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Watergate: El padre de un escándalo

Nixon decidió que lo más honroso era renunciar a su cargo, cosa que anunció el 8 de agosto de 1974 por la tarde.

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Escrito en OPINIÓN el

Hace unos días tuve la oportunidad de recorrer el trayecto desde el muelle de Georgetown, en un pequeño crucero (una especie de bote turístico) hacia el muelle de Alexandria, en el estado de Virginia. El pequeño barco que lo lleva a uno de un punto a otro recorre el Río Potomac y pasa por enfrente de algunos de los monumentos más característicos de la ciudad de Washington. Por ejemplo, en este tiempo se puede apreciar el monumento a Lincoln (“Lincoln Memorial”), el de Thomas Jefferson (“Jefferson Memorial”), el obelisco (“Washington Monument”) y otros tantos como el Kennedy Center (“The Kennedy Center for the Performing Arts”). Es una ruta que vale mucho la pena y que se disfruta enormemente. En este pequeño paseo también se puede apreciar la diferencia entre los puentes modernos, y aquellos más viejos que cruzan de un lado a otro el Río Potomac, uniendo al Distrito de Columbia con el condado de Arlington o de Rosslyn en Virginia. Estas rutas son amplias y uno podría llegar hasta Mount Vernon (la casa donde vivió George Washington sus últimos años, después de haber sido Presidente y donde está enterrado) o bien, trasladarse a una nueva zona de la capital estadunidense conocida como “National Harbor” que está creciendo cada vez más, que cuenta con uno de los hoteles más grandes de la zona (“Gaylord Hotel”) y en donde acaban de construir una rueda de la fortuna, como esas gigantes que existen en Londres o París.

 

Pero más allá de narrar las curiosidades del pequeño paseo en bote, lo que me gustaría contar es lo que pude observar en los primeros diez minutos del recorrido, recién habiendo emprendido el viaje desde el muelle de Georgetown: el complejo Watergate. ¿Qué es esto y a qué me refiero? Pues bien, este complejo cuenta con varios edificios a la orilla del Potomac (de allí su nombre: “watergate”) y consta de oficinas, de departamentos habitacionales y de un hotel (que hace algunas décadas era el mejor de toda la capital estadunidense). Está ubicado entre el “Waterfront” de Georgetown y el “Kennedy Center”, todo ello del lado del Distrito de Columbia, en el cuadrante noroeste de la ciudad. Pero más que todo lo anterior, la razón de la fama de este complejo es un escándalo político vinculado al ex Presidente de los Estados Unidos Richard Nixon.

 

Richard Nixon (republicano) fue el Presidente número 37 (murió en 1994 en Nueva York) y ha sido el único de los mandatarios de este país en haber dimitido al cargo. Nixon fue muy famoso por varias razones: la primera de ellas fue por haber competido contra John F. Kennedy por la Presidencia, protagonizando el primer debate político televisado. Quienes solamente siguieron este debate por radio opinaron que el triunfo correspondió a Nixon, pero quienes lo vieron por televisión, se lo dieron a Kennedy; entre otras cosas, este debate le costó la Presidencia en dicha elección. Pero en segundo lugar, Nixon fue conocido por el escándalo político que lleva el nombre de “Watergate” (por el lugar en que sucedió). Este escándalo consistió en un allanamiento de las oficinas centrales del Partido Demócrata (en el complejo de oficinas del edificio Watergate) ordenado por el mismo Presidente (para espiar a sus contrarios). Sin embargo, este allanamiento lo que destapó fue una serie de escuchas y grabaciones ilegales que el Presidente Nixon llevaba a cabo para poder espiar y chantajear a sus interlocutores: es decir, un error tras otro error.

 

Como el Congreso estuvo a punto de destituirlo (mediante un procedimiento conocido como “impeachment”), Nixon decidió que lo más honroso era renunciar a su cargo, cosa que anunció el 8 de agosto de 1974 por la tarde. Un día después, el entonces Vicepresidente Gerald Ford tomaba posesión; al tomar el cargo, perdonó judicialmente a Nixon por todo aquello que había cometido en su presidencia y esto le costó la reelección un tiempo después. Sin embargo, no todo fue malo en la Presidencia de Nixon, pues uno de sus mayores logros fue poner fin a la guerra de Vietnam, y abrió las fronteras comerciales a muchos más países – China por ejemplo – mejorando la economía en Estados Unidos.

 

El escándalo del “Watergate” fue mundialmente famoso y hoy por hoy es conocido y estudiado por todos los politólogos y analistas. También representa un modelo de manejo de crisis, e inclusive de propaganda política. En México y en otros países hay (y ha habido) una infinidad de casos que emulan el nombre de Watergate, nombrándole por ejemplo: Toalla-gate, Pemex-gate (ambos en México) y otros como Moggi-gate (Italia) o Clima-gate (Inglaterra). El escándalo de aquel complejo apostado a orillas del Potomac ha sido el padre de los escándalos políticos modernos, en plena época de la propaganda electoral. Es importante conocer este edificio porque de allí deviene una parte de nuestra historia política del mundo de hoy. Lo que sí me queda claro es que seguramente a los dueños de Watergate no debió gustarles la mala fama que se hizo entonces; hoy por hoy puede ser uno de los puntos turísticos de aquellos que gustan del análisis político y las campañas electorales.

 

@fedeling