Ante la vorágine de noticias que inunda los medios de comunicación, tanto impresos como digitales, incluyendo las redes sociales, sobre el acontecer diario que producen las campañas electorales, hay un hecho que debe llamar nuestra atención: la violencia contra candidatas y candidatos en el presente proceso electoral.

De acuerdo con el Tercer Informe de Violencia Política en México 2018 de la Consultora Etellekt, y que varios medios de comunicación han replicado, del 8 de septiembre de 2017, fecha en que dio inicio el presente proceso electoral, hasta el pasado 8 de abril, se han registrado 173 agresiones directas contra políticos y 78 asesinatos, suma a la que hay que sumar el asesinato de la candidata Maribel Barajas del Partido Verde Ecologista de México, en el Estado de Michoacán.

Diversas organizaciones de la sociedad civil, así como instituciones como el propio INE, se han manifestado por el rechazo a la violencia ejercida contra candidatas y candidatos que participan en el proceso electoral en curso que, dicho sea de paso, será uno de los más complejos y el más grande de la historia de México.

La elección más grande

Según datos del INE, estarán en disputa 18,311 cargos de elección popular, de los cuales 629 corresponden a la elección federal; la presidencia de la República, los 500 diputados federales y la renovación del Senado de la República (128). A nivel local, son 17,682 las elecciones que de manera concurrente se llevarán a cabo con la federal en 30 entidades federativas; 8 gubernaturas y la elección para renovar la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México, 972 diputaciones locales, 1,597 presidencias municipales, 1,665 sindicaturas, 12,023 regidurías y 19 regidurías étnicas, 1,237 Concejales; en la Ciudad de México se renovarán las ahora llamadas Alcaldías (16) y habrá elecciones para renovar 24 juntas municipales que incluye 24 presidencias, 24 síndicos y 96 regidores.[1]

De este tamaño es la responsabilidad de las autoridades para llevar a buen puerto esta contienda electoral.

Por ello, se hace necesario que las diversas autoridades, en los tres órdenes de gobierno, establezcan las reuniones necesarias, en coordinación con las autoridades electorales, para generar los mecanismos de seguridad complementarios a los ya existentes.

Independientemente de la exigencia social de esclarecer los hechos y sancionar a los culpables, no debemos permitir que este tipo de situaciones tan lamentables pasen más. Un ambiente así puede generar además que la población tenga temor de participar, de involucrarse en las elecciones y peor aún, de salir a votar el día de la jornada electoral, lo que iría en contra de nuestro propio sistema democrático, el cual se alimenta justamente, entre otros factores, de la participación activa de la población.

Las elecciones en la #CDMX: Gustavo A. Madero

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