La aparición sana y salva de Laura Karen Espíndola Fabián después de haber sido reportada como desaparecida, generó una serie de comentarios enfrentados en los medios de comunicación y redes sociales.
Algunos reprobaron la movilización “en vano” (redes y medios llamaron a su búsqueda durante horas) y otros razonaron preferible una falsa alarma que un final trágico.
Personalmente creo que si bien la comunicación inconclusa de Karen con su familia generó confusión y desesperación, esta última actitud de su mamá y hermanos está plenamente justificada en una ciudad y un país en los que a diario hay mujeres que desaparecen o son asesinadas.
Los protocolos oficiales para actuar en caso de desaparición de personas señalan que las primeras 24 horas son cruciales para encontrarlas con vida.
No se debe escatimar esfuerzo alguno. Siempre será preferible descartar falsas alarmas que lamentar desenlaces fatales.
Por eso es lamentable que haya quienes reclamen a Karen, pero sobre todo a su familia, la movilización generada. Pareciera que se les acusa de no haber sido víctimas, eso habla muy mal de nuestras sociedades pero también nos dice que hace falta muchísimo para generar conciencia sobre la gravedad de la violencia contra la mujer en México.
Según cifras del Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio (OCNF), durante el primer semestre de 2019, tan solo en la Ciudad de México se reportó la desaparición de al menos 927 mujeres niñas y adolescentes, de las cuales 648 fueron localizadas. El 58% de las desaparecidas son menores de 17 años.
Estas cifras alcanzan proporciones inauditas a nivel país, ningún Estado está exento de violencia contra la mujer y en todas las entidades federativas ocurren feminicidios.
Según el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, de enero a septiembre de 2019, dos mil 833 mujeres han sido asesinadas en México, pero el OCNF acota que de esta cifra terrible, solo 726 (25.6%) son investigados como feminicidios, mientras que los otros dos mil 107 como homicidios dolosos.
En la misma semana que Karen apareció sana y salva también fue hallada con vida Daniela Abigail González, en Toluca. Pero al menos tres mujeres no tuvieron el mismo destino.
Cintya Gabriela Moreno, 25 años, desapareció en San Antonio la Isla, Edomex, y fue hallada muerta en Iztacalco.
Frida de la Cruz González, de 13 años, desapareció en Tlalpan; Brenda Betzabeth Aguilar, de 17 años, fue vista por última vez en el segundo andador Puerto México, de la colonia Zentlapatl, en Cuajimalpa de Morelos, donde también desapareció Ana Isabel López Montes, de 46 años. No han sido localizadas.
Las miles de mujeres víctimas de violencia en México nos exigen mantener la lucha porque todas podamos vivir en un país de libertades y no de miedos. Hasta que eso ocurra, sigue siendo una deuda no saldada.