El IFT ha anunciado a los ganadores de la licitación de frecuencias para televisión digital. Termina el capítulo del país incapaz de promover competencia y pluralidad en televisión abierta; atrás los tiempos de frecuencias adjudicadas directamente o de complicidad con una concentración inaceptable en un mercado que formalmente reporta ingresos por más de treinta mil millones de pesos anuales y que, más importante aún, tiene vasos comunicantes con la vida política y social del país.
En un hecho sin precedente que refleja el poderío acumulado por los concesionarios existentes, debimos acudir a la Constitución para resolver ahí lo que en otros países se atiende por la vía administrativa. Vaya, en nuestra Carta Magna nunca ha sido necesario mandatar que se licite espectro para telefonía o banda ancha, pero sí lo fue para televisión.
Se cierra un capítulo que merece análisis. Se abre otro de mejores noticias, algo de incertidumbre y enormes retos para los nuevos —muy bienvenidos— competidores. Vale la pena detenernos por un momento, revisar lo ocurrido y pensar en lo que viene.
El Instituto
El IFT ha hecho un papel aceptable a lo largo del proceso. Cumplió con el plazo que ordenó la Constitución, quizá alargó demasiado los propios y ha llevado a buen puerto la encomienda. Se ha beneficiado del consenso, legitimidad y sustento político que brinda un texto constitucional que al mismo tiempo lo limitó, por ejemplo, al obligarle a conformar “cadenas nacionales”. La posibilidad de impulsar expresiones regionales deberá esperar la liberación de espectro derivada de la transición a la Televisión Digital Terrestre (TDT). Por ahora, nos hemos quedado sin espectro para televisión.
Tres aspectos del regulador necesitarán de tiempo antes de poder evaluarse en su justa dimensión. El primero se refiere a la simplificación de criterios de selección que únicamente consideraron la cobertura y la oferta económica. Fuera quedaron, por ejemplo, consideraciones siempre subjetivas en materia de contenidos, factores vinculados con la política editorial, la gobernanza de la cadena o el inicio de transmisiones.
El segundo aspecto se refiere a los muy cuestionados Lineamientos de Multiprogramación.[1] Sigue pareciendo un exceso la posibilidad, aunque sea teórica, de ver a Televisa multiprogramar su señal y transmitir sus propios contenidos en horario diferido utilizando el espectro de manera subóptima. Televisa podrá acceder hasta a cinco señales adicionales en el Distrito Federal. Hoy sabemos, por ejemplo, que radio Centro tendrá que competir en el mercado más importante del país con cuatro señales contra nueve de Televisa (que para colmo ya tiene listos los contenidos para explotarlas). Y ojo, de esta variable los participantes se enteraron apenas unos días antes del fallo.
El tercero y última se refiere a la compartición de infraestructura que se obliga a Televisa en su carácter de Agente Económico Preponderante. Los nuevos concesionarios podrán, aunque sea de manera temporal, aprovechar la infraestructura del preponderante para un despliegue de antenas más rápido y con ello iniciar transmisiones en las 123 localidades a la brevedad. Más allá del generoso plazo ofrecido por el regulador (5 años) está en el interés de los ganadores iniciar transmisiones (y con ello generar ingresos) lo antes posible. Para ello será fundamental que el IFT atienda con oportunidad y eficacia cualquier diferendo que pudiera suscitarse entre Televisa y los nuevos concesionarios.
La Secretaría
La SCT va lenta con la transición a la TDT que debe terminar el próximo 31 de diciembre; va lenta con la Red Compartida que debió iniciar operaciones el año pasado y también lenta con la Red Troncal que no ha sumado un solo kilómetro adicional de fibra óptica desde la reforma de 2012.
La lentitud en la TDT impacta negativamente el modelo de negocio de los nuevos concesionarios que no cuentan, como Televisa o TV Azteca, con canales espejo de transmisión analógica. Para los nuevos concesionarios la transición es un asunto estratégico. Con 50% de la población que aún depende exclusivamente de televisores analógicos el modelo podría enfrentar complicaciones. A partir de hoy Cadena Tres y Radio Centro serán los principales promotores de esta política pública a la que invariablemente le han sobrado enemigos y le han faltado aliados.
