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¿Y los derechos de los niños?

AMLO debería preocuparse porque los niños y jóvenes, que son el futuro de México no se estén muriendo por la inacción oficial. | José Luis Castillejos

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Escrito en OPINIÓN el

Paralelo al interés presidencial respecto a si fueron violados los derechos humanos de Mario Aburto, el asesino de Luis Donaldo Colosio, también debiera interesarse AMLO sobre la tortura a migrantes y los daños que ha generado al dejar sin quimios a los enfermos de cáncer.

Al presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, algo no le funciona bien cuando centra su interés en temas mediáticos, que lo sacan del foco de la crítica cotidiana de una serie de temas que tienen arrinconados a su administración.

Interesarse más por un asesino confeso que por los derechos humanos de las personas que no tienen, en su gobierno, acceso a las quimioterapias y tratamientos eso sí que es un escándalo que sobrepasa el cinismo.

Y no es que Aburto no tenga derechos, pero en la vida hay prioridades y Mario no se está muriendo, como sí están falleciendo miles de personas por la indolencia oficial.

López Obrador dijo que le pedirá a Alejandro Encinas, subsecretario de Derechos Humanos, que se entreviste con los familiares de Aburto para hablar sobre una presunta declaración en la que diría que fue un chivo expiatorio en el caso de Luis Donaldo Colosio”.

“Si la familia del señor Aburto y él tiene algo que decir sobre su proceso, que signifique otra versión sobre los hechos, y si él puede expresar y probar que fue torturado, que está amenazado y que por eso ha guardado silencio -si es que existe otra versión-, el Estado mexicano lo protegería, porque a nosotros sí nos interesa mucho que no haya ninguna duda ni sospecha sobre este lamentable asesinado de Luis Donaldo Colosio”, recalcó.

Y porqué mejor no manda a Encinas a entrevistar a los padres y familiares de los enfermos de cáncer para que den su versión sobre cómo cotidianamente se violan sus derechos humanos.

En julio pasado, miles de pacientes mexicanos, sobrevivientes y familias de niños con cáncer marcharon en protesta por la escasez de medicinas en el sistema de salud.

La administración de AMLO insiste que ha resuelto el problema pero lo cierto es que el desabasto de medicinas en el sector público ha sido una de las principales críticas al actual presidente.

El problema se ha venido agudizando desde el 2019 por los recortes presupuestarios y los cambios en la forma de comprarlos después tras detectarse indicios de supuesta corrupción.

El gubernamental Registro de Cáncer en Niños y Adolescentes (RCNA) indica que en los países con medianos o bajos ingresos los problemas para los enfermos son: incapacidad para tener un diagnóstico preciso y oportuno, poco o nulo acceso a los tratamientos, abandono del tratamiento, defunciones por toxicidad y exceso de recidivas, entre otras.

En México de acuerdo con las proyecciones de la Población de los municipios de México 2010-2030 del Consejo Nacional de Población (CONAPO), hasta el 2018 la población de niños y adolescentes entre los 0 y los 19 años fue de 44,697,145, de los cuales 26,493,673 no cuentan con ningún tipo de Seguridad Social.  

Lo anterior resulta preocupante debido a que el cáncer es una enfermedad costosa que ocasiona un gasto de bolsillo considerable en la familia de los pacientes y puede condicionar, cierto grado de empobrecimiento, indica el organismo oficial mexicano.

De acuerdo con los datos del Registro de Cáncer en Niños y Adolescentes (RCNA) las tasas de Incidencia (por millón) hasta el 2017 fueron: 89.6 Nacional, 111.4 en niños (0 a 9 años) y 68.1 en Adolescentes (10-19 años). 

Por grupo de edad, el grupo de 0 a 4 años presentó la mayor tasa de incidencia con 135.8, mientras que el grupo de adolescentes entre los 15 y los 19 años tuvo la menor incidencia con 52.6.

Por eso es pertinente que el presidente de la República en vez de ocuparse de la situación de un reo debiera preocuparse porque los niños y jóvenes, que son el futuro de México no se estén muriendo por la inacción oficial.

Lo peor de todo esto es que el propio López Obrador criminaliza a las familias que protestan por la falta de medicamento, cuando lo único que hacen, en medio de su desesperación, es alzar la voz para que sean escuchados.

Veremos qué respuesta da AMLO a este reclamo nacional aunque pareciera importarle poco que sigan muriendo mexicanos mientras él y su camarilla estén bien.