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Úsenlo, no pasa nada

Todos tenemos derechos y obligaciones, si queremos estar en sociedad. Así que al igual que yo, pónganselo, cuídenlo, úsenlo y sálvense. | Ulises Castellanos

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Escrito en OPINIÓN el

Seré breve. La imagen con la que se recordará la crisis sanitaria del 2020 a nivel global, será la postal del rostro humano con mascarilla. Aunque coincido con el Dr. Gatell sobre el hecho concreto de que su uso, genera una “falsa sensación de seguridad” también le sumo a esa idea la ventaja de usarlo frente a la necedad de no hacerlo. Es decir, no garantiza nada, pero no estorba. 

De hecho, hasta aquí podría terminar mi comentario, y tan tan. Sin embargo, lo que me impacta y por lo que hoy les quiero hablar de este objeto, es que me parece increíble la manera como se ha polarizado el tema en redes sociales, a partir de la falsa creencia conservadora de que usarlo es sinónimo del “buen ciudadano” y no usarlo es casi casi, representativo de "criminales irresponsables”. Y ambos extremos son absurdos.

El dato más remoto sobre su uso, son los dibujos medievales que nos recuerdan la peste negra y de ahí, esos retratos de hombres y mujeres que parecen pájaros gigantes caminando por las calles de la Europa medieval.

Foto: Pepe Jiménez

Así pues, el uso del cubrebocas, no debería siquiera de ser tema. Debe usarse y punto, pero no tiene porque ser aprovechado por la politiquería ramplona del momento. Si el Dr. López-Gatell no es promotor de ello pero tampoco se opone, ¿cuál es el problema? Úsenlo, no necesitan permiso de nadie. Y si el presidente, por la razón que sea no quiere usarlo, pues allá él, ¿desde cuándo ustedes queridos lectores, hacen exactamente lo que les sugiere o no un presidente de la República?

Lo que no resisto es que ahora usar el cubrebocas sea sinónimo de: responsabilidad, fidelidad, persona ejemplar, buen padre, mujer inteligente y en general mexicanos de primera; no, esa no puede ser la nueva etiqueta social. Y para los que no lo usan, -que honestamente son muy pocos- pues tampoco se vale meterlos a la cárcel, bañarlos en el ácido twittero, burlarse o despreciarlos. No. Cada quién su vida pues. Respeto, punto.

Los 40 mil muertos que tiene nuestro país, son el resultado de una pandemia tremenda, ninguna diferencia a gran escala harían los cubrebocas por sí solos, quizá su uso generalizado contribuya a evitar algunos contagios temporales, pero recuerden que todos terminaremos tarde o temprano contagiados por el coronavirus. La vacuna va lenta, no se confíen.

Las gotas de nuestra saliva, alcanzan máximo un metro al hablar en voz baja, buena parte de eso puede quedarse en la mascarilla, pero eso es todo, es una contención, dentro de muchas que deben tomarse en cuenta. Las gotas miden diez micras, es decir diez millonésimas partes de un metro. Por lo tanto, quizá la mitad atraviesa el cubrebocas convencional, ese que venden afuera del metro; tema aparte es la mascarilla N95 para uso médico.

Si bien los médicos operan con cubrebocas -desde 1927 es obligatorio en la medicina- en un ambiente absolutamente estéril, sobran las historias de infecciones que se propagan en hospitales. Así que nunca ha sido suficiente la mascarilla.

¿Y saben qué desplazó al cubrebocas a mediados del siglo XX?, pues los antibióticos, porque ya casi nada de lo que saliera por la boca era mortal, hasta que apareció el H1N1 hace poco más de una década, y este nuevo coronavirus.

Así pues, el uso del cubrebocas, sólo es efectivo si se combina con sana distancia, lavado frecuente de manos y otras medidas sanitarias. Además, sólo el cubrebocas N95 que tiene poros de 0.3 micras es efectivo contra las dichosas gotas del ser humano y no es barato.

En fin, obvio no soy experto ni mucho menos. Les cuento sobre lo que he aprendido en este año sobre el tema y punto. Lo curioso es que las imágenes de nosotros con cubrebocas llegaron para quedarse.

El fenómeno es interesante, dime qué cubrebocas usas y te diré quién eres, están los de diseño, los médicos, los hechizos y los mal puestos. La mitad de las personas con las que hoy hablamos son un misterio emocional para nosotros, ya que no le puedes leer la mitad del rostro y por ende, se corta la expresión emocional de un rostro feliz, triste, enojado o aburrido.

Así las cosas, úsenlo pues, no estorba, no pasa nada. Recuerden que no es garantía de inmunidad, que no reemplaza otras medidas, que debe usarse bien y no permitan que los etiqueten por ello. Todos tenemos derechos y obligaciones, si queremos estar en sociedad. Así que al igual que yo, pónganselo, cuídenlo, úsenlo y sálvense. Aquí les dejo este retrato que me hizo el buen Pepe Jiménez hace un mes para que vean que sí lo uso. Cuídense mucho. Ya falta menos.