Los nuevos concesionarios se beneficiarán no sólo de la compartición de infraestructura sino, más importante aún, de la obligación que hoy tienen los sistemas de paga de incluir en sus parrillas las nuevas señales radiodifundidas. Con ello se compensa de algún modo la lentitud de la TDT, pues de manera inmediata llegarán a los más de 11 millones de hogares que cuentan con una suscripción a televisión de paga. El Must Carry rinde sus primeros frutos; el Must Offer ya lo había hecho.
La televisión abierta es negocio del pasado, dicen algunos. Sin considerar la enorme influencia política y social que aún tiene, su vigencia estará determinada por la penetración de servicios de banda ancha, ya sean fijos o móviles, y la oferta de contenidos en plataformas más flexibles que la televisión. Mientras que 95% de los mexicanos cuentan con un televisor, menos del 15% tiene, por ejemplo, acceso a un dispositivo de banda ancha móvil. Así, la lentitud con la que avanza la SCT en las redes Troncal y Compartida opera a favor de esquemas más tradicionales de distribución de contenidos. En cuanto la Red Compartida esté en marcha será ahí donde viejos y nuevos concesionarios enfrenten su principal competencia.
Los nuevos concesionarios
Cadena Tres y Radio Centro son viejos lobos de mar. A lo largo de años han construido robustas plataformas de comunicación. Eso es buena y mala noticia a la vez. Buena porque ambos conocen el mercado y hasta cierto punto garantizan que el esfuerzo licitatorio no se desvanezca en manos de un proyecto sin experiencia que tropiece en un par de años. Mala porque, al menos hasta ahora, su oferta de contenidos no ha sido diferente a aquella que de Televisa o TV Azteca. Habrá que ver si, en aras de alcanzar el punto de equilibrio que se ubica entre 14 y 17% del rating, una o ambas apuestan por contenidos menos tradicionales.
Habrá que ver, por ejemplo, si Grupo Radio Centro entiende los contenidos televisivos distintos a los de radio o si Cadena Tres ve en su nueva proyección nacional una oportunidad para presentar una oferta más innovadora y flexible de lo que ha hecho en la Zona Metropolitana.
No deja de sorprender la valuación hecha por Radio Centro que lo llevó a ofrecer 1,200 millones de pesos más que Cadena Tres, pero lo cierto es que a la postre la operación de una cadena de Televisión implica gastos muy por encima de ese monto, no sólo para el despliegue de una nueva red de transmisión sino sobre todo para la producción de contenidos.[2] En todo caso, el día 10 de abril sabremos si la familia Aguirre hace válida la oferta económica u opta por dejar la garantía de seriedad sobre la mesa. A mí no me queda duda que será nuevo concesionario.
Por último, una pregunta fundamental para los nuevos concesionarios se refiere a la relación que sostendrán con el poder político. ¿Replicarán el modelo que conocemos o junto con un impulso a la pluralidad pretenden también convertirse en promotores de nuevos términos de relación con nuestros gobernantes? ¿O será que en 2018, con el ánimo de engrosar las filas de la Telebancada, Pascal Beltrán del Río o Lupita Juárez aparecen en la boleta electoral de algún puesto de elección popular?
Uso Libre
- El IFT ha hecho público un dictamen preliminar que señala a Televisa como Actor con Poder Sustancial en más de 2,124 mercados de televisión de Paga. Es apenas el inicio de un largo procedimiento seguido en forma de juicio que, a la postre, esperemos revierta los horrores creados por el artículo Noveno Transitorio.
- La SCT abrió el plazo para la presentación de Manifestaciones de Interés (MDI) para la Red Compartida. Operadores potenciales, inversionistas, fabricantes de equipo, consultores e incluso usuarios tendrán hasta el 22 de abril para ese fin. Enhorabuena. Más vale tarde que nunca.
- Este jueves se apaga analógicamente Mexicali. Se suma a Tijuana, Reynosa, Nuevo Laredo y Matamoros. Los tiempos no parecen ajustarle a la SCT.
[1] Para un análisis sobre los mismos ver, por ejemplo: http://observacom.org/la-multiprogramacion-en-mexico/
[2] Grupo Imagen (Cadena Tres) ha dicho por ejemplo que estima invertir 10,000 millones de pesos en los próximos 36 meses.