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¿Valientes, asesinos, revolucionarios…?

Se puede discutir si quienes participaron en la guerrilla fueron valientes o no; todo se puede debatir desde distintas aristas. | Jorge Ramos Pérez

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Escrito en OPINIÓN el

El general que había participado en el combate a la guerrilla de la década de los años 70 me miró fijamente. El gobierno de Vicente Fox (2000-2006) abrió una fiscalía inútil y buscaba enjuiciar a los responsables de la “guerra sucia”. No llegó a nada.

“Yo defendí al Estado mexicano de un enemigo del Estado mexicano. Si ellos (la guerrilla) hubiesen vencido, yo estoy seguro que hubiesen hecho lo mismo”.

El comentario del militar que estaba en la mira del fiscal Ignacio Carrillo Prieto fue en el contexto de las investigaciones sobre ese periodo oscuro en la historia del país. La guerrilla fue para muchos la opción, luego de la masacre del 2 de octubre de 1968.

Muchos son los nombres de esa época. Gustavo Díaz Ordaz era el presidente y Luis Echeverría su secretario de Gobernación en el 68. En el siguiente sexenio fue el presidente de México y se repitió una masacre, la del Jueves de Corpus el 10 de junio de 1971. Por ello surgieron grupos armados en distintas partes del país.

Uno de ellos fue la Liga Comunista 23 de septiembre. Su nombre derivó de un hecho sangriento ocurrido el 25 de septiembre de 1965 en Ciudad Madera, Chihuahua, a manos del Grupo Popular Guerrillero.

“Valientes”, fue el calificativo que Pedro Salmerón, hoy ex director del Instituto Nacional de Estudios de las Revoluciones de México, dio en días pasados a los jóvenes integrantes de la Liga Comunista 23 de Septiembre, que asesinaron al empresario Eugenio Garza Sada el 17 de septiembre de 1973, cuando lo iban a secuestrar.

“Se dedicaban a actos de terrorismo y vandalismo, así como a asaltar instituciones bancarias y particulares, incluso secuestraban personas por las cuales pedían rescate a sus familiares”, declaró Juventino Romero Cisneros, policía judicial de Nuevo León que apoyaba con sus labores a la DFS, de acuerdo con expedientes de la CNDH, que formaron parte de las indagaciones de la fiscalía de Carrillo Prieto.

Los dichos de Salmerón suscitaron una reyerta verbal en redes sociales y artículos. El diputado Gerardo Fernández Noroña dijo a La Silla Rota que no sólo eran valientes sino revolucionarios.

José Antonio Fernández Carbajal, presidente ejecutivo del Consejo de Administración de FEMSA, envió una carta a la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero. Le recordó que el 17 de septiembre el presidente Andrés Manuel López Obrador llamó a la reconciliación y a la unidad de los mexicanos. “Lamentablemente y contrario a ese espíritu”, añadió el ejecutivo, Salmerón adjetivó a los asesinos de Garza Sada como valientes.

“Don Eugenio perdió la vida en un cobarde atentado: seis individuos armados con pistolas automáticas y una metralleta interceptaron el automóvil de un hombre de 81 años, intentaron secuestrarlo y, ante su resistencia, lo asesinaron”, describió Fernández Carbajal.

Se puede discutir si quienes participaron en la guerrilla fueron valientes o no; o asesinos o revolucionarios, todo se puede debatir desde distintas aristas. Si el general tuvo razón en “defender al Estado” de un “enemigo”.

El problema es que, de nueva cuenta, se ahonda la división. En alguien debe caber la prudencia.

Punto y aparte. El presidente Andrés Manuel López Obrador ha anunciado que, en 2024, al concluir su sexenio, se retira y escribirá un libro sobre los conservadores en México. Más leña al fuego.

Punto final. Enrique Graue no está solo. No, no es que tenga el apoyo unánime en su búsqueda por reelegirse como rector. Los directores de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, Angélica Cuellar, y del Instituto de Investigaciones Jurídicas, Pablo Salazar, más los que se acumulen, ya levantaron la mano. No, Graue no está solo. Pero tiene casi en la mano la reelección.