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Televisa y su batalla interna

Análisis de medios.

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Escrito en OPINIÓN el

Bernardo Gómez, Alfonso de Angoitia y José Bastón integran junto con su jefe, Emilio Azcárraga Jean, el grupo que ellos mismos bautizaron como “Los 4 Fantásticos”. Es el equipo que controla todo en Televisa, la corporación de televisión en español más importante del mundo. En medio de una crisis sistémica que golpea los negocios de la empresa, ese grupo luce fracturas hoy.

 

Es probable que cuando usted escucha hablar de cambios en la programación de Televisa concentre su atención en la errática Denise Maerker, en el habilidoso López Dóriga y en otros espacios donde la noticia se ha vuelto anécdota y el ritmo nos recuerda a la fórmula de “Primer impacto” que emplea la televisión hispana en Estados Unidos para lograr efecto a base de amarillismo.

 

Pero los programas noticiosos muestran sólo uno de los rostros de Televisa, por cierto no el más importante en materia de negocios ni de penetración en el ánimo de los millones de televidentes, que noche tras noche se colocan frente a la pantalla chica para sufrir penas ajenas y olvidar un poco las propias.

 

En medio de un río turbulento, donde las cuentas de ingresos por publicidad, ratings y fuerza comercial salen cada vez peor, “Pepe” Bastón, el mayor “bon vivant” del grupo -recién casado con Eva Longoria, una de las estrellas de Hollywood-, ha reclamado mayor autonomía para sus ideas y su equipo de trabajo. Y hasta ahora, lo ha logrado.

 

Bastón es el responsable máximo de la programación “soft”, que no tiene que ver con noticias: telenovelas, series, programas de concursos, películas… Su propensión a gastar en forma desmedida y su ánimo hacia proyectos luminosos pero no rentables, lo obligaron por años a reportar, como su superior, con De Angoitia, el personaje que tiene a su cargo las finanzas del grupo.

 

 

Fuentes de la industria consultadas al respecto aseguran que Bastón ha aprovechado un clima de incertidumbre económica para alegar que Televisa se tardó demasiado en hacer cambios, entre otros establecer el sistema OTT o de videos bajo demanda, que hoy recibe el nombre de “Blim”. Lo mismo argumenta respeto de otras iniciativas en el mundo digital.

 

Hasta hoy  los arrestos de Bastón eran contenidos bajo el sólido argumento de que sus propuestas no generaban los ingresos que las justificaran. Pero ahora parece vivir un momento de gloria.

 

El reino de Bastón es Televisa San Ángel, la sede de la fábrica de sueños de la televisora. En días pasados convulsionó al personal con despidos sonados y la contratación de varios ejecutivos para llevar a cabo lo que antes desahogaba sólo uno. Han empezado a surgir, como de un horno en su punto, nuevos productos, como telenovelas o teleseries. Seguramente aparecerán muchos más.

 

Desde la distancia, Alfonso de Angoitia y Bernardo Gómez observan al desaforado Bastón y cruzan cálculos sobre el destino que tendrá el “niño terrible” de Televisa. Esa empresa que es la mayor creadora de luminarias –así en la farándula como en la política. Aunque brillen cada vez menos tiempo y luzcan cada vez más opacas.   

 

 

UN ÁSPERO CICLO DE DESPIDOS y renuncias viene creciendo en W Radio, la estación en la que están asociados el grupo español Prisa y Televisa, bajo la dirección de Gabriela Warkentin. Fernando Rivera Calderón, multifacético periodista y conductor radiofónico, corazón del proyecto “El Hueso” que se difunde en W Radio, dejó el programa sin explicación pública. Otro caso es el de Karla Iberia Sánchez, que dirigía el programa matutino “Así las cosas”. El eje del problema, se nos dice, es el talante de la señora Warketin.  

 

LA INESPERADA MUERTE DEL COMPOSITOR y cantante Juan Gabriel ha despertado comportamientos tan estrafalarios en nuestro ecosistema mediático que harían parecer grises harapos sus coloridos trajes. Si en España se llama prensa  del corazón aquella que se consagra a estos temas, la nuestra se ha convertido, en forma colectiva, en una “prensa rosa”. La abrumadora mayoría de los medios se han aupado al homenaje cursi y acrítico, que crea encabezados con el adocenado recurso de usar títulos de canciones (“Fue un placer conocerte”), sin permitirse la más mínima revisión sobre un personaje con tantas facetas. La versión latinoamericana de “El País” ofreció el contraste con enfoques que profundizaban sobre la identidad personal y social del artista (“El ícono gay que nunca se declaró homosexual”). Pero la política mexicana tampoco resistió la tentación: un hasta ahora desconocido gestor convenció a la familia de revelar la existencia de una carta escrita presuntamente por Juan Gabriel al presidente Enrique Peña Nieto, en la que el michoacano-juarense se declara priísta con “amor eterno”. 

 

LA EMPRESARIA GRIEGA-INGLESA ARIANNA HUFFINGTON, que en 2005 lanzó “The Huffington Post”, con el que siete años después ganaría el afamado Premio Pultizer, visita esta semana la ciudad de México, donde está programado que en los próximos días surja una versión nacional de este proyecto, de la mano del Grupo Imagen, propiedad de la familia Vázquez Aldir. La señora Huffington se separó recientemente de la conducción directa de su exitoso proyecto para consagrarse a una nueva iniciativa, “Thrive Global”, orientada al bienestar y a encontrar salidas al acertijo de por qué es necesario que un hombre o una mujer en el campo profesional sacrifiquen todo en su vida para alcanzar el éxito.

 

@OpinionLSR