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Una cámara, una leyenda

La increíble historia de la cámara Leica de Robert Capa, el mejor fotógrafo de guerra de mediados del siglo XX. | Ulises Castellanos

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Escrito en OPINIÓN el

Hace unos días, platicando con Carlos Cortés, un ex alumno de nuestro Diplomado de Periodismo en la Fundación Poniatowska. Nos contó una historia fantástica alrededor de una Cámara Leica (serie 507644) que el posee y que según él mismo, dicha cámara le perteneció al legendario fotógrafo de guerra, Robert Capa.

Esa cámara, que aquí les presento, es una Leica IIIc con lente normal de 50mm, y que todo indica formaba parte de la famosa Maleta Mexicana, que contenía decenas de negativos del propio Capa y dos colegas suyos (Gerda Taro y ‘Chim’) que hoy forman parte del acervo documental en el ICP (International Center of Photography) de Nueva York.

Fotos: Carlos Cortés

Resulta que la madre de Carlos Cortés, Doña Tula -como cariñosamente se le conocía- era sobrina directa del General Francisco Aguilar González quien fue Jefe del Estado Mayor de Francisco Villa y un destacado diplomático mexicano de principios del siglo XX.

Estando el General Aguilar en Francia y en plena Segunda Guerra Mundial, fue cuando el fotoperiodista Robert Capa, quien hasta ese momento había documentado ya buena parte de la Guerra Civil Española, le entregó al General unos 3,000 negativos fotográficos y parte de su equipo de trabajo para que fuera resguardado, ya que le miembros del Servicio de Inteligencia Nazi le venían siguiendo los pasos, dicha entrega se llevó a cabo en la ciudad de Marsella, Francia. Y supuestamente ese fue el único contacto entre el General Aguilar González y Robert Capa.

Pasaron los años y el General murió en la Ciudad de México.

Dicho material fotográfico y esta cámara Leica fueron encontrados en 2008, en el sótano de la casa del General, los negativos pasaron a manos de un amigo de la familia, el cineasta Bruno Traven, y la cámara Leica se la regalaron a Doña Tula quién murió apenas hace dos años, en 2018 a la edad de 91 años, según nos relata Carlos Cortés, su hijo.

La historia de esa “maleta mexicana” como se dio a conocer en el mundo, está contada maravillosamente por el escritor Juan Villoro. Y es una historia fantástica. Hoy lo último que aparentemente queda en nuestro país de aquel hallazgo, es precisamente esta cámara.

Carlos me cuenta que “Bruno Traven, al darse cuenta del material que estaba recibiendo y con la única finalidad de ser asesorado en el tema, buscó asesoría del Centro Internacional de Fotografía (ICP), cabe mencionar que dicho Centro lo fundó Cornell Capa en honor y memoria de su hermano Robert”.

Cuando en el ICP se dan cuenta de lo que tenía Bruno, literalmente se volvieron locos de alegría por el hallazgo en México de ese material que se consideraba totalmente perdido.

Carlos Cortés, me escribe respecto a la cámara Leica y dice “desconozco si el ICP tiene conocimiento de su existencia, pero es mía y por el momento no creo deshacerme de ella”.

Según Carlos Cortés “el ICP le exigió a Bruno los negativos de Capa, pero él se rehusó a entregarlos, quiero suponer que le ofrecieron algo a cambio, lo cual rechazó ya que en palabras de Juan Villoro, la idea que tenia Bruno Traven era la de entregar ese material al pueblo español, total que las relaciones entre el ICP y Bruno se rompieron”.

Pasó un tiempo hasta que Juan Villoro y Trisha Ziff  (quien realizó un bello documental sobre la “maleta mexicana”) entre otros personajes, convencieron a Bruno Traven de ceder dicho acervo al ICP en Nueva York. Y así llegó ese material a Estados Unidos. Pero esta cámara Leica, nunca se fue en ese paquete, porque la cámara la tenía su madre.

Carlos Cortés nos cuenta ”Yo, como familiar directo del General Aguilar (a quien no conocí) sabía que éste hombre, tenía claroscuros, sabía por comentarios de la propia familia que el General Aguilar era un hombre encantador, y que tenía una gran conversación, que era culto y todo un caballero, además su historia como militar lo había marcado como un individuo sin sentimientos, y que a la primera provocación sacaba su Colt 45”.

A pesar de todo esto, el General Aguilar fue un puente vital, por el cual llegó a México un gran número de personas que venían escapando de Francisco Franco y la guerra civil española.

Carlos nos cuenta que hace unos 5 años el ICP arrancó una exposición itinerante con el material de Robert Capa, y empezaron aquí en el Colegio de San Ildefonso en el centro de la Ciudad de México, él y su madre fueron invitados y ahí estuvieron.

Total, que alrededor de esta fantástica historia, todavía hay muchas cosas que contar. Y un ejemplo, es esta cámara Leica -que presuntamente le perteneció a Capa- y que ahora conserva Carlos Cortés, como prueba muda, del legendario trabajo de este enorme personaje que es Robert Capa, y que sin duda, fue el mejor fotógrafo de guerra de mediados del siglo XX.