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Tres años de retos para la capital

Para agravar la compleja situación que comienza a configurarse, el PRD enfrenta duras pugnas en su interior.

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Escrito en OPINIÓN el

El panorama político de la ciudad de México se ha modificado radicalmente a partir de las pasadas elecciones. La hegemonía perredista que había controlado la Asamblea Legislativa del Distrito Federal durante varios trienios llegó a su fin y de gobernar catorce de dieciséis delegaciones, el PRD ahora sólo tendrá el control de menos de la mitad de ellas. Pero eso no es lo más importante: Morena va por el Gobierno de la ciudad.

 

En la presentación de la agenda legislativa local de los diputados electos de Morena se lanzaron los primeros misiles a la administración capitalina: Los legisladores lopezobradoristas buscarán dar marcha atrás a las políticas más impopulares implementadas en este sexenio, como el aumento al precio del Metro y el “doble” Hoy No Circula.

 

Apenas unos días antes Martí Batres se había pronunciado también en contra de los cambios de uso de suelo que intenta fraguar la aún mayoría perredista de la ALDF. Movimiento Ciudadano, único partido que durante la primera mitad del sexenio había mantenido una línea crítica hacia la administración capitalina, salió también al paso y torpedeó el intento de periodo extraordinario. Morena y Movimiento Ciudadano competirán por los espacios que ha dejado vacíos el perredismo.

 

Para agravar la compleja situación que comienza a configurarse, el PRD enfrenta duras pugnas en su interior: El presidente saliente de la ALDF busca su acomodo en la administración local; Víctor Romo, que fue el candidato más votado entre los diputados electos perredistas, y Raúl Flores, actual presidente del partido, se disputan la coordinación de la nueva bancada amarilla; y en el gabinete mancerista abundan los golpes bajo la mesa hacia las secretarías de Movilidad, Desarrollo Social y Gobierno.

 

Como cereza en el pastel, el coordinador de los senadores perredistas y presidente del Senado de la República pidió públicamente las cabezas de tres altos funcionarios del gobierno local, entre ellos, el director general del Metro, que parece operar ya bajo instrucciones muy distintas a las del Dr. Mancera; incluso si se tratara de un golpe mediático acordado con el gobierno local, sería una señal de profundos desacuerdos.

 

A los nuevos actores y las pugnas internas se suma la falta de interlocutores válidos. El secretario de Gobierno de la ciudad está totalmente inhabilitado como negociador con Morena. Los demás partidos también lo han cuestionado. Serrano además navega con la pesada carga de la derrota electoral. Los columnistas políticos lo dan por un cadáver político.

 

La respuesta del jefe de Gobierno a la crisis no es clara. El primer damnificado fue el Coordinador General de Comunicación Social, Oscar Kaufmann. Su desastrosa gestión fue sustituida por la de Julián Andrade, periodista proveniente de un periódico que en más de una ocasión ha servido como arma del gobierno local para fustigar a sus oponentes y difundir información de dubitable procedencia, como pasó hace apenas unos días antes de la elección del 7 de junio en la que –mediante supuestas encuestas– daban por ganador absoluto en la ciudad al PRD. Aparentemente, el nombramiento apunta a un endurecimiento de la política del gobierno local.

 

En ese complejo entramado se lanzó una campaña presidencial que sirvió también como deslinde del PRD y su barco a la deriva. A la pelea por la ciudad se sumó una disputa presidencial. La combinación suena peligrosa.

 

El reacomodo no será fácil, los ajustes en los equipos de gobierno requerirán de precisión milimétrica. Se deberán seleccionar a los interlocutores –de todos los lados– con el mayor cuidado. En la comunicación, habrá que apostar por mostrar un lado amable, innovador y constructivo. Si se continúa la política de endurecimiento y confrontación el desastre es inminente. La ciudad requiere de diálogo y operación política, cosas que se han visto poco hasta ahora pero sin las cuales la gobernabilidad se podría volver un asunto de pesadilla.

 

@r_velascoa