En la serie House Of Cards, el ambicioso Frank Underwood orquesta una serie de intrigas palaciegas para volverse presidente de los Estados Unidos sin pasar por la aprobación de las urnas. En condiciones de impopularidad y extrema debilidad, Garret Walker se ve forzado a abandonar la Casa Blanca, la cual sería habitada precisamente por quien le infringió la estocada fatal.
Algo no cuadra en la salida de Luis Videgaray de la Secretaría de Hacienda. Ha trascendido que el ex secretario fue el artífice de la invitación de Trump a México, hecho que representa la sepultura prematura de Peña Nieto y la mayor humillación en su trayectoria política.
Según el libreto, la desgracia del titular del Ejecutivo tendría que haber implicado la fortuna del conspirador. Pero con los cambios y enroques en el gabinete anunciados al mediodía no está tan claro... al menos hasta el momento.
Las malas cuentas de Hacienda no se cuentan. Videgaray deja las arcas del Estado en una situación crítica. Cuando recibió la secretaría el dólar estaba a $12.96. El día de su salida, en ventanillas se vende a casi 19 pesos. Mintieron a los mexicanos: El crecimiento económico que auguraban las reformas estructurales no llegó. Lo que sí creció de 2013 a 2016 fue la deuda pública en un 33 por ciento.
Hoy en día, el endeudamiento externo representa el 47,3% del Producto Interno Bruto. Como destaca Eduardo Huchim, debemos casi la mitad de todo lo que producimos en un año. ¡Y todavía se atreven a alertar de los riesgos del populismo!
Bajo este contexto, y con más de 60 millones de mexicanos en situación de pobreza, el presidente acaba de designar a Luis Enrique Miranda a cargo de la Secretaría de Desarrollo Social. Es insultante que un operador del priísmo mexiquense será el encargado de administrar el dinero de contribuyentes que debería destinarse a erradicar la marginación. En vez de ello, será utilizado para afianzar estructuras clientelares al servicio del partido gobernante.
En 2017, el Grupo Atlacomulco librará la madre de todas las batallas. Si pierde en las elecciones a gobernador en el Estado de México está perdido. Saben que desde 2005 no se había configurado un escenario propicio para que la oposición les gane en su bastión. Por eso el nombramiento de Miranda debe leerse como el anticipo de lo que será una elección de Estado. El PRI está dispuesto a hacer cualquier cosa que sea necesaria, recalco, cualquier cosa, con tal de retener la entidad de mayor peso demográfico.
En unos días más, durante los festejos del Grito de Independencia, franjas de la sociedad que por lo general no coinciden saldrán a las calles a demandar la renuncia de Peña Nieto. Eso es lo que ha logrado con su torpeza: unificar a los mexicanos en su contra. Abstraído de la realidad, perdió quizás la última oportunidad para dar una vuelta de timón y salvar a su gobierno del naufragio. Los cambios de gabinete requeridos se quedaron en el tintero. Consecuente con el sello de casa, hizo enroques para favorecer a su grupo más cercano. En vez de firmeza, mostró pusilanimidad.
En el río revuelto que se ha convertido la política nacional, es un hecho que Videgaray sí se va al Estado de México: a su casa en Malinalco.