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Victoria mexicana frente a Croacia

Sexta vez consecutiva que México logra pasar a los octavos de final

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Escrito en OPINIÓN el

 

El día de hoy la selección mexicana se presentó ante una de esas encrucijadas a las que nos han acostumbrado desde la etapa de selección, un partido donde se jugaba en Recife el todo o nada con un rival que en el papel era superior.

Sin embargo muy  pocas personas con las que hablé dudaban de la victoria mexicana en Brasil, se había pasado por encima de Camerún y habíamos visto unos ex ratones verdes crecidos y jugando en muchos sentidos al tú por tú con la selección anfitriona.  Preocupaba más una posible sanción a la federación por el ahora famoso grito de batalla con el que los hinchas nacionales corean cada saque de meta del equipo contrincante en turno: “eeeeeeeeeh, Puuuuutooooo”.

Al saltar a la cancha las diferencias entre ambas escuadras fueron evidentes. Los croatas son casi todos jugadores de ligas europeas y medían en promedio 1.82 metros de estatura, por lo que parecían aún más pequeños de estatura los uniformados de verde y negro.

El primer tiempo se tornó durante gran parte del mismo de dominio dividido del partido, pues tras diez minutos de estudio mutuo la iniciativa  pasaba de un equipo al otro. Hasta el minuto 15  los croatas parecían dominar a los nacionales tras dos corners peligrosos por la altura de sus jugadores. En ese minuto Herrera demostró que el equipo mexicano tenía muchos deseos de avanzar con todas las de la ley a los octavos de final y Herrera colocó el primer pistoletazo azteca en el ángulo del marco, fallando por algunos centímetros  un gol que parecía pintado por Messi.

Oribe dio el segundo aviso al fallar de manera casi infantil una pelota en el área con el portero croata prácticamente vencido. En los sitios de reunión la gente pasaba del grito de ánimo y las porras a los gritos de espanto según se tornarán las acciones.

Cabe destacar que desde el principio el equipo mexicano funcionó como eso, un equipo bien engrasado y concentrado en el objetivo colectivo convencido de sus posibilidades. Ni siquiera el constante  golpeteo de parte de los enormes croatas lograba que el cuadro del Piojo Herrera se desesperara o perdiera la concentración en el primer tiempo.

Como ejemplo de esto podemos mencionar el sacrificio que Rafa Márquez realizó al parar con alevosía el avance de la escuadra cuadriculada con un golpe bien colocado al atacante, lo que le valió al capitán mexicano una tarjeta amarilla. Así terminó un primer tiempo, con la expectación de lo que pudo ser pero no se logró en los chispazos mexicanos.

El arranque del segundo tiempo nos mostró un partido mucho más deshilvanado, y el domino del esférico no fue evidente durante los primeros minutos. Los mexicanos y croatas seguían moviendo el balón per las llegadas parecían menos claras, sin tanta enjundia al intentar cerrar la pinza sobre el arco contrario.

Y el piojo, haciendo un pequeño alarde técnico, decidió hacer lo necesario para cambiar la dinámica de juego y sacó a Gio, su hombre en punta, para colocar a Hernández en su lugar  logrando generar así  la primera acción de peligro real sobre el marco croata en la segunda mitad.

Por desgracia, y por segunda ocasión en el partido, el árbitro se comió una espectacular mano de los cuadrados y quitó un penal más a los nuestros. Y aquí mostraron  los seleccionados su orgullo pues  en lugar de decaer el ánimo tomaron el partido, logrando un control evidente del partido, mitad gracias a un juego bonito verde y mitad por una cuestión de enojo y orgullo.

Los resultados no se hicieron esperar y tras varios minutos de insistir los mexicanos anotaron su primer tanto a los 71 de juego en una pelota a balón parado,  algo muy difícil por la estatura de los defensas, gracias  a un impecable cabezazo del amonestado capitán mexicano.

Y aún se cantaba el gol cuando  cuatro minutos después, en una hermosa jugada, Guardado logró aumentar el marcador al perforar en el 75 el marco del portero Pletikosa, arrancando gritos de éxtasis a todo lo largo del territorio nacional.

Y en los minutos finales del tiempo reglamentario, el 82, apareció  el hasta ahora invisible Chicharito para meter de cabeza  el tercer gol mexicano, gracias a una pelota elevada por Héctor Herrera en una asistencia de lujo.

El resultado final habló de lo que ha sido la selección  mexicana en este mundial 2014, un equipo que llegó rodeando de dudas y al que le han tocad espantosos arbitrajes pero que ha logrado mostrar una mezcla de espíritu y garra ante el rival que le toque, un equipo que funciona como uno solo y que convence con su actitud y entrega.

En el camino se encuentra el subcampeón del mundo, una Holanda contrastante, que pese a todo lo que se le pueda objetar es un gran escollo para lograr el deseado quinto partido.

Pero eso se verá en unos días.

El día de hoy es un día para celebrar y pensar que los ratones se pueden transformar en la ola verde, es un día para soñar lo que puede ser y estar satisfechos con lo que el representativo nacional ha logrado. Los pronósticos de los aficionados se cumplieron y hay muchas sonrisas en la calle: la Diana, la Minerva, la Macroplaza y el Ángel se verán inundados con los aficionados y la celebración, sin importar el clima.

 El día de hoy es la sexta vez consecutiva que México logra pasar a los octavos de final, pero la primera que el equipo muestra tamaño para algo más.

eduardohiguerabonfil@gmail.com

@HigueraB