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¿Votaremos por partido o candidat@?

El escenario actual es mucho más complejo que los anteriores, primero, por la falta de liderazgos...

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Escrito en OPINIÓN el

Pasada la jornada electoral del 4 de junio, la carrera por la sucesión presidencial se acelera.   Los aspirantes negocian con sus partidos, buscan recursos, se enfrentan con los adversarios, hacen giras, dan entrevistas, organizan reuniones e incrementan su activismo en las #RedesSociales.

Todas y todos tienen prisa.

La reacción es normal si consideramos que falta menos de un año para elegir al próximo Presidente de la República. Y se comprende mejor si se toma en cuenta que Andrés Manuel López Obrador se mantiene como puntero en la mayoría de las encuestas desde hace mucho tiempo.

Pero esta circunstancia podría cambiar pronto.

Hasta ahora, el presidente de #Morena es el único aspirante con mayores posibilidades de aparecer en las boletas electorales. Solo se lo impediría un evento verdaderamente sorpresivo, lo que hoy se ve poco probable. Los demás finalistas tendrán que esperar y superar los requisitos de sus partidos, además de los que establece la legislación.

Situaciones similares las hemos vivido en el pasado.

En las dos elecciones presidenciales pasadas supimos —con mucha anticipación— que López Obrador sería el candidato de la Izquierda. Trabajó en forma intensa y decidida para que así fuera. Sus adversarios internos y externos estaban seguros que era el personaje a vencer.

El resto de la historia ya la conocemos.

Sin embargo, el escenario actual es mucho más complejo que los anteriores. Primero, por la falta de liderazgos fuertes que puedan hacer una elección realmente competitiva. Segundo, por el deterioro en la popularidad que ha alcanzado el Presidente Enrique Peña Nieto, lo que afecta de manera directa al #PRI. Y tercero, porque la división profunda al interior de los partidos pone una vez más los intereses particulares por encima de los de la sociedad.

Por eso, muchos creen que López Obrador ya la tiene ganada.

Lo que no consideran es que sus números positivos son resultado de que la relación entre partido y candidato está definida, además de que lleva dos sexenios en campaña. La desventaja de los partidos adversarios podría aumentar mientras más tarden en designar a sus candidatos oficiales.

El tiempo corre en contra.

Con excepción de los tres aspirantes fuertes del #PAN, ningún otro liderazgo parece representar un peligro para el líder de #Morena. La encuesta difundida hace unos días por el  Gabinete de Comunicación Estratégica (#GCE) es ilustrativa, a pesar de haber sido realizada a partir de una muestra telefónica.

En sus simulacros, solo Margarita Zavala le puede ganar.

La diferencia es de casi cinco puntos. Y aunque a Ricardo Anaya y Rafael Moreno Valle no les va mal, ellos se ubican en promedio tres puntos abajo de López Obrador. Las opciones del #PRI y de otros partidos están por debajo de los 10 puntos.

Por otra parte, el éxito de un candidato independiente es imposible.

Salvo Jaime Rodríguez, “El Bronco”, ningún otro registra números significativos. Pero lo más interesante es que el gobernador de Nuevo León aparece, en todos los escenarios, por encima del Jefe de Gobierno de la #CDMX, Miguel Ángel Mancera.

¿Qué hay detrás de estos números?

Desde mi punto de vista, existen diversos elementos que incrementan los niveles de incertidumbre en la elección presidencial. El más importante es que la pérdida de credibilidad en la mayoría de las instituciones y los personajes políticos que las dirigen ha reducido el voto duro de los partidos.

Los niveles de confianza ciudadana los ubican en los últimos lugares.

Tanto así que están por debajo de las policías municipales y estatales, los sindicatos y la Cámara de Diputados. De acuerdo con los datos de las encuestas publicadas sobre el tema durante los últimos dos años, están experimentando una situación verdaderamente crítica en términos de representación.

Por si fuera poco, las elecciones recientes no les han ayudado.

La #GuerraSucia y el predominio del tema de #Corrupción en las campañas han deteriorado aún más el #HumorSocial. Si bien la problemática económica parece estar contenida por el Gobierno de la República, la inseguridad sigue mermando el estado de ánimo de la mayoría a nivel nacional, estatal y municipal.

Por lo tanto, la ciudadanía privilegiará al personaje, como nunca antes.

Al mismo tiempo se mantendrán muy altos, y por mucho tiempo, los niveles de indecisión y de no respuesta sobre la preferencia electoral, lo que dificultará el trabajo que realizan las empresas encuestadoras. Con la reducción del número de votantes “duros” y “blandos”, el voto útil podría ser el factor decisivo al final de las campañas.

Y no olvidemos que el resultado final es multifactorial.

Ni la mercadotecnia política, ni las redes sociales, ni la guerra sucia podrán poner por si solas al próximo Presidente de la República. Si fuera tan simple otra sería la historia reciente de nuestro país.

Ganará quien entienda mejor el actual escenario.

Pero sobre todo tendrá mayores posibilidades de éxito quien desde hoy no se sienta ganador, quien cometa menos errores y, principalmente, quien tenga la capacidad de concebir y desarrollar la mejor #Estrategia política y comunicacional durante los próximos once meses.

#ConsultoríaPolítica | #ComunicaciónPolítica | #Estrategia

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