“La tecnología digital está dando forma a nuestra historia. Pero también existe la sensación de que se está saliendo de control. ¿A dónde nos llevará? ¿Se mejorará o disminuirá nuestra dignidad y derechos? ¿Nuestras sociedades se volverán más o menos iguales? ¿Estaremos más o menos seguros?”: António Guterres, Secretario General de las Naciones Unidas.
Al comienzo de la pandemia, al presentar la “Hoja de ruta para la cooperación digital”, el Secretario de las Naciones Unidas resaltó la importancia del trabajo colaborativo y la responsabilidad colectiva para maximizar los beneficios de las TIC y reducir los usos maliciosos de estas tecnologías. En este informe se enumeraron las siguientes áreas claves para la acción, tales como: 1) lograr una conectividad universal para 2030, 2) promover los bienes públicos para crear un mundo más equitativo, 3) garantizar la inclusión digital de todos, incluidos los más vulnerables, 4) fortalecer la construcción de capacidades digitales, 5) garantizar la protección de los derechos humanos en la era digital, 6) promover la confianza y la seguridad en el entorno digital y 7) construir una arquitectura más efectiva para la cooperación digital.
En virtud de ello, entre las áreas claves para la acción colectiva, destacamos la importancia de asegurar la inclusión digital para todas y todos, pues a nivel global más de una tercera parte de la población, es decir unos 2,900 millones de personas aún no cuentan con una conexión a Internet. Por ejemplo, el reporte de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) subrayó que entre los grupos “digitalmente excluidos” se encuentran las mujeres de diversas regiones del mundo, así como, las personas que habitan en zonas rurales, ya que los habitantes de las zonas urbanas tienen el doble de probabilidades de utilizar Internet. Además, la UIT reportó que otro grupo poblacional “digitalmente excluido” son las personas mayores, ya que en promedio 71% de la población mundial de entre 15 y 24 años utiliza Internet, frente al 57% de los demás grupos de edad.
Desde el año 2001, la Asamblea General de las Naciones Unidas, a través de la Resolución 56/183, reconoció la necesidad de lograr el consenso y el compromiso mundial para promover el inaplazable acceso a la información, el conocimiento y la tecnología de las comunicaciones a favor del desarrollo de los Estados. En ese sentido, y por casi 20 años, la Organización de las Naciones Unidas ha destacado el rol de las tecnologías para un mundo más justo, más pacífico y más equitativo, pues a través de ellas, se posibilita y acelera el logro de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible. Además, este organismo internacional ha resaltado que la tecnología puede ser “un gran elemento igualador” en las sociedades.
En el caso mexicano, el Instituto Federal de Telecomunicación (IFT) a través de su “Análisis del impacto de las TIC en el desarrollo social de México”, realizó un minucioso estudio de los componentes del Desarrollo Social: la salud, el empleo, la educación y el desarrollo económico, así como un análisis econométrico para medir el impacto de las TIC (otras tecnologías de la información y la comunicación) y los servicios de telecomunicaciones sobre la población que no se encuentra en condiciones de pobreza en México.
En la segunda entrega de este estudio publicado en noviembre de 2021, enfocado en dos componentes del Desarrollo Social, se informó que en el ámbito de la educación, el uso de las TIC y los servicios de telecomunicaciones en las escuelas había traído beneficios mayores en el rendimiento escolar, en comparación de su uso en el hogar. No obstante, se subrayó que el uso de estas innovaciones fuera de las aulas es clave para proveer de herramientas y habilidades complementarias para la educación. En cuanto al desarrollo económico, un hallazgo importante de este análisis resaltó que el uso de las TIC y la disponibilidad de los servicios de telecomunicaciones son necesarios para el desarrollo económico del país, y que la reforma constitucional en la materia había sido la variable con mayor impacto, pues desde su entrada en vigor se habían observado menores costos, una mejora en las tecnologías y un aumento en el uso de estos servicios.
En este contexto, en el marco del Día Mundial de las Telecomunicaciones y de la Sociedad de la Información, que se celebra cada 17 de mayo, resulta significativo reflexionar sobre los beneficios que el uso del Internet y las TIC pueden generar en las sociedades y la economía. Esto, sin dejar de considerar los riesgos y amenazas para la seguridad de la información, la privacidad y los datos personales de todas y todos.
Con este marco de referencia, debido a la fuerte vinculación con los derechos humanos tutelados por el INAI, que este Instituto ha construido importantes alianzas con actores estratégicos a nivel global y nacional para asegurar la protección de los derechos humanos en la era digital, así como para promover la confianza y la seguridad en el entorno digital, a través del conocimiento y ejercicio de los derechos de protección de datos personales.
Por último, en el marco de este día mundial les compartimos una Guía Orientadora: “La protección de datos personales en plataformas digitales”, una herramienta útil para conocer más sobre la identidad digital y los principios para proteger los datos personales en los entornos digitales. Disponible para su consulta en: https://bit.ly/3wt2Na6