en evidencia el nivel de absurdo de los spots y destacó tres problemas elementales en la campaña del gobierno: 1) En una democracia los gobernantes suelen decir a los ciudadanos que escuchan su voz. 2) Cuando implementas una estrategia de comunicación dirigida a callar a los ciudadanos, lo más seguro es que te estalle en la cara. 3) Puedes retirar tus videos de You Tube pero esto no implica que desaparezcan en internet (y de hecho en cuestión de horas el ridículo se expandió por el mundo).

 

¿En qué estaban pensando? ¿Realmente creían que apelando al “vaso medio lleno-vaso medio vacío” iban a provocar un efecto cascada de empatía hacia el presidente? En todo caso pueden promover como logro de gobierno el haber escrito en letras de oro una página en la historia mundial de la tontería política.

 

Además de una clara incapacidad para entender cómo articular una campaña coherente en medios para mejorar la popularidad del presidente, el discurso encapsulado en el “ya chole” es la versión aumentada y mejorada del “yo sé que no aplauden”. Es el reflejo de un gobierno mentalmente atrapado en los días felices previos a los conflictos de interés y Ayotzinapa. Un gobierno que se entiende a sí mismo como la tristemente célebre portada del “Saving Mexico” y que no puede comprender las razones de su desprestigio y descrédito.

 

Estamos ante una administración frustrada por su impopularidad y la falta de reconocimiento público a sus decisiones. Que, a pesar de los graves eventos que nos han sacudido desde mediados de 2014, sigue entendiendo a México como un país dividido entre quienes sólo critican y con ello, destruyen, dividen o debilitan a las instituciones y quienes trabajan responsablemente impulsando reformas y pensando soluciones para el país.

 

El “ya chole” es el mismo diagnóstico y el mismo discurso al que recurrió la Presidencia en la segunda mitad de 2014 para tratar de cambiar la percepción de la opinión pública. Un maniqueísmo simplista que divide a los mexicanos en optimistas y pesimistas, responsables e irresponsables, constructores y destructores de instituciones. Y aunque les cueste trabajo entenderlo, esto ya fracasó en 2014, no funcionó en 2015 y no lo hará tampoco en 2016.

 

@ja_leclercq