Sin duda tener el mayor grupo de diputados federales y una decena de gubernaturas nuevas son una buena noticia para el presidente Andrés Manuel López Obrador. Pero no es lo que necesita.
Y para colmo el fantasma de la debacle en la Ciudad de México se asoma con fuerza al perfilar derrotas en alcaldías importantes.
Así que el triunfo de AMLO es relativo. Y el golpe a Claudia Sheinbaum, cabeza política en el corazón del obradorismo, es demoledor.
Vayamos por partes. López Obrador ansiaba una mayoría suficiente para ajustar la Constitución para lo que él llama “cuarta transformación”. Lo necesario eran 330 diputaciones, con sus aliados. Pero ni solo ni con sus compañeros de viaje rebasarán siquiera los 300. Es una buena señal que el ciudadano le ponga freno de mano a los excesos.
En el caso de las gubernaturas, podría alcanzar hasta 10 gubernaturas, de las 15 en disputa. Pero solo habría que ver que Sonora se complicó; que Guerrero podría dar una voltereta, aunque por ahora siga a la cabeza. En Sinaloa, Colima, Tlaxcala o Nayarit ganan con holgura, pero en la mayoría es apenas por una nariz.
La posibilidad de derrota en Miguel Hidalgo, Cuauhtémoc, Coyoacán y Álvaro Obregón serán dolorosos para Sheinbaum y para López Obrador. Si acaso le dieran la vuelta en los cómputos oficiales serían triunfos muy apretados, contra una oposición fortalecida y que perfila un golpe más letal en el 2024.
López Obrador, quien metió el cuerpo entero para apoyar a los morenistas, pagará el costo de su “triunfo” porque es muestra de que los números del 2018 no los pudo repetir en 2021 y que para el 2024 se atisba tormenta.
¿Qué cuentas entregan los operadores políticos y jurídicos del presidente López Obrador? Los visibles y los que se movieron tras bambalinas. Porque sin duda que varios de los hombres y mujeres del presidente se metieron de lleno en la operación electoral.
Así que de entrada se puede decir que el morenismo ganará la presidencia de la república en 2024… pero en el 2030 quién sabe si puedan repetir. ¿Es mucho adelantarse? Puede ser.
Es interesante porque según las proyecciones del INE, que presentó el consejero presidente Lorenzo Córdova, Morena y sus aliados obtendrían unos 16 millones de votos, contra casi 19 millones de los opositores.
Aún falta que se confirmen los datos, que se revise cómo queda la distribución de congresos locales, pero de lo que no hay duda es que López Obrador triunfa, porque no deja de encabezar el movimiento electoral, pero las astillas le harán muy difícil su andar en los próximos tres años.
Vayamos acostumbrando al respetable a que seguiremos con el golpeteo desde Palacio Nacional, porque eso de negociar con los “neoliberales” simplemente no se le va a dar.
Punto y aparte. Ojalá se confirme que no alcanzarán el registro Redes Sociales Progresistas, Partido Encuentro Solidario y Fuerza por México.
Punto final. Esta semana se publica la Ley Zaldívar. El ministro le es indispensable a López Obrador como presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN). Sin importarle al ministro que le griten que respete la Constitución, como le ocurrió este domingo al emitir su sufragio.