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Un sistema fiscal desigual

Debido a la brecha salarial entre hombres y mujeres, la distribución de beneficios fiscales está más inclinada hacia los hombres. | Melissa González*

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Escrito en OPINIÓN el

Estamos en el mes en que las personas físicas presentan su declaración anual ante el SAT y uno de los beneficios de realizar dicha declaración es la posibilidad de obtener deducciones personales. Estas consisten en montos que los contribuyentes tienen derecho a restar de su ingreso reportado y a su vez disminuir el pago del Impuesto Sobre la Renta (ISR). La Ley del ISR contempla diversos gastos personales que pueden restarse de los ingresos gravables como colegiaturas, honorarios médicos y donativos.

En este contexto puede decirse que el empleo va de la mano del sistema fiscal, ya que el ISR es un impuesto relacionado con los trabajadores formales. Este aspecto hace presente la desigualdad de género, ya que si se considera que las mujeres son quienes realizan gran parte del trabajo doméstico no remunerado, que predominan en el sector informal y en trabajos de medio tiempo, y que existe una brecha salarial entre hombres y mujeres, es de esperarse que la distribución de beneficios fiscales esté más inclinada hacia los hombres. 

En 2015, de acuerdo con los datos más recientes del SAT, el gobierno erogó 19 mil 057 millones de pesos en deducciones personales correspondientes al decil X, conformado por la población con mayores ingresos, de los cuales los hombres obtuvieron 78.5% de los beneficios y las mujeres 21.5%. Aunado a la desventaja de las mujeres en el sector laboral, el diseño de las deducciones personales reproduce el mismo patrón que favorece principalmente a los hombres de mayores ingresos.

Además de la clara desigualdad de género en la distribución, el problema también reside en que los conceptos de gastos deducibles que una persona física puede presentar como colegiaturas, primas de seguros de gastos médicos e intereses reales de créditos hipotecarios, entre otros, profundizan la brecha de desigualdad entre los hogares de ingresos más altos e ingresos más bajos, puesto que 47.4% de las deducciones personales se concentra en los dos deciles de mayor ingreso. 

Mientras las mujeres estén expuestas a condiciones de trabajo vulnerables y el gobierno no tenga la capacidad de generar empleo estructurado, la proporción de la población que se beneficiará de las deducciones personales seguirá siendo pequeña, y entre estos beneficiarios se encuentran los hogares con mayores ingresos.


*Melissa González Castillo

Investigadora Jr. Licenciada en Economía por Tecnológico de Monterrey. Durante sus estudios realizó una concentración en finanzas públicas con el CIEP. En 2019 hizo un intercambio en Stockholm School of Economics, donde se especializó en  econometría y desarrollo económico. Entre sus intereses se encuentran la  desigualdad de género, el desarrollo económico y la distribución de ingresos. Actualmente colabora en el CIEP como asistente de investigación en el área de ingresos e impuestos.