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Vladimir Putin amenaza a Occidente

El Tratado de Fuerzas Nucleares de Rango Intermedio, el primer acuerdo de desarme firmado en la Guerra Fría, parece enterrado. | Jorge Iván Garduño

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Escrito en OPINIÓN el

El pasado 20 de febrero, el presidente ruso, Vladimir Putin, presentó su informe anual sobre el estado de la nación ante el Parlamento en Moscú. En dicho evento, el máximo mandatario ruso utilizó un discurso amenazante al declarar abiertamente con desplegar misiles contra las capitales occidentales, al tiempo que prometía mejorar la calidad de vida de los rusos, en un momento en el que su popularidad se encuentra en sus niveles más bajos.

En términos de política exterior, Putin advirtió que Rusia iba a desplegar misiles capaces de alcanzar "territorios donde se encuentran los centros de decisión", en respuesta al despliegue por parte de Estados Unidos de nuevos sistemas en Europa. Esto bien se puede entender como una manera de simple demagogia para tener el favor de su pueblo a menos de un año tras haber sido reelegido por un cuarto mandato por un número de votos abrumador y sin precedentes en casi 20 años de poder. Sin embargo, a inicios de 2019 Vladimir Putin ve cómo se desploma su índice de popularidad a sus niveles más bajos desde la anexión de Crimea en 2014, debido a la reforma de las pensiones y al alza del IVA el 1 de enero.

Pero detrás de sus palabras, hay mucho de amenazante, y más al venir de un mandatario que lidera una potencia nuclear, que busca claramente un reordenamiento en la esfera mundial.

Vladimir Putin

"Rusia no tiene la intención de ser la primera en desplegar tales misiles en Europa. Si son desplegados y entregados en el continente europeo [de parte de Estados Unidos], esto empeorará gravemente la situación y creará amenazas graves para Rusia", declaró el mandatario, señalando que algunos misiles podían alcanzar "Moscú en 10-12 minutos", por lo que advirtió a Europa, pero sobre todo a los Estados Unidos y al mandatario.

"Voy a decirlo clara y abiertamente: Rusia estará obligada a desplegar armamentos que podrán ser utilizados no sólo contra los territorios de donde viene la amenaza directa, sino también contra los territorios donde se encuentran los centros de decisión del uso de misiles que nos amenazan", insistió.

Esta advertencia tiene lugar después de que Washington suspendiera su participación en el Tratado de Fuerzas Nucleares de Rango Intermedio (INF), cerrado en 1987 con la entonces URSS en los últimos años de la Guerra Fría. Justificando que “Rusia está violando el acuerdo”. Como respuesta, Moscú ha hecho lo mismo.

En su discurso, Putin acusó a Estados Unidos de utilizar "acusaciones imaginarias respecto a Rusia para motivar su salida unilateral del acuerdo", y estimó que Washington tendría que "haber dicho las cosas honestamente".

"Estamos dispuestos a (llevar a cabo) negociaciones sobre el desarme, pero no vamos a golpear a una puerta cerrada. Esperaremos que nuestros socios [Estados Unidos y Europa] reconozcan la necesidad de un diálogo sobre una base de igualdad", advirtió.

Desacuerdos

El derribo del llamado tratado INF ha avivado de nuevo los temores a la repetición de un enfrentamiento como el de la Guerra Fría de la década de los años ochenta del siglo pasado, cuando Estados Unidos y la Unión Soviética desplegaron misiles de alcance intermedio en Europa. También puede conducir a una nueva carrera armamentística. Y no sólo entre Estados Unidos y Rusia, también con China, que nunca fue firmante del pacto. Pekín, que se ha opuesto al colapso del tratado, ha llamado a Moscú y Washington a sentarse a mantener un "diálogo constructivo". Sin embargo, no ha dado ninguna muestra de querer suscribir un documento de control.

El Tratado de Fuerzas Nucleares de Rango Intermedio, el primer acuerdo de desarme firmado en la Guerra Fría, parece enterrado. Firmado por el entonces presidente estadounidense Ronald Reagan y el secretario general del Partido Comunista de la antigua URSS Mijaíl Gorbachov, fue el primer acuerdo entre las dos potencias que prohibía directamente una categoría entera de armas: los misiles de crucero de tierra con un rango de entre 500 y 5 mil 500 kilómetros. Gracias a su firma eliminó más de 2 mil 600 misiles.

En la cuerda floja se encuentra ahora el tratado conocido como New Start, otro tratado bilateral clave que limita el número de misiles nucleares estratégicos y de cabezas nucleares de Rusia y Estados Unidos. El pacto finaliza en 2021 y, de momento, no hay visos de que Washington planee ampliarlo.

Por su parte, y en el mismo evento ante el parlamento ruso, Vladimir Putin detalló luego los avances en la creación de las nuevas armas, especialmente los misiles "hipersónicos", presentados de forma exhaustiva el año pasado en este mismo discurso. Misiles que tienen la capacidad de alcanzar las costas norteamericanas en cuestiones de minutos, denominado misil zircón, Avangard, o bien, el Sarmat, un misil sin límite de alcance y con múltiples cabezas nucleares.

Acto seguido, Moscú negó en reiteradas ocasiones haber incumplido el tratado, y acusa a su vez a Estados Unidos de “ignorar” todas sus propuestas “constructivas” para salvar el acuerdo.

Amenaza

Tras volver a reiterar que el despliegue de misiles norteamericanos en Europa representa una amenaza para la seguridad de Rusia, Vladimir Putin ha asegurado que su país “no amenaza a nadie” ni quiere ninguna confrontación con los estadounidenses, sino por el contrario, quieren establecer “relaciones amistosas” con Washington.

En otra parte de su discurso, el líder ruso ha criticado la “política destructiva y errónea” de Estados Unidos contra Rusia. “Estados Unidos impone sanciones ilegales, desmantelando las normas del derecho internacional”, ha sostenido.

Así como el año pasado, Putin usó la alocución para revelar un nuevo arsenal de armas, esta vez advirtió desde el principio que iba a concentrarse en las cuestiones económicas y sociales, especialmente en las familias, el sistema de sanidad y la educación.

En la campaña electoral Putin había prometido a los rusos mejorar sus niveles de vida y alabó el poderío militar de Moscú en un momento en que las relaciones con Occidente pasaban por su peor momento después de la Guerra Fría. Tras aquella alocución, consiguió su mayor índice de aprobación desde que llegó al poder en 1999.

¿Serán estas palabras meras palabrerías para subir su popularidad?, no lo creo. Vladimir Putin quiere un nuevo orden mundial donde Rusia sea quien lidere al mundo, y China, Europa y Estados Unidos lo saben.

Tiempo al tiempo.

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