Cada vez son más consistentes las versiones que hablan de una potencial alianza entre el PRI y el PAN en el DF, para tratar de abrir la capital del país a la pluralidad en sus 16 delegaciones y la Asamblea Legislativa.
Y si bien está lejos de concretarse dicha alianza –porque es mucho lo que está en juego-, lo cierto es que podríamos asistir a la debacle del poder político del PRD en la Ciudad de México.
Y las razones, a pesar de lo que opinen los amarillos, están a la vista de todos.
1.- Nadie, con un mínimo de sensatez, puede negar que los gobiernos del PRD en buena parte de las jefaturas delegacionales, se han perpetuado gracias a las peores prácticas de la política; la corrupción, el clientelismo, la dádiva y el engaño a los ciudadanos.
2.- Nadie, con un poco de sensatez, podría negar que buena parte de los Jefes delegacionales del PRD son, al mismo tiempo, jefes de ofensivas mafias políticas que han accedido al poder en esos espacios de la capital de país, para medrar, enriquecerse y obtener una jugosa renta económica de sus cargos.
3.- Nadie puede negar –sean habitantes, sean observadores-, que buena parte de esos gobiernos han sido gobiernos fallidos; verdaderos centros de depredación política y económica a los que poco o nada les ha interesado el ciudadano.
4.- Nadie puede ocultar que la mayoría del PRD, en la Asamblea Legislativa del DF, se ha convertido –en los hechos- en una grosera tapadera de las corruptelas de asambleístas, Jefes delegacionales y Jefes de Gobierno. Más aún, todo lo que criticó la izquierda del viejo PRI – durante más de medio siglo-, hoy lo llevan a cabo los legisladores de la capital del país y los delegados. Y...
5.- Además, y a pesar de todos sus esfuerzos, la imagen y la popularidad del Jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera, parece que cae de manera incontenible. Y es que si bien Mancera no es un político que haya surgido de la estructura de un partido, también es cierto que la esperanza que despertó al pertenecer al selecto grupo de los políticos sin partido, no corresponde con su desempeño.
En pocas palabras, se puede decir que Mancera ha sido rebasado por la compleja problemática de una ciudad como la capital del país, en donde se concentran buena parte de los conflictos del territorio nacional.
Y es previsible el fin de la hegemonía perredista en el DF, no solo porque los ciudadanos están hartos de los malos gobiernos amarillos, de la demagogia y el populismo del PRD, sino de insultantes prácticas que han convertido al Distrito Federal, en la versión azteca de la vieja Calcuta; es decir, el reino del ambulantaje y el comercio informal en todas las formas y modalidades imaginables.
Si se concreta la alianza entre el PRI y el PAN en el DF, en ese momento habrá terminado la mayoría del PRD en la capital. ¿Por qué?
Porque el electorado quedará fragmentado en tres grandes bloques.
El primero estará en manos del PRD, el segundo será capturado por la alianza PRI-PAN y el tercero quedará atrapado en el radicalismo de Morena.
Así, es probable que estemos viendo los últimos meses de la hegemonía perredista en la capital del país. Al Tiempo.