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Terroristas y “detractores”

El trabajo de inteligencia y rastreo de estos grupos se ha afinado en este sexenio.

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Escrito en OPINIÓN el

1.- El tema de combate al terrorismo adquirió poco a poco una relevancia inusual en los análisis y prospectivas del Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos.

 

Su importancia para el Estado es tal que ahora la inteligencia militar coloca a los grupos terroristas casi a la par de las organizaciones civiles, de las “expresiones armadas” y sobre todo de “los grupos detractores a la actual administración”.

 

Es decir, las redefiniciones de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) sobre las amenazas, riesgos y escenarios de peligro para el Estado y en especial para el actual gobierno pasan por la criminalización, al más alto nivel, de la disidencia y la oposición política al mandato y la administración priístas.

 

2.- A fuerza de convivir con el país más poderoso del planeta y más involucrado en guerras frontales contra este fenómeno (guerras que involucran también a sus aliados, como México), México ha desarrollado una incipiente base de datos en la que los militares perfilan, desde hace cuatro o cinco años, tanto a los grupos nacionales como a facciones foráneas capaces de desestabilizar al país.

 

3.- La presión de la Casa Blanca sobre el gobierno mexicano no es nueva ni gratuita en este terreno. Tiene sólidos y graves antecedentes basados en la simbólica vigilancia y resguardo de la frontera sur del país, porosa, corrupta, altamente vulnerable, escasamente vigilada, convertida en botín de delincuentes, policías (de todas las corporaciones y niveles de gobierno) y fuerzas armadas.

 

4.- La VII Región Militar ha elaborado numerosos reportes, por ejemplo, sobre el robo y trasiego de ganado procedente de Honduras, de Guatemala y de otros puntos de Centroamérica.

 

5.- Los reportes generados en los años 2010, 2011, 2012 y 2013 revelan complicidades, redes de ganaderos nacionales y extranjeros metidos en el marcado de animales con herrajes falsos o alterados, asociaciones ganaderas y empresarios que manejan documentos, permisos y licencias de salud apócrifas.

 

6.- En los informes militares se señala la porosidad de las fronteras con Belice y Guatemala, se da cuenta (con fotos de por medio) de lo que ocurre en los cruces legales e ilegales que bordean los ríos Suchiate, Usumacinta y Hondo, en los que la Marina instaló hace años 9 bases de operaciones fluviales cuyos resultados de operatividad son completamente desconocidos (no aparecen ni siquiera en los informes de labores de los secretarios de Marina en turno).

 

7.- Los documentos de los mandos territoriales de la Sedena en la VII Región Militar de Chiapas no pasan por alto otros eventos de alto riesgo como son el tráfico de armas, de municiones, de drogas, de personas, de dinero, de sustancias controladas y de toda clase de mercancías de circulación ilegal.

 

8.- Este flujo es posible, indican los informes, debido a la  falta de una presencia constante, ordenada, numerosa, entrenada y eficaz por parte del gobierno mexicano. La descoordinación  y la ausencia de una estrategia integral de seguridad, inteligencia y respuesta a estos fenómenos a partir de un diagnóstico de fortalezas y debilidades en la frontera sur del país son elementos destacados por los militares en sus reportes al alto mando.

 

9.- También en la Marina se le ha dado seguimiento a esta agenda, aunque con resultados diferentes pero con diagnósticos que coinciden con los de la Defensa Nacional.

 

El entonces Contralmirante Conrado Aparicio Blanco, otrora director del Centro de Estudios Superiores Navales (CESNAV) y hoy Almirante y Subsecretario de Marina, elaboró en el sexenio de Vicente Fox y de Felipe Calderón, sendos reportes sobre los riesgos y escenarios de la seguridad fronteriza en el sur del país.

 

Uno de sus documentos identificaba al menos 17 cruces ilegales en puntos estratégicos de las fronteras con Belice y Guatemala. Se enumeraban también situaciones y vulnerabilidades emanadas del trasiego de armas, de drogas, de dinero sustancias y personas y sus impactos en el sureste de México.

 

10.- Estos escenarios, aunados a la presión creciente del gobierno de los Estados Unidos, han dado lugar a medidas especiales, tales como la creación de secciones o unidades especiales de Antiterrorismo en el Ejército, activa desde agosto de 2011 y dirigida, en primera instancia, por el General José Danielewicz Mata.

 

11.- Esta sección del Ejército ha trabajado de cerca con sus pares norteamericanos, identificando no sólo amenazas y riesgos externos con presencia en México y en tránsito hacia territorio norteamericano. Lo hacen también detectando a grupos, organizaciones y entes integradas por mexicanos y que pueden significar un peligro para la seguridad nacional estadunidense por los posibles nexos con extremistas islámicos.

 

12.- El trabajo de inteligencia y rastreo de estos grupos se ha afinado en este sexenio, pero con una vertiente especial: Ubicar a grupos de oposición como potenciales desestabilizadores.

 

La Sedena ha desarrollado al menos dos análisis y prospectivas a fondo; una en torno a grupos terroristas operando con células de simpatizantes nacionales en diversos puntos del país, y otra a partir de la hipotética relación o vinculación entre grupos terroristas extranjeros y grupos desestabilizadores mexicanos, definidos por la cúpula del Ejército como “grupos detractores a la actual administración” y “altermundistas” (sic).

 

13.- Así es como la Sedena ha clasificado o reclasificado a la oposición, a la guerrilla, a la disidencia y a los sectores críticos al sistema priísta.

 

Mandos de la dependencia encabezada por el general Salvador Cienfuegos Zepeda, se han reunido al menos en una ocasión con diversos secretarios de estado para compartir cierta información y definir de manera más precisa cuáles son los grupos de que pueden alterar la paz pública y quiénes son sus líderes.

 

El resto de la estrategia gubernamental parece explicarse sola.

 

@JorgeMedellin95