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Turismo en Chiapas, rezago grave

Urge la construcción de un Atlas turístico general que potencialice la oferta turística de la entidad, aminore la brecha de desigualdad y genere riqueza. | Fredy López Arévalo

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Escrito en OPINIÓN el

Chiapas aspira al modelo de desarrollo turístico de Costa Rica. Ese ha sido el paradigma a seguir en las últimos tres décadas. Pero la debilidad principal de Chiapas está en el deterioro creciente del entorno ecológico, la contaminación de sus ríos, y la extrema pobreza de su población. 

Y sí, Costa Rica es un referente obligado si se aspira a consolidar la actividad turística como motor de la economía estatal, pero son muchas las diferencias que lo separan del modelo costarricense. No sólo en el cuidado y protección del medio ambiente. Costa Rica también nos supera en democracia, nivel de bienestar de su población, y respeto de los derechos humanos. Las desigualdades sociales en Chiapas son aberrantes, por abismales, por la injusta distribución del ingreso y el altísimo nivel de corrupción de su clase gobernante. 

Chiapas se vende solo

Ese es nuestro mejor slogan publicitario, y a la vez nuestro mayor consuelo. Pero es un consuelo de tontos, porque no sólo se trata de poseer atractivos turísticos de inigualable valor, como los vestigios arqueológicos que nos legaron los mayas, y selvas y bosques muy bien cuidados; lagunas y ríos, cascadas, playas y montañas. Culturas vivas. Esos sin lugar a dudas son activos muy valiosos, muy importantes, insustituibles, que al equipararlas con Costa Rica salimos ganando. 

Pero de lo que se trata es que el turismo genere oportunidades de empleo y mejore la calidad de vida, de ingreso, de bienestar, del mayor número de chiapanecos posible. No se trata solo de favorecer a un sector reducido de hoteleros y transportadores turísticos, como hasta ahora, sino de sentar las bases para mejorar el ingreso de quienes son, en el mejor de los casos, los propietarios históricos de los atractivos turísticos que se ofertan. También se trata de mejorar la infraestructura de acceso a los sitios turísticos y de brindar seguridad en carreteras y destinos; de resolver la altísima conflictividad social que genera constantes obstrucciones en las vías de comunicación y obstaculiza el libre tránsito de chiapanecos y visitantes, la pérdida de vuelos, y altísimos costos (por no hablar de pérdidas) para quienes le han apostado al turismo como actividad económica preponderante. También se necesita mejorar la calidad de los servicios, no sólo del sector privado, empresarial, sino del sector social, y más aún de los pueblos indígenas, que también resultan por sí mismo un poderosísimo imán que atrae a miles de visitantes anuales, por su cultura milenaria. 

Y sí, Chiapas tiene un enorme potencial en el turismo emergente, el llamado turismo de naturaleza, arqueológico, de aventura, pero también requiere fortalecer el Estado de Derecho, para generar confianza, y garantías para los capitales nacionales y extranjeros que busquen en Chiapas oportunidades para la inversión.

Y algo que resulta insoslayable: invertir recursos públicos para fortalecer las vías de acceso a nuevos atractivos turísticos, como por ejemplo, la conexión terrestre hacia la laguna de Miramar, en el corazón de la selva Lacandona, y la restauración y apertura al público de nuevas zonas arqueológicas de las muchas que aún permanecen ocultas entre la maleza. Y algo que debe ser una obligación del gobierno estatal: el fortalecimiento de lugares de esparcimiento turístico para los propios chiapanecos, como los baños de El Carmen, de aguas azufrosas y termales, y las cascadas conocidas como Velo de Novia o Chiflón. 

También se debe fortalecer el desarrollo de los pueblos indígenas, dotarlos de energía eléctrica, agua entubada, clínicas y centros de salud, viviendas dignas; y reforzar la restauración y protección de los bosques y selvas; generar una nueva cultura de protección y cuidado de la inmensa biodiversidad con que cuenta Chiapas, el saneamiento de los ríos y cuencas hidrológicas, las playas y el litoral del Pacífico; de su zona estuárica y su zona de manglares. 

En fin... urge pues la construcción de un Atlas turístico general y de acciones concretas, palpables, que potencialicen la oferta turística de la entidad, aminoren la brecha de desigualdad y generen riqueza.

* Fredy López Arévalo es director de la revista Jovel en Chiapas.

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