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Una mujer jefe del Comando Norte: Otro logro

La llegada de las mujeres a funciones históricamente masculinizadas es un paso para la igualdad.

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Escrito en OPINIÓN el

El pasado 10 de marzo, dos días después de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer, el Departamento de Defensa de los Estados Unidos de América, informó que fue aprobada formalmente la integración de las mujeres en todos los servicios y especialidades militares incluidas las funciones de combate. Este hecho es sumamente significativo para la lucha por la igualdad de derechos entre hombres y mujeres.

 

El secretario de defensa Ash Carter, advirtió que este proceso de integración significará la igualdad de oportunidades para las mujeres, lo que no necesariamente se traduce en la equidad de participación de mujeres al servicio militar, pues no se garantiza que un número determinado de mujeres serán promovidas en un plazo especifico, “el mérito debe seguir siendo de suma importancia”, acotó.

 

En teoría, la equidad y la igualdad son dos términos estrechamente relacionados, pero distintos. Según la RAE, el primero es la “disposición del ánimo que mueve a dar a cada uno lo que merece”, es decir la equidad nos obliga a plantearnos los objetivos que debemos conseguir para avanzar hacia una sociedad más justa. El segundo es el “principio que reconoce la equiparación de todos los ciudadanos en derechos y obligaciones”, lo que se podría traducir en dar las mismas condiciones y oportunidades a mujeres y hombres.

 

Una semana después se anunció que el presidente estadounidense, Barack Obama, nombrará por primera vez a una mujer como líder de uno de los nueve comandos de combate estadunidenses, en caso de ser ratificada por el Senado, Lori J. Robinson, se convertiría en la nueva jefa del Comando Norte, el mando militar estadunidense en la región norteamericana, incluido México.

 

En el comunicado del Departamento de Defensa, se enaltece el nombramiento del primer comandante de combate del sexo femenino, porque lo consideran una prueba de que han conseguido una gran cantidad de agentes mujeres que son excepcionalmente fuertes. Esta acción es también una muestra de que la voluntad política es clave para conseguir una mayor igualdad de género.

 

Del mismo modo en las Fuerzas Armadas estadounidenses se están gestando nuevas reformas “revolucionarias acordes con el siglo 21”, en un futuro próximo se implementarán nuevas reglas en beneficio de los militares y sus familias como: La extensión del permiso de maternidad y paternidad, la congelación de óvulos, la modernización del sistema de jubilación, entre otras, es claro que algunas de estas políticas están enfocadas en equiparar las oportunidades para desarrollarse de las mujeres dentro de dicha institución.

 

La llegada de las mujeres a funciones históricamente masculinizadas, como las Fuerzas Armadas fue el primer paso para este cambio paradigmático que actualmente estamos observando. Es lógico que los EUA sean pioneros en la aplicación de este tipo de medidas, pues junto con Francia y España, son los países con las tasas más altas de feminización de sus milicias, con porcentajes que van del 20% al 12.3 por ciento. En el caso de México el porcentaje apenas supera el 6%, y el cargo más alto que han alcanzado es el de General Brigadier que actualmente ostentan tres mujeres.

 

De acuerdo con estudios de Sociología Militar efectuados en Estados Unidos de América, Europa e Israel, publicados en Jane’s Military & Security Assessments Intelligence Centre, un think tank especializado en temas militares y de seguridad, la incorporación de la mujer en las Fuerzas Armadas ha dado resultados positivos en la eficiencia de las unidades, los argumentos empíricos de las investigaciones demuestran que, por ejemplo, el nivel de escolaridad y rendimiento académico de las mujeres es superior a los hombres, contrariamente a lo que pudiera pensarse; el ausentismo femenino en las unidades es menor en mujeres que en los hombres; y la eficacia de las unidades operativas mixtas es superior a aquellas integradas sólo por hombres. http://bit.ly/1UUNyQ7

 

Asimismo esta perspectiva enfatiza los supuestos beneficios políticos, económicos y éticos que las mujeres pueden obtener teniendo acceso al sistema militar, además de una mayor apertura para que puedan contar con mayores oportunidades para obtener ascensos de acuerdo a sus posibilidades físicas y méritos profesionales. En América Latina, la participación del sexo femenino en las Fuerzas Armadas refleja una realidad casi generalizada en donde las mujeres muy pocas veces ocupan rangos altos y su trabajo se centra en las labores médicas y de asistencia.

 

Hay quienes sostienen que es el derecho y la responsabilidad de la mujer desempeñar el servicio militar, porque este deviene de la idea de igualdad y la ciudadanización completas, y aunque se ha avanzado aún falta mucho camino por recorrer, sin embargo se debe reconocer que la incorporación de mujeres a las Fuerzas Armadas no sólo ha ayudado a ampliar sus roles y oportunidades profesionales, sino que también ha contribuido a la profundización y consolidación del sujeto ciudadano femenino, en la medida en que las mujeres asumen sus plenos derechos y responsabilidades en la misma proporción que los hombres.

 

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