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¿Vientos de cambio en la SCJN?

Esperemos que la elección del Senado a presidir la corte suprema esté a la altura de los cambios que México necesita. | Gustavo Marín*

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Escrito en OPINIÓN el

Una máquina es tan buena como su proceso de elaboración y la calidad de sus piezas. Para construir una Suprema Corte (SCJN) moderna, legítima, en sintonía con las necesidades y transformaciones sociales actuales, la persona designada por el Senado deberá demostrar ser la mejor candidata para ocupar el cargo, y ser elegida mediante un procedimiento legislativo verdaderamente democrático.

Me concentraré en la necesidad de elegir a las mejores personas para una corte suprema. Existe acuerdo sobre algunas características idóneas, tales como: independencia frente a poderes políticos, económicos y mediáticos, imparcialidad, honestidad, conocimiento técnico sobre derecho constitucional y derechos humanos, así como un compromiso con su promoción y defensa. Sin embargo, hay otros aspectos que, aunque son discutibles y no están regulados, sería deseable que el Senado considerara.

La candidata debe ser consciente de la necesidad, según el Ministro Presidente, Arturo Zaldívar, de “un Poder Judicial Federal más cercano a la gente, con mayor sentido social”[1]. Para ello, debe demostrar que conoce el estado actual de la “justicia cotidiana”, es decir, de aquellos conflictos no penales que habitualmente afectan al ciudadano común.

Un Ministro debe proteger los derechos de todas las personas, pero también promover los de grupos minoritarios o desaventajados, como indígenas, menores de edad, adultos mayores, y por supuesto, mujeres. Igualmente, debe saber juzgar con perspectiva de género en casos que lo ameriten. Además, el compromiso con los derechos humanos no puede ser sólo retórico, sino un hecho comprobable, por ejemplo, al implementar proyectos para transformar al sistema de justicia.

El equilibrio entre abogados postulantes, jueces de carrera, académicos y exfuncionarios es sano en cualquier tribunal. Es un beneficio agregado si una persona reúne características de cada rol. El Senado deberá buscar una combinación de conocimientos teóricos y prácticos, pues las discusiones entre Ministros son técnicas y abstractas, pero deben tener siempre en cuenta los efectos de sus decisiones sobre los ciudadanos.

Recordemos que la SCJN es una institución colegiada y plural. Es decir, personas con distintas formas de interpretar y aplicar el derecho deciden conforme a razones y votos, e idealmente juzgan con base en evidencias, no en intuiciones, favoritismos o sesgos. Sus sentencias son producidas por conjuntos de trabajadores jurisdiccionales (secretarios de estudio y cuenta, entre otros). Así, los Ministros pueden nutrirse de ideas diversas e innovadoras, según la forma en que cada uno elija a sus empleados.

Por ejemplo, el Ministro en retiro José Ramón Cossío formuló proyectos de sentencia, algunos de los cuales se transformaron en decisiones jurisdiccionales que afectaron positivamente a miles de personas, gracias a la diversidad de perfiles incluidos en su ponencia. Entonces, el Senado debería preferir una candidata que, dada su trayectoria y experiencia, pueda aportar una visión novedosa y multidisciplinaria, y formar una ponencia plural.

Finalmente, el Senado debería designar a una persona que sepa comunicar sus decisiones a diversos actores sociales, como gremios de abogados, academia, sociedad civil, pero los más importantes, los ciudadanos, ya que todos pueden aportar conocimientos y apoyo a sus decisiones. Esperemos que la elección del Senado esté a la altura de los cambios que México necesita.

[1] https://forojuridico.mx/un-poder-judicial-con-mayor-sentido-social-y-humano-arturo-zaldivar

*Gustavo Marín

Es abogado e investigador del programa de Transparencia en la Justicia de México Evalúa.