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Videgaray, el canciller pensativo

Los más enterados nos cuentan que el canciller no quería regresar al servicio público o no de manera tan visible.

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Escrito en OPINIÓN el

Los muchos funcionarios de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) que se han topado con él, lo ven distinto a cuando era el hombre fuerte del peñismo. “No es el mismo Luis Videgaray que estaba en la Secretaría de Hacienda, se le ve muy pensativo y  a veces hasta triste”.

 

Los más enterados nos cuentan que el canciller no quería regresar al servicio público o no de manera tan visible, es decir, su intención era mantenerse como un asesor de bajo perfil, por lo menos varios meses más.

 

Sin embargo, su cercanía con la familia de Donald Trump, o más bien la amistad que lo une con el yerno del futuro presidente de Estados Unidos, fue uno de los motivos más importantes para su regreso a los escenarios públicos.

 

Enrique Peña Nieto le planteó varias veces la posibilidad de su retorno y no dudó en insistirle cuando los embates del republicano arreciaron contra México.

 

No hubo quien recordara los inicios de Videgaray en el servicio público y la llamada que entonces le hizo a su amigo José Antonio Meade para preguntarle los pros y contra de la burocracia, luego de que Peña Nieto, a quien habían elegido como gobernador del Estado de México, lo invitó a formar parte de su gabinete. El ahora canciller aseguraba que el gobernador mexiquense tenía un enorme potencial dentro de la política.

 

Sin embargo, ahora las cosas son muy distintas para el Videgaray  que acompañó a Peña Nieto en su triunfo por la presidencia. Ahora, en la SRE, el canciller está por terminar de delinear al equipo que lo seguirá hasta el final del sexenio, pero ya no estarán los mismos que trabajaron con él en Hacienda. Por ejemplo, Fernando Aportela, quien fue su subsecretario ha manifestado que no volverá a trabajar con el secretario.

 

Otro caso es el de Aristóteles Núñez, ex jefe del SAT y quien además se convirtió en uno de los funcionarios más apreciados de la actual administración. A pesar del cariño y la amistad que lo une con Videgaray, la intención de Núñez es probar en el sector privado.

 

A cinco meses de que renunció a la SHCP, nos cuentan que el canciller es muy distinto: ya no pide sus Dunkin Donuts a las 7 de la mañana en su oficina, tal y como lo hizo sus últimas semanas en Hacienda, ni se molesta por el color de una lámina en alguna presentación de sus colaboradores, ahora está preocupado por la estrategia que adoptará para evitar que Trump siga arremetiendo contra México.

 

Pero hay quien nos asegura que muy en su interior hay algo que le alegra a Videgaray de su regreso al servicio público y en particular a la Secretaría de Relaciones Exteriores y es esa factura pendiente que tenía con Claudia Ruiz Massieu, quien lo acuso de manera mediática de ser el artífice de la fallida visita de Donald Trump a México. Otros dicen que esa misma factura la tiene  con el secretario de gobernación Miguel Ángel Osorio Chong, incluso, más de uno dice que tiene sus días contados en el Palacio de Cobian, ¿será?

 

Así las cosas…

 

@rominarr 

@OpinionLSR