En los pasillos de la Cámara de Diputados crece la versión de que la tercera semana de junio iniciará un periodo extraordinario para aprobar la reforma política del Distrito Federal.
El asunto es que durante los últimos días el Partido de la Revolución Democrática (PRD), se ocupó de difundir el rumor de un probable extraordinario, el que se convertiría en el primero en la historia reciente que se daría al final de una legislatura.
Incluso, el presidente de la Mesa Directiva de San Lázaro, el perredista Julio César Moreno, es quien dejó entrever la posibilidad de abrir un periodo. Los que saben afirman que las presiones al interior del PRD, del Senado y del mismo Miguel Ángel Mancera, jefe del gobierno del Distrito Federal, arreciaron en semanas recientes contra Moreno para que saque esta reforma, que aprobó la Cámara Alta a fines de abril.
La razón es sencilla: Si no pasa antes de que termine el periodo, tendrían que esperar por lo menos cinco o seis meses, una vez que entre la nueva legislatura y se integren las comisiones respectivas. Los cálculos más optimistas afirman que la aprobación de la reforma podría ser entre octubre y noviembre, cuando los diputados ya estarían en condiciones de empezar a generar dictámenes.
Hasta el momento, no hay objeción por parte del PRI y del PAN por tener un extraordinario, pero hay una coincidencia y ésta es que antes de dar el sí, tendrían que esperar a conocer los resultados de las elecciones del 7 de junio para ver si les convendría el extraordinario, pero como una moneda de cambio.
Lo que argumentan los del Partido Revolucionario Institucional es que el retraso en la aprobación de la reforma del Distrito Federal se debió a la descoordinación política y los conflictos internos de las izquierdas, por lo que aseguran que el PRD quiere sacar un asunto que sólo les importa a ellos y al Jefe de Gobierno del Distrito Federal.
Ante ello, habrá que esperar a ver qué piensan el PRI y el PAN cuyos votos serán indispensables para poder convocar a un período extraordinario y eventualmente, aprobar una reforma constitucional con mayoría calificada.
Así las cosas, es posible el tema se defina hasta la segunda semana de junio.
LA ÚLTIMA Y NOS VAMOS
Los mercados están a la expectativa sobre lo que se concluirá en la reunión de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) que se llevará a cabo el 5 de junio.
Según el consenso de los analistas es que las naciones que integran la región del Golfo Pérsico mantendrán su posición de un “no” contundente a una reducción de petróleo, decisión que promueve Arabia Saudita, que es el mayor exportador del combustible.
Pero en tanto eso ocurre, se mantendrá la volatilidad en el precio del llamado “oro negro”, misma que se sumará a una próxima reunión de la Reserva Federal de Estados Unidos (FED) en la que también se podrían dar nuevas señales y definiciones sobre un aumento en las tasas de interés.