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Trump “…pequeño, pequeñísimo, diminuto hombre”

Del temor extremo a la precaución.

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Escrito en OPINIÓN el

Es inolvidable la escena. El grupo de dirigentes europeos se dirigen hacia la fotografía oficial, están los reporteros gráficos acreditados ya dispuestos. De pronto, de atrás hacia adelante, como Gasparín, pero éste no amistoso, de entre el grupo aparece Donald J. Trump con su traje azul, camisa blanca, corbata azul “cielo” y su forma de ser: da un manotazo a Dusko Markovic, primer ministro de Montenegro, lo jala y se adelanta, se acomoda el saco como después de un pleito callejero y está ahí, en primer plano: “America First”.

Su viaje de mayo que comenzó por Arabia Saudí, en donde no insultó a los musulmanes e hizo la reverencia que tanto criticó a Obama; Israel en donde dejó con la mano extendida al primer ministro Benjamín Netanyahu en tanto que su mujer Melania lo rechazaba a él, y Roma, en donde la incomodidad del Papa Francisco con Trump era más que evidente, nada de esto importaba porque traía en la mente una sola palabra: impeachment-impeachment-impeachment…

En Estados Unidos se debatían las ayudas que Donald J. Trump candidato y su equipo de trabajo, incluyendo su yerno más amado, Jared Kushner (esposo de Ivanka Trump quien es la súper asesora de su padre) recibieron de Rusia, las filtraciones de datos de alta seguridad nacional al embajador ruso y de cómo se metió la gente de Vladimir Putin en los sistemas estadounidenses para hacer ganar las elecciones del republicano de New York…

En todo caso Donald J. Trump es de los que están convencidos de la supremacía de los estadounidenses en todo el mundo y, por lo mismo, tiene el derecho, como los vaqueros del viejo oeste americano, a llegar a la cantina del pueblo, patear la puerta, pedir un trago de whisky y mirar a todos los ahí presentes con desprecio en tanto que escupe al piso de forma brutal.

No es gratuito que su viaje haya traído más decepciones y repudios hacia el presidente de Estados Unidos que beneplácitos. “Grosero”, “altanero”, “brutal”, “mal educado”, “indigno de los estadounidenses”, “niño en gobierno” y más fueron las calificaciones que tanto políticos europeos como la prensa de ahí otorgaron al hombre que J.K. Rowyling –autora de la saga Harry Potter—le asestara “Tú, pequeño, pequeñísimo, diminuto hombre”…

Y es que sí: dejó fastidiados a los europeos mientras que él sigue creyendo en su supremacía. El y su gente están convencidos de que hicieron lo que se tenía que hacer y decir lo que se tenía que decir: así de fácil… Pero no… no lo es…

Para empezar sus expresiones machistas de fortaleza tuvieron respuesta inmediata, en el caso del nuevo presidente de Francia, al que el republicano estadounidense quiso aplicar su estrategia de saludar apretando la mano y jalando al personaje hacia sí. No. Emmanuel Macron asimismo apretó la mano de Trump impidiendo que éste la soltara. Dos machos alfa frente a frente, se dijo en Europa: “Lo cierto es que Macron le demostró a Donald Trump que puede ser tan chulo como él”.

Cuando llegó a Bruselas los europeos ya estaban fastidiados. Aun así frente a los líderes de la Unión Europea demostró su incontinencia verbal.

Ahí cargó contra Alemania: “Los alemanes son malos, muy malos” luego de que espetó a los cuatro vientos críticas contra el superávit comercial de ese país en relación con Estados Unidos. 

Por supuesto esto no cayó nada bien a los alemanes y muy particularmente a su canciller Angela Merkel quien afirmó apenas el domingo 28 de mayo: “Europa ya no puede ‘confiar completamente’ en otros países, los tiempos en los que podríamos confiar completamente en otros están quedando atrás. He experimentado esto en los últimos días”.

No era para menos, el representante del pueblo de Estados Unidos de América, a su paso por la sede de la OTAN –a la que previamente había descalificado- exigió a sus socios “Una mayor aportación en materia de defensa (…) He sido muy, muy directo con el secretario Stoltenberg y los miembros de la alianza en decir que los miembros de la OTAN deben finalmente contribuir de manera justa y cumplir con sus obligaciones financieras: 23 de los 28 países miembros todavía no están pagando lo que deben”. Acusó así a los europeos de “morosos”…

En Taormina, región de Sicilia en Italia, donde se celebró la cumbre del G-7 (las siete potencias mundiales) se quejó de lo estrecho de la carretera para llegar al lugar, y que le causaba incomodidad. Luego dejó molestos a los ahí presentes al escabullir toda responsabilidad en materia de cambio climático y menospreciando el Tratado de París en la materia…

Estos fueron apenas algunos detalles del primer viaje mundial de Donald J. Trump. Presidente de Estados Unidos.

El tema es cuánto tiempo tardarán los estadounidenses, todos, o la mayoría, incluso la republicana que votó por él, en darse cuenta plena del tipo al que llevaron a cuidar sus fueros e intereses, pero cuyo capital político ha sido dilapidado en unos cuantos meses poniendo en vergüenza mundial tanto el orgullo de los estadounidenses como la seguridad de su propio país al ir perdiendo la confianza de sus aliados históricos…

Mientras tanto en México se ha pasado del temor extremo a la precaución. Imprevisible como es el presidente estadounidense, el gobierno mexicano se ha dado cuenta de su debilidad, pero no la aprovecha… ¿hasta cuándo?... ¿Será?

Al interior de Estados Unidos de América ya se discute la posibilidad del impechment, del juicio político, de su salida –incluso entre el grupo republicano--, y de seguir así muy probablemente no tarde mucho en desistir de ser presidente antes de que los estadounidenses recuerden que sí, que en efecto tienen ahí, como su representación nacional a un hombre “pequeño, pequeñísimo, diminuto hombre”.  

@joelhsantiago