Este año es particularmente interesante en el terreno político electoral por la puesta en marcha de nuevas legislaciones y, en consecuencia la conjugación en una misma fecha de las elecciones federales para la renovación de la Cámara de Diputados y de las elecciones locales en 16 entidades federativas del país más el Distrito Federal.
Sin embargo, la reforma constitucional en la materia no alcanzó a determinar los alcances para uno de los proyectos que son por demás significativos para contar con el sentir de toda la población mexicana, me refiero al voto de los mexicanos residentes en el extranjero. La Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales rescata la experiencia que tuvo el entonces Instituto Federal Electoral (IFE) en el año 2006 para contar con la votación de los mexicanos que viven en el extranjero, bajo determinado procedimiento, para que pudieran votar al cargo de presidente de la República. Hoy la legislación federal da la pauta para que dicho derecho trascienda las fronteras de los Estados y pueda hacerse una realidad, como sucede en muchos países del mundo; así, dicha disposición señala en su artículo 369 que: “Los ciudadanos que residan en el extranjero podrán ejercer su derecho al voto para la elección de Presidente de los Estados Unidos Mexicanos y senadores, así como de Gobernadores de las entidades federativas y del Jefe de Gobierno del Distrito Federal, siempre que así lo determinen las Constituciones de los Estados o el Estatuto de Gobierno del Distrito Federal”.
Un aspecto digno de destacar es que la Ley General establece la posibilidad de que los ciudadanos mexicanos residentes en el extranjero puedan ejercer su derecho al sufragio bajo dos modalidades, a saber: Vía correo, mediante la entrega de la boleta en forma personal en los módulos que se instalen en embajadas o consulados, o bien vía electrónica, bajo los lineamientos que emita el Instituto Nacional Electoral (INE), mismos que, como lo dispone la Ley, deberán asegurar total certidumbre y seguridad de que se lleve a cabo correctamente la emisión del sufragio.
Ante la votación vía electrónica bien vale la pena que se observe con cuidado y detenimiento el ejercicio logrado por el Instituto Electoral del Distrito Federal en la elección para Jefe de Gobierno del Distrito Federal del año 2012, en donde, además de la modalidad tradicional del voto postal, los ciudadanos de esta Ciudad Capital residentes en el extranjero, pudieron votar por dicha autoridad vía la Internet, que en la época actual en donde hacemos muchas cosas utilizando esta vía, bien pudiera ser el medio innovador para realizar elecciones no sólo para los ciudadanos que residan en el extranjero, sino para los ciudadanos que asisten a las urnas el día de la jornada electoral; situación que tocaremos en otra columna.
Ahora bien, como sabemos el 7 de junio próximo tendremos en nueve entidades federativas elección de gobernador, y ante ello observamos que solamente en tres estados se estableció la posibilidad de que los mexicanos de Baja California Sur, Colima y Michoacán podrían sus ciudadanos que residen en el extranjero, ejercer su voto para el cargo de gobernador. Así, para el caso de Michoacán, la votación sería bajo la modalidad de la vía postal, pero para los casos de Baja California Sur y Colima, la votación se llevaría a cabo vía electrónica a lo cual estaremos muy atentos ya que nos consideramos impulsores de generar nuevas dinámicas y procesos que incentiven la participación ciudadana en las elecciones.
Ante este panorama resulta indispensable que pasando la elección en marcha, se generen las condiciones necesarias para que se empiece a uniformar los criterios en cada entidad federativa para la emisión del voto de los ciudadanos mexicanos residentes en el extranjero; es un derecho y es una demanda de la población que reside en el exterior de hace ya tiempo. El hecho de que algunas entidades federativas lo tengan y otras no hace ver, que en algunos estados existen mayores derechos para los ciudadanos que en otros.
Por cuerda separada deberá, tarde o temprano, analizarse la conveniencia de empezar de manera gradual a sustituir el sistema tradicional de votación en todo el país (a través de las llamadas urnas), por otro tipos de sistemas electrónicos de votación que generen, no sólo prontitud y certeza en la emisión de los resultados electorales, sino ahorros en un mediano y largo plazos.
Estaremos atentos a los datos estadísticos de participación de los mexicanos residentes en el extranjero en esta elección en los estados descritos, a la que arribaremos a escasos 30 días más.