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Transformar a la Secretaría de la Función Pública

Sería importante que el equipo de transición haga un diagnóstico adecuado y evite realizar una reestructura muy difícil de implementar. | Octavio Díaz García de León

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Escrito en OPINIÓN el

La idea: La Dra. Irma Eréndira Sandoval, propuesta por el presidente electo para ser secretaria de la Función Pública, declaró que va a reestructurar a dicha Secretaría ahora que asuma su titularidad. La buena noticia es que no piensan desaparecerla como lo intentaron los presidentes Calderón y Peña. Los cambios, sin embargo, podrían ser inadecuados, especialmente en lo que proponen para los órganos internos de control.  

Los órganos internos de control (OIC) son clave para la operación de la Secretaría de la Función Pública (SFP). Están ubicados en cada entidad y dependencia del gobierno federal siendo 213 OIC y 2 Unidades de Responsabilidades (PEMEX y CFE). Tienen más de seis mil trescientos trabajadores y su presupuesto lo proporciona la institución a la que están adscritos.

La próxima secretaria ha dicho (Entrevista)  que no los va a desparecer, pero sí a reestructurar, concentrándolos a todos en las oficinas centrales de la Secretaría, lo cual, en realidad, es una manera de desaparecerlos.

La Dra. Sandoval dijo que lo que se pretende es que los OIC tengan una mayor dependencia de la SFP haciendo que los titulares de los OIC no sean puestos por los titulares de las instituciones que vigilarán. También quiere darles independencia presupuestal.

Una reestructura muy difícil de implementar

Esta reestructuración tendría enormes retos operativos. Primero, concentrar a los OIC en las oficinas centrales de la SFP requerirá varios edificios para acomodar a las cerca de 8 mil personas que tendría la SFP.  

Otro de los retos, que ya se ha intentado en el pasado sin éxito, sería transferir el presupuesto de los 215 OIC a la SFP, el cual podría ascender a un total 6 mil millones de pesos, alcanzando 7.5 mil millones de pesos al año de presupuesto y convirtiéndola en una de las secretarías más grandes.

También tendría que uniformizar los puestos, niveles y salarios de los 6.3 mil funcionarios transferidos ya que actualmente se rigen por la estructura orgánica de cada institución.

Toda la reestructura requeriría una gran cantidad de modificaciones a disposiciones legales que tomarían mucho tiempo y recursos presupuestales para atender liquidaciones del personal transferido.

El modelo operativo que propone la Dra. Sandoval sería una réplica de la Auditoría Superior de la Federación (ASF). Esta estructura es adecuada para la ASF por tratarse de un ente fiscalizador externo al Poder Ejecutivo, pero que es inadecuada para la SFP, quien realiza labores de control interno, prevención, mejora de procesos y auditoría interna cuyo valor agregado está en su cercanía con las instituciones.

Si bien al concentrar operaciones de los OIC se podrían conseguir algunos ahorros eliminando algunas duplicidades y uniformizar sueldos, si se decide mandar secretarías y paraestatales fuera de la CDMX, el gasto en viáticos eliminaría los ahorros.  Esto se agravaría con el traslado anunciado de la SFP a Querétaro.

Por otra parte, los servidores públicos sujetos a proceso de responsabilidades tendrían que viajar a donde se encuentre la SFP para litigar sus casos, siendo afectados sus derechos humanos.

Al quitar a los OIC de las instituciones, la SFP perdería su capacidad de influir directamente en la operación de todo el gobierno federal, especialmente en comités clave como el de adquisiciones, el de obra pública, el de control interno y el de transparencia, ya que no es lo mismo estar inmerso en la dinámica de la institución que asistir ocasionalmente a dichos comités.

Además, se perdería la pericia de los funcionarios que conocen a fondo a las instituciones, al alejarlos de su operación diaria.

Al tener un OIC en cada institución, la SFP cuenta con una fuente de información constante y confiable que le permite detectar la problemática de todo el gobierno federal y alertar al presidente.

En otros países existen modelos descentralizados exitosos de vigilancia y control como los ”Inspectores Generales” en Estados Unidos y en Francia. Se podría estudiar estos casos para mejorar el modelo actual de la SFP.

Para darle independencia a los OIC, no es necesario concentrarlos en la SFP. Basta que la próxima secretaria nombre a sus titulares sin aceptar imposiciones e implemente un servicio profesional de carrera de los OIC, como ya lo hubo en el sexenio de Fox. Además, la SFP cuenta con un gran número de sistemas de información con los cuales los OIC están permanentemente supervisados.

Antes de hacer cambios radicales, sería importante que el equipo de transición haga un diagnóstico adecuado y evite realizar una reestructura muy difícil de implementar que podría causar más daño, no solo a la institución, sino a todo el gobierno federal.

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