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Un escenario incierto

En las elecciones de EU la incertidumbre no radica únicamente en quién será el ganador, sino también en si el perdedor, aceptará su derrota. | Ricardo de la Peña

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Escrito en OPINIÓN el

Es normal en las democracias que, aunque el procedimiento esté legalmente definido, el resultado sea incierto. Pero en las elecciones de este mes en Estados Unidos la incertidumbre no radica únicamente en quién será el ganador, sino también en si el perdedor, en caso de ser el actual presidente, aceptará su derrota.

Las razones para un conflicto

Y en ello no puede dejar de verse diferencias notables con lo que ocurrió en 2016: los estados clave no son ahora los mismos y para un diferendo que se judicialice no se requerirá que haya diferente ganador en votos populares y electorales, sino solamente que así sea al contarse los votos emitidos el día de la elección, pues el debate versará sobre la validez de los votos por correo.

Ya desde ahora existen diferencias en las disposiciones judiciales respecto al cómputo de votos adelantados, que suman al menos la mitad de los sufragios totales que se esperan. A diferencia de Pennsylvania, donde se contarán todos los votos aun los que arriben con posterioridad a la fecha de la elección, en Wisconsin la Corte Suprema decidió no extender el tiempo para el conteo de votos por correo, por lo que aquellos que arriben tardíamente no serán válidos. Y Donald Trump está instando a los tribunales federales a bloquear el conteo de votos por parte de otros estados que pretenden contar las boletas mucho más allá del día de las elecciones. Eso puede hacer nugatorio el derecho al sufragio de miles, si no millones, de ciudadanos estadounidenses. Y en caso de no impedirse este cómputo legalmente, ello puede ser razón para que el actual presidente desconozca los resultados de la elección e inicie un conflicto posterior en el que lo que contaría no serían ya única ni primordialmente los votos, sino la respuesta de las élites, que pudieran manifestarse a través de las bolsas y de los medios, para presionar un corte al diferendo que pudiera favorecer a uno u otro de los contendientes, según el momento y las circunstancias en que se dé un entente.

Los escenarios posibles

Todo pudiera ser sencillo si al comenzar la noche del día de la elección resultare que Biden logra victorias en Florida, Carolina del Norte y Pennsylvania; allí habría acabado todo. Pero si resulta que Trump logra la victoria en esos estados clave, habrá que ver si la consigue en Wisconsin o incluso en Michigan, y luego habría que saber qué pasa en Arizona para asegurar quién resulta ganador conforme votos electorales. Y si al final del recuento de votos emitidos el día de elección Biden resulta claro ganador, con todo y espera, el asunto se habrá saldado. Pero si Trump aparece como ganador en los votos emitidos en urnas ese día, el conteo de votos por correo pudiera alterar el resultado y llevar al actual gobernante a cuestionar una eventual derrota. En ese escenario —no improbable dado el diferencial en votos anticipados, que refleja temores mayores al contagio por covid-19 entre demócratas que entre republicanos— podría verse una prolongación de la disputa, situación en la que los poderes fácticos tendrían mayor peso que los sufragios de la ciudadanía